˗ˏˋʚĭɞˎˊ˗ ;; eres mi forma favorita de amar, Eijiro Kirishima.
¡AU no quirks!
¡! ❞ trama super gay y dramática.
¡! ❞ capítulos cortos.
¡! ❞ minúsculas a propósito.
¡! ❞ actualización impredecible.
¡! ❞ créditos a su autor Kohei Horikoshi; yo solo...
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existen dos cosas que Bakugou Katsuki detesta –bueno, en realidad es una lista bastante más larga pero se entiende–.
número 1, el calor.
número 2, personas idiotas.
para su pésima suerte, recién había entrado la Primavera y tuvo una gran acumulación de trabajo; todo por culpa de gente que carecía de un raciocinio lógico. de no ser por el hecho de que ama a los animales y necesita el dinero, ya le habría respondido a más de uno.
muchas mascotas, por desgracia, llegaban en un estado deplorable, donde es demasiado evidente que el dueño no se hace responsable en lo más mínimo o básico en cuanto a necesidades de la criatura.
esto lo cabreaba en sobre manera pero se veía obligado a mantenerse callado por cuestiones laborales.
suspiró.
en resumen, no fue una mañana fácil, siendo lo peor del caso que no desayunó.
se sentía cansado, tanto mental como físicamente; pero para su suerte, las clases se pasaron rápido. ya solo tenía una pendiente.
–muy bien jóvenes, atención, recuerden que divertirse es lo primordial y no el ganar. ¡atinen bien al equipo contrario!—. enunció con entusiasmo, después de sonar su silbato.
lástima que se trataba de deportes.
–¿no se supone que debería habernos dado las reglas de seguridad?
el profesor se paró en seco –oh, cierto. ¡no se rompan nada que su seguro de estudiantes no pueda cubrir!—.
iniciando así, la actividad del día.
quemados.
los dividió en dos equipos: impopulares contra populares.
claramente, estaba en el primero. casi nadie en su salón le dirigía la palabra, cosa normal con su cara de pocos amigos.
sin embargo, no es algo que le quite el sueño. ni en lo más mínimo.
los balones no tardaron en llover como balas de cañón, provocando que el equipo se esparciera por la cancha. sin embargo, el escaso interés que tenía Katsuki en ese momento no hizo más que hacerlo bostezar.
–¡eso no es justo, tienen ventaja!—. se quejó un “extra” en el fondo.
rodó sus pupilas, en una clara muestra de desagrado.
¿en serio iban a rendirse sin siquiera haber intentado? Dios. en esas condiciones su espíritu competitivo se veía incitado a salir a la luz, preparado para la acción.
obviamente no lo hacía por los demás, sino para demostrarse algo a él mismo.
