Thirty three. ☆ NUEVO ☆

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Calefacción y una taza de café.

Era lo único que deseaba tener en cuanto llegáramos. Por suerte no estaba Namjoon, ya que al entrar al departamento se sentía una calma y paz inimaginable al solo tener completo silencio.

Por fin estaba apagando la cafetera y vertiendo el líquido oscuro en una taza mientras Jimin terminaba de tomar un baño, o eso creí que hacía porque en cuanto llegamos lo primero que hizo fue encerrarse ahí.

Pero si, parece que estaba en lo correcto porque escuché una puerta abrirse, seguro ya había terminado. Subí con cuidado de no quemarme, yendo al cuarto de invitados, preocupándome seriamente al no verlo ahí y tampoco en el baño.

Pero si en mi habitación.

Estaba arropado con mi manta solo dejando al descubierto su cabeza, sentado en la cama y dándome la espalda, viendo lo poco que se lograba apreciar en la ventana. Entré tratando de no hacer ruido, pero llamé su atención cuando me senté a su lado, ofreciéndole la taza de café omitiendo el contacto visual, haciendo parecer que el panorama de la tormenta que se había formado en el cielo también me parecía interesante.

La aceptó.

—¿Cómo te sientes? —pregunté, tratando de que el sonido de la lluvia no fuera lo único que escucháramos.

Pero no respondió.

Solo noté que me miró.

Y también lo hice.

—¿No te gustó el café?

Nada.

No supe que más decir, pensé que tal vez lo único que quería era estar solo y ya. O tal vez solo quiere un poco más de leche en el café y por eso ni siquiera lo ha probado. Iba a levantarme dispuesto a ir a la cocina pero él lo hizo primero, salió de aquí luego de dejar la taza de café en una mesita de la habitación. Y antes de que siquiera pudiera preguntarme a donde fue, lo vi volver con una caja en la mano.

—¿Qué es eso? 

Volvió a su lugar a lado de mi, abriendo el objeto e ignorándome por completo.

—¿Ahora tú me ignorarás a mí?—bromeé, tratando de que la seriedad que reinó en su cara se esfumara.

Pero no pasó, lo cual hizo que me rindiera de intentar que al menos dijera una sola palabra.

Él había tomado mi mano, la cual no me di cuenta de que había estado sangrando un poco. Seguro me lastimé al tratar de abrir la cerradura, pero no lo había notado. La caja era un botiquín de primeros auxilios y él había comenzado a curarme.

—No sabía que tenía eso. —me dije a mi mismo refiriéndome a la caja.

—Es mía. —habló por fin.

Me alegré por un momento porque finalmente lo hizo, pero no me duró mucho ya que logré entender la razón por la que él tiene eso.

Lo miré. Estaba concentrado por completo, solo trataba de limpiar el resto de sangre y me empezó a colocar una curita que no sirve para nada pero que al menos me cubría la pequeña herida. Su cabello estaba mojado, noté que sus manos son más pequeñas que las mías, también noté que sus muñecas estaban lastimadas, como si algo le hubiera apretado demasiado como para dejarle esa marca roja.

También su cuello.

Traté de continuar tranquilo, pero verlo también lastimado hace que solo pueda pensar en que tan seguido lo lastimaban como para tener que comprarse su propio botiquín.

Se detuvo, ya había terminado pero no soltó mi mano. Sentí como la acariciaba levemente con su dedo pulgar, sin quitarle la mirada, como si estuviera inspeccionándola con detenimiento puro.

Dwarf ✦ KM [국민]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora