III

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Ethan

Me siento un completo imbecil, no he sabido comportarme a la altura de mi madre, he quedado en silencio como un crio que no sabe que decir. Asiento a regañadientes al verla marcharse, no lo niego, una ola de coraje sube por mi torrente sanguineo, siento que es poco justo. Nisiquiera ha querido hablar de lo sucedido. Jamas me dio las respuestas que deseaba.

Siento la necesidad de suplicarle que acepte mis disculpas y aunque sea saludarnos, un simple hola y adiós arreglarían mi caos interno.

Si tan solo pudiera rebobinar hacia atras rumbo a aquel otoño, donde todo comenzo.

—¿Que ha pasado? Cuentalo todo —exigi saber.

—¡Ay Ethan! Se nota a leguas que no la has superado, déjala ser. —Añade Aden carcajeando interrumpiendo a mi madre.

—¡Callate!

—No hay mas que decir ella se desvaneció y la traje aquí, sus sobrinos son el trío del desastre, no tienen modales. Pobre Clare ella se está haciendo cargo temporalmente y no hay más que decir, luego tu llegaste— Puntualiza mama.

—¡Diablos! sigue siendo la misma inmadura.

—¿Y acaso tu te quedas atras?— Añade Aden.

—Agradezco tu ayuda— Murmure ironicamente.

De repente todo se detiene, escucho el florero caerse de la mesa y romperse contra la acera, miro en direccion a Aden su expresion me pone en alerta, sus facciones se tensan cuando gesticulan algunas palabras.

—¡Por todos los cabos de Cristo tu padre! —Grita mama.

Aden rapidamente levanta el peso de nuestro padre como si fuera un costal de papas y lo deposita en el sofa.  Inmediatamente marco al numero de su doctor.

—¡Aun le falta irse de campamento con los demas ancianos del club!— Solloza mama con su evidente exageracion.

—¿Puedes calmarte? no ha muerto se ha descompensado— Interviene Aden.

                           
   

Hace unos minutos llego un medico.

La respuesta es evidente, lo se por el rostro de este antes de marcharse.

—A tu padre le quedan menos de seis meses —Solloza Bet.

 
Días después.

Tuve que amoldarme a la nueva rutina de la ciudad, busque un empleo de medio tiempo y me dedique a ser paciente. Aden y mi madre veían por la salud del viejo Math.

Busque muchas oportunidades de coincidir con mi inusual vecina, pero ella se esforzaba por ignorarme como si no existiera.

Finalmente tuve la oportunidad de coincidir con ella en una tienda cercana. Reuni coraje para enfrentarla pero a cambio me tope con otro escenario.

Ella estaba de puntas alcanzando un producto en la sección de perfumería, alguien más le dió la ayuda y le alcanzó el objeto. Era un tipo que le llevaba más de una cabeza, supe que no era su hermano Dave.

— Gracias por el favor, puedes seguir con tu vida.

—Clare aún no puedo olvidarlo, encontrarte aquí es la oportunidad perfecta para hablar de nosotros.

— ¡No hay un nosotros Blake, no después de lo que hiciste! Así que te ruego que me dejes en paz, ya no me insistas.

—¡Solo fue una noche!

—¡Mientras tu apostabas todo por una noche yo estaba dando el cien por ciento, porque creia que eras el indicado para comenzar una relación!

Ella discutía con el sujeto.

Algo extraño me pasó por la mente, ella siguió con su vida. Sin embargo yo no podía olvidar esa noche. Sacudi la cabeza por inercia cuando lo que ví encendio mis alarmas, el sujeto la estaba acorralando.

Quise evitar lo que sucedió. Pero paso, me dirigi dónde estaba el tipo.

—¡Suéltala cobarde!









Lo que paso contigo | #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora