Capitulo III

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Oficialmente hoy no era el día de Atsushi, era sabido que el peliblanco no tenía la mejor suerte del mundo pero esto era demasiado, que le estén a punto de asaltar a dos cuadras de la universidad daba mucho que decir.

Atsushi dio una mirada rápida a su lado derecho, el extraño que anteriormente estaba tirado en el suelo estaba a lado suyo, tenía un mirada seria y su rostro y aura daba a entender que no era una persona muy paciente y amorosa. Atsushi buscaba una forma de escapar, tenía a un joven al frente y dos chicos más atrás de él  bloqueándole la salida del callejón.

—Si van a robar a alguien — el de puntas blancas habló— que sea a él — finalizó para luego señar a Atsushi con el dedo.

—¡¿Disculpa!?— Atsushi se sentía ofendido —¡¿Pero que dices?!.

—Tiene razón

Al escuchar eso Atsushi soltó un suspiro de alivio.

—¿Que le van a robar? Si se ve que no tiene más que estupidez.

"Por el amor de Dios con el sin cejas"


Atsushi estaba ofendido y enojado si no fuera por la situación en que se encontraba, le hubiera soltado algunas palabras no tan educadas ni amables al pelinegro obviamente con moderación y sin pasarse.

El chico que se encontraba en frente cogió la maleta de ambos universitarios abriendo el cierre y tirando todo lo que se encontraba ahí.

—Oye ¡¿Que diablos crees que haces?!.— gritó el pelinegro dirigiéndose hacía el chico de frente pero fue detenido por uno de los chicos de atrás quien le dió un golpe haciendo que este cayera de rodillas.

—Te sugiero que no trates nada o te daré la paliza de tu vida— habló burlándose del pelinegro.

—¿Jefe encontró algo?.

—Pues estos dos no tienen ni una mierda.—hablo revisando las cosas tiradas y al no encontrar nada útil simplemente las pateó hacía dónde se encontraban sus dueños.

—Fue una perdida de tiempo.

Atsushi con un movimiento rápido cogió sus cosas que estaban tiradas y las guardo en su maleta, si todo salía bien aquellos chicos les dejarían ir sin romperles todos los huesos, talvez uno que otro golpe pero no tantos, solo no tenía que provocarlos.

—Maldito idiota. — susurro el pelinegro lo suficiente alto para que el otro lo escuchará.

—¿Que mierda dijiste?.

El de puntas blancas dejó de recoger sus cosas dirigiendo su mirada al muchacho de frente, la mirada del pelinegro era desafiante.

—Que eres un maldito idiota, ¿Eres sordo o que?.— hablo con burla— o eres tan idiota que tengo que deletrearlo.

A Atsushi se le salio el alma del cuerpo.

El chico se acercó hacia el pelinegro, hizo que sus secuaces los inmovilizaran agarrándole de los brazos, al acercarse acertó un golpe en su estómago, antes que el pelinegro cayera por la falta de aire, este lo sujeto del cabello para que lo mirara. Atsushi aprovechó que nadie le estaba prestando atención y con sutileza comenzó a posesionarse detrás de uno de los que sujetaban al pelinegro.

Antes que el chico vuelva a golpear al pelinegro, Atsushi dió un fuerte golpe en la zona detrás de la rodilla haciendo que este suelte un quejido y suelte al pelinegro, el pelinegro aprovecho esto y golpeó en el rostro al chico que tenía en frente y con un golpe con su codo golpeó el estómago del extraño que todavía le sujetaba del brazo, cuando quedo libre recogió sus cosas y se dispuso a salir del callejón, no sin antes cojer una tapa de un basurero y lanzarle a la cara al que lo había golpeado que se estaba comenzando a levantar.

Rosas Negras [𝑺𝒉𝒊𝒏 𝑺𝒐𝒖𝒌𝒐𝒌𝒖]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora