Tan Dulce Como Una Uva [Knuckles x Reader]

//Capitulo 3//

De nuevo ya estoy aquí
Lamento si esto llega hacer apresurado o raro.
No lo sé. No quiero hacer esto una historia de 100 capitulos

~~×[❤️]×~~

Bajaste unos momentos después que Knuckles, aún avergonzada con el rostro rojo y calientes por su halago de antes procesando todo lo que ocurrió en la habitación.
Fue de las pocas veces que alguien te halagó sobre lo bonita que eras, quitando a tus padres, Sonic y Tails obvio, si bien siempre eras tímida cuando te halagaban sobre eso siempre decías que exageraban y no llegaste a creerlo tanto.

Pero con el equidna se sintió... Realmente bien, por un lado estás avergonzada creyendo que solo lo dijo para no hacerte sentir mal o más incómoda, pero por otro lado tu lado más ingenuo y enamorado estaba feliz del que el chico que te llegó a gustar pensará que eras bonita, provocó que tu corazón latiera más rápido y se derritiera lentamente, te detuviste a medias escaleras estando más avergonzada para tener un momento tratando de calmar tu mente y tu corazón, jurando que hechabas vapor o estabas levemente temblando.

Solo suspiraste antes de bajar completamente y dirigirse a la cocina en busca de algún bocadillo o algo rápido, pues no tenías demasiada hambre, menos con toda aquella situación.
Miraste al equidna buscando en el refrigerador para después sacar el tazón de cristal con aún uvas para así este empezar a comerlas mientras se dirigía al sillón, solo la das una pequeña mirada divertida al ver que tiene una obsesión con las uvas.
Miras por unos segundos el refrigerador buscando con la mirada algo rápido de comer, decides hacerte un pequeño y rápido sandwich por lo que sacas los pocos ingredientes y te lo vas preparando. También, sirve para distraerte un momento de todo.

Mientras tanto con Knuckles, por suerte no notaste como devoraba las frutas con más rapidez y hambre, aún si no la tenía, pues el mayor estaba totalmente avergonzado y nervioso por lo del cuarto devorando las uvas como una forma de tratar de distraerse o quitarle el nerviosismo, por su mismo comportamiento no pudo evitar fruncir el ceño molesto y avergonzado por estar tan nervioso y tímido por una chica, y más hacia ti.
Se suponía que dormir y vivir en tu cuarto serviría para quitarle esa vergüenza y timidez hacia ti, no para empeorarla, el equidna rojo miraba fijamente la televisión aún si estaba apagada, al igual que la sala estando a oscuras solo teniendo la luz de la cocina y el comedor.
El ojimorado no pudo evitar estar más avergonzado por pensar en lo adorable y linda que eras siendo también un caos vergonzoso, nervioso y torpe, si tan solo no se pusiera igual, te provocaria ese estado a propósito para seguir suspirando mentalmente.

–¿Qué demonios me pasa?...– se preguntaría a si mismo el equidna rojo en un susurro silencioso apoyando su mejilla en su enorme mano aún llevando uvas a su boca para comerlas.

Seguía confundido sobre tí, no iba jamás admitirlo contigo, ni con nadie, pero desde que te vio por primera vez provocaste un flechazo en él extrañandolo completamente por de la nada sentir su corazón más sensible, su estómago como mariposas y por un momento su postura y momento rudo decidido a golpear a alguien hasta la muerte, se desvaneció completamente por un mini segundo, sin embargo, gracias a que estaba por Sonic y lo ayudaste, sus nuevos y extraños sentimientos fueron opacados por su enojo y honor.
Esté solo suspiro algo pesado al recordar ese momento recostandose más en el sillón gruñendo un poco.

No quería lastimarte, si ya era difícil para él lastimar a una mujer menos a una niña, pero fuiste tan terca durante ese tiempo, defendiendo al erizo azul a toda costa y estando siempre a su alrededor, lo frustró demasiado, sobretodo porque no podía dar un golpe o ataque sin temer que salieras herida por lo que tuvo que aprovechar esos momentos dónde el idiota azul estaba más alejado de ti. Agradece demasiado que ese lunático de Robotnik jamás lo haya notado.