Realmente no entiendo como empezar textos,
es lo más complejo, lo que más detesto,
pero mientras más avanzo más me ilumino y mi mente sin descanso encuentra un respiro en la asfixia de mi deliro.
Por eso suelo ir de menos a más porque mientras menos pienso más rayo mi lienso sin darle una forma exacta.
Ni yo puedo entenderme y ellos tampoco creo que lo hagan, se encierran en lo que pasó y no en lo que pasa por eso las chances son escasas pero qué le voy a hacer yo si solo en el pasado se basan,
mentes tan herméticas que cansan, no piensan ni analizan lo que causan tratando de buscar una pausa de sí mismos en un mundo donde siempre te moves en un sismo interno.
Tenes poco sentido de la razón y una estaca en el corazón y por eso te invade esa sensación de desprecio hacia mi silencio, te sentís tan diferente al verte al espejo con una sonrisa falsa entre dientes.
Ellos no saben lo que sentís o lo que siento y no te miento al decirte que el sentimiento de empatía ya no lo tienen hoy en día porque perdieron su culpa y me creían culpable de aquello como si yo sostuviera la bandera blanca.
Ven el mundo con odio ya que no es la perfección que esperaban, se tropiezan, se pierden y no entienden que son el problema en este dilema sin forma alguna,
traman formar dunas de recuerdos en las que se hunden al terminarlas, buscan ahogarse en lo que fueron al no haber obtenido lo que quisieron cuando pudieron.
Lloran lágrimas de arrepentimiento en forma de enojo, justifican la ira por sus ojos rojos, dicen que juzgan tus pasos cuando miran hacia abajo y dicen que te ven a vos en el espejo cuando repudian su reflejo.
Te usan para no pensar que ellos son lo que está mal,
así son ellos, seres no pensantes que no van a cambiar,
errores que el destino no pudo apreciar,
temerosos y rencorosos pero con miedo a avanzar
