Madeleine, un gran compañero de gran carácter. Un dulce y encantador carácter. Era conocido por ser un hombre muy orgulloso, vanidoso e engreído, por algunas personas.
¿Qué pasaría se cambiara de actitud?
Bueno, pronto lo sabremos ya que su "gran...
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-¿Madeleine? ¿Qué haces tan temprano aquí? - preguntó Espresso formando una sonrisa sarcástica en su rostro. Cada día, de cada mañana, recibía la visita inesperada de Madeleine y su rostro angelical.
Vaya que le molestaba, pero no podía hacer nada para cambiaralgo. - ¡Espresso, buenos días! - contestó feliz, mientras movía la mano alegre. El era algo orgulloso, pero buen amigo, compañero y pareja.
-Madeleine, por favor ve al grano -, con una mirada de desgano observó al rubio que aún seguía manteniendo aquella sonrisa que molestaba y deseaba borrar de su rostro.
-¡Jaja, Que chistoso! -dándole un golpe algo fuerte en el hombro en forma de burla, logró despertar la irá de Espresso, y en un movimiento rápido, cerró la puerta en la cara del contrario con notable fuerza. Un chillido resonó en sus oídos, pero solo pudo inmutarse a suspirar.
Unos minutos después abrió su puerta notando un poco de sangre el ella. La cuál fue recogida con un isopo con notable cuidado, ¿para que necesitaba eso? Bueno, con exactitud, quería cambiar algo notable a alguien de quién pertenecía la sangre.
Dirigiéndose a su estudio, empezó a leer libros con una atención implacable. Y formando una pequeña de bola café, arrojó la sangre ahí, esperando a que ardiera. Humo color negro salió de aquella mezcla asustando al de anteojos. Nunca había fallado en un echizo, pero este era demaciado difícil y complicado.
Lanzando un grano de café, noto que ya no había nada, asi que para eliminar las pruebas, corrió al bosque a destruir aquella tan espeseosa masa. - carajo, nunca pensé fallar. ¿Qué salió mal? No entendio, si lo hice completamente bien. - entre suspiros dejó su intento fallido aún lado, para después irse a su casa a seguir leyendo libros cómo si nada hubiera pasado.
Esa misma noche, unos ruidos se escucharon por todo el bosque. Aquella masa abrió un portal el cuál arrojó a un hombre de larga cabellera y gran cuerpo, al duro y frío piso de la noche.
-Oh mierda, ¿dónde carajos estoy? - la voz sé escuchaba molesta, y con un noto dominante empezó a dar pasos por el bosque.
Dando y soltando gruñidos, se encontró con un chico trébol que contenia en sus brazos un conejo blanco. Asustandolos a ambos se escucho un grito por todo el gran bosque.
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Aclaraci0nes ¡
💣-Los personajes no me pertenecen, créditos a Devsisters.
💣-En esta historia son humanos.
💣- Contenido explícito y vulgar.
💣-Está historia fue creada por entretenimiento, y diversión. Espero les guste.
