Capítulo I

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Corrían los años de 1858, era uno de esos días soleados en donde la casa señorial se llenaba de luz apenas el sol se asomaba por las enormes ventanas que daban a un espléndido paisaje, a diferencia de los demás días donde la tranquilidad reinaba, ...

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Corrían los años de 1858, era uno de esos días soleados en donde la casa señorial se llenaba de luz apenas el sol se asomaba por las enormes ventanas que daban a un espléndido paisaje, a diferencia de los demás días donde la tranquilidad reinaba, ahora estaba lleno de sirvientes andando de arriba a abajo, ajetreados y afanados por el que hacer, otros días se podía escuchar el trinar de los pájaros a esas horas de la mañana, mas no ese día, ya que había un bello joven que comiendo plácidamente en su recamara estaba por partir a un viaje que lo llevaría con su preciado padre y su adorado hermano, sus valijas y sus precioso trajes se encontraban ya en los carruajes los cuales esperaban abajo, porque ese día Byun Baekhyun, hijo tercero del marques Byun iría a ser presentado a la sociedad aristocrática a la pertenecían.

Dejó la pequeña bandeja con trozos de pan y un poco de frutas reposado en la mesa mientras corría alegre a vestirse, con un tinte risueño en la mejillas se acercó al espejo, para así terminar sus últimos retoques, era un joven soñador, se podría decir un tanto mimado por ser el único doncel de la familia de todos esos hombres fuertes y soldados respetables, él era una bella flor en plena primavera, fantaseaba con encontrar el amor, una de esas historia de amor como los que leía en los libros que lo acompañaban a todas partes, soñaba con encontrar a su príncipe azul, un hombre apuesto, gallardo y de noble cuna.

Decir que se encontraba contento por salir de esa finca era poco, no era la casa en sí la que quería dejar, amaba esas tierras, esos amaneceres, amaba todo de ese lugar, especialmente a su hermanito y a su amada madre quien le enseñaba todo lo que sabe. Pero eso no significaba que no amara a su otro progenitor, su padre, quien le cumplía cada uno de sus deseos, y que decir de sus hermanos, los cuales estaban dispuestos a protegerlo de cualquier peligro, el segundo, era un joven militar en ascenso, quien seguiría los pasos de su padre, lo extrañaba, había partido no hace mucho a su entrenamiento, a quien si vería era al mayor, quien había tomado otro rumbo, encaminándose en el comercio y casado con un doncel bellísimo, estaba tan feliz de verlos luego de casi dos años, su familia era bien posicionada en la sociedad, con gran antecedente familiar y una buena economía, eran una de las pocas familias nobles aristocráticos que aún mantenidas sus riquezas frente a los nuevos ricos.

- Señorito, su carruaje y escolta lo están esperando -. Dijo una de las sirvientas sacándolo de sus pensamientos.

- Bajo en seguida -. Baekhyun se dio una última mirada al espejo y cogió sus guantes junto a la valija que lo acompañaba en cada viaje, donde llevaba siempre una historia que leer, para salir al fin de su alcoba. Su madre le esperaba afuera, se despidió con un abrazo, prometiéndole volver, y su joven hermano de apenas diez años le abrazo de la cintura.

- Cuida la casa y cuida a mama, ahora eres el jefe de la casa - le sonrió y le dio un beso en la cabecita rubia.

Al llegar a la entrada principal frente a él se encontraba el carruaje tirado de dos caballos y en la parte delantera se encontraba el cochero que vestía un uniforme de soldado, sonrió, sabía que su padre siempre al igual que su hermano siempre se preocupaban por su seguridad, avanzo con paso firme, dentro de este estaba la pequeña Jihyo, la había visto muy pocas veces, con la ayuda de ella subió su valija pequeña y se acomodó en los asientos, fueron lo cascos de un caballo lo que le causaron curiosidad lo que hizo que Baekhyun se asomara por la ventana, la imagen de un hombre imponente en caballo lleno su campo de visión, tenía los rasgos bien marcados.

Si usted me amara (𝑪𝒉𝒂𝒏𝒃𝒂𝒆𝒌)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora