Londres, 1858
Baekhyun por primera vez se había enamorado estrepitosamente de lo imposible. No solo de un hombre quien odiaba a la clase social a la pertenecía, esa clases donde los lujos, la doble moral y los falsos puritanos abundaban, sino tambié...
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El sol de esa mañana entraba por la tela de la tienda reflejando en el rostro de Chanyeol, haciendo que este despertara, el ligero dolor de cabeza que tenía le aturdió un poco antes de abrir los ojos completamente.
Aquel lugar no era su tienda así que apresurado se trató de sentar y fue ahí cuando un dolor punzante atravesó su abdomen, al bajar su mirada vio que tenía una venda bien elaborada con una ligera mancha de sangre en ella, pues ahora no pensaba que lo que paso ayer solo era una simple caída, aquella herida que supuestamente era evidencia de ello.
Con algo de trabajo pudo levantarse de la cama, cogió su camisa listo para empezar a caminar y salir de esa tienda que sabía bien claro que era la del hijo de su coronel.
— No debe usted pararse, está herido —. Fue la voz de este mismo que hizo que levantara la cabeza y mirara de lleno al joven doncel que acababa de entrar al lugar.
— Buenos días señorito Byun —. Saludo el alto aun sin detener sus pasos, y fue en el próximo pasos que sintió dolor a causa de la hería que hizo que su paso sea torpe y perdiera algo d equilibrio.
Baekhyun corrió y poso su delicada mano en el brazo del coronel. — Por esta vez no sea necio y descanse por un rato, coronel —. Suplico Baekhyun de forman implícita, aunque no quería admitir le preocupaba el bienestar de ese hombre.
— Que fue lo que pasó —. Su voz fue ronca y trato de aclararse. — ¿Porque estoy aquí? —. Quiso saber el alto, no era apropiado estar con el doncel a solas en la misma tienda.
— Cayo del caballo, coronel, y creo que usted bien lo recuerda. —. Pauso Baekhyun busco la mirada del alto pero este solo lo ignoraba así que suspiro, no quería hacer sentir al hombre que le debía nada —. Debe agradecer a sus hombre, si no fuera por ellos usted seguiría tirado...—.
— Gracias — fue la respuesta escueta del alto que hizo que Baekhyun callara.
— No tiene por qué agradecerme, solo pido que usted tenga cuidado cuando cabalga —.
— Y lo tengo —. Aseguró Chanyeol, aunque su respuesta decía lo contrario a lo que había sucedido.
— Entonces porque se calló del caballo —. No uno respuesta y solo pudo ver como las expresiones del alto se endurecían. — No es necesario que conteste, pero le pido que se quede, al menos a desayunar y luego puede retirarse —. Aunque aquel doncel tratara de negarlo sabía de antemano que aquellos vendajes que lo cubrían no eran, ni en el mejor de sus sueños, obra de sus hombres, eso era mano de aquel doncel que lo había sujetado en todo momento de su brazo, así que no podía simplemente rechazarlo, así que simplemente acepto como agradecimiento.
Baekhyun la llevo a la mesa que habían instalado y lo ayudo a sentarse, para eso la muchacha ya había ido a traer los desayunos.
— No fue de su agrado o el señorito quiere cubiertos —. Aquellas palabras hicieron que el tren de pensamientos se detuviera en Baekhyun, apenas había probado bocado, su apetito se había ido.
