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— Park Jimin —La enfermera se asomó por la puerta de la sala de espera buscando al paciente. En ese momento Jimin solo era un niño de 8 años que, poniéndose de pie de la mano de su madre al escuchar su nombre, con sus manitas sudando y sintiendo el corazón en la garganta se preparaba para recibir el resultado de aquel examen que todos tenían que pasar, en el cual por fin descubriría su segundo género.

<<Por favor, querida Luna, que sea un alfa igual que papá.>>

La enfermera los condujo hacia aquella sala blanca e impoluta, con ese olor característico que te persigue incluso cuando ya estás fuera. Allí sentado vio al doctor, quien los hizo pasar con una cálida sonrisa, Jimin imitó a su madre en saludar al mayor con una pequeña reverencia.Sus pies se balanceaban a centímetros del suelo debido a que la silla en la que se encontraba le quedaba demasiado alta, cuando el hombre con bata blanca comenzó a hablar.

—Señora Park, iré al grano —dijo el médico poniendo sus antebrazos sobre el escritorio y revisando unos cuantos papeles —Me gustaría decirle que su caso no es muy común en parejas de linaje puro, pero tiende a presentarse cuando alguno de los dos padres tiene genes recesivos en su historial familiar.

— Doctor, me está queriendo decir que... — la mujer miraba impaciente al hombre de bata blanca.

Jimin pudo notar como su madre comenzó a mover sus manos sobre su regazo, se sobresaltó, pudo sentir a través del vínculo familiar la preocupación. No entendía, pero al ver como su madre lo miró, no lo tranquilizó.

— Me gustaría explicarle a Jimin — esta vez el hombre lo miró directamente —que tus resultados no son lo normal, pero eso no significa que tengas que sentirte mal por ser quién eres, ¿está bien?

— Pero si soy un alfa, ¿verdad? — preguntó esperanzado.

El camino de regreso a casa nunca había sido tan silencioso, se podía sentir el aura de tensión en el ambiente y a Jimin jamás se le olvidaría como su madre lo abrazó una vez fuera de aquella sala, se aferró a él transmitiéndole calma y seguridad a través de su vínculo, los murmullos cercanos de quienes veían la escena lo hacían pensar que comprendían de que se trataba, aunque en ese momento no asimilaba todo lo que significaba, porque no, no era un alfa. La luna le había dado la respuesta cuando el doctor había pronunciado: omega recesivo.

— Estaré bien, ¿cierto? — Jimin preguntó tratando de que los pensamientos negativos se esfumaran y que el silencio que se había instalado entre los dos desapareciera.
 
— Cariño, verás que si, porque papá y yo estaremos para ti, siempre. — dijo su madre poniéndose a su altura, acaricio gentilmente su cabello, mirándolo con el amor que solo una madre tiene para sus hijos. Si, porque después de todo, ser un omega no podía ser tan malo, su madre era una y era feliz, el único problema es que ella era dominante, según lo que le habían explicado, él solo tenía algunas diferencias, que no era tan importantes. O eso creía él.

ʚ♥ɞ

18 años después.

La cama estaba desecha después de una noche movida, la pareja había salido de fiesta después de terminar una semana ardua de trabajo, decidiendo terminar la faena en la habitación.

— ¡Ah! tonto, ya no me muerdas, duele — después de tener sexo Taemin tenía la manía de morder sus mejillas, era una costumbre que de un momento a otro apareció y se quedó después de la intimidad.

— Es tu culpa que sean tan regordetas y blanditas — abrazándolo por la cintura, se quedaron en aquella posición mientras repartía besos por su cuello, deteniéndose unos segundos antes de suspirar. — Amor, ¿te puedo hacer una pregunta?

— Dime — Jimin se removió quedando cara a cara con su pareja.

— ¿Cuándo me dejaras marcarte? — preguntó Taemin.

Jimin de inmediato se tensó. No es que no quisiera, pero ahí estaba su subconsciente condicionando su relación una vez más, llevaban 3 años juntos, de los cuales 2 estuvieron saliendo en secreto, hasta que Taemin contó todo con la esperanza de que sus padres no se opusieran, se llevaban bien en todos los aspectos pero al parecer eso excluía que el novio de su primogénito proveniente de una familia de alfas pura sangre fuera un recesivo; obviamente fue motivo de conflicto, eran personas con creencias muy tradicionales y eligieron proteger el estatus. Las discusiones constantes y el hostigamiento no le dejaron otra opción al alfa que irse de su casa, momento en el cual comenzaron a vivir juntos.

— Amor, ya hemos hablado de esto, sabes que no es necesario — dijo Jimin, acariciando su mejilla.

— Para mí si lo es, quiero que seas completamente mío. Te amo Jimin, sabes bien que lo que digan los demás me trae sin cuidado. — dijo Taemin atrayéndolo más a él.

— Lo sé, yo también te amo, pero ¿qué sacas con marcarme? —preguntó Jimin, intentando que su voz no quedara sepultada entre las sábanas.

— Ya estás de nuevo con eso, entiende que, para mí, una vida contigo es lo más importante, podemos irnos a Estados Unidos, sabes que el tema del dinero no es un problema, mis padres pudieron haberme quitado la palabra, pero mi puesto en la empresa sigue ahí, puedo pedir que me transfieran a la sucursal de allá, y una vez allí nos podemos casar, adoptar, lo que sea. — dijo el alfa.

Taemin lo hacía ver tan fácil.

— ¿Y mis padres? — preguntó Jimin.

— Querrán lo mejor para ti, incluso podrían venirse con nosotros — respondió el alfa.

— ¿Y los tuyos? — volvió a insistir el omega.

— Pueden irse a la mierda. — sentenció el mayor.

Jimin río, una de las cosas que hicieron que se enamorara de Taemin fue que después de que su primera relación terminará desastrosamente, luego de años él fue el único que lo hizo sentir que valía la pena, que era importante y que su condición no era del todo un problema.

— No estarán muy feliz de que renuncies a todo lo que tienes en Corea por mí. — dijo Jimin.

— ¿No les gustó acosarme con tal de que terminara contigo y olvidar que soy su hijo por enamorarme? pues que se aguanten. — respondió Taemin.

— ¿Por qué en vez de comprarte un departamento para ti, decidiste venir a vivir conmigo? — indagó Jimin dibujando círculos en el pecho del alfa.

— ¿Para qué haría eso? no podría estar las 24 horas del día junto a ti — dijo Taemin escondiendo su rostro entre el espacio de la barbilla y las clavículas del más joven.

Jimin sonrió, a veces se odiaba por ser tan inseguro, seguía yendo a terapia después de todo lo sucedido, pero aún había secuelas. Se dio vuelta en la cama, dándole la espalda a su pareja.

— ¿Qué viste en mí? — era una pregunta que siempre daba vueltas en su cabeza y pocas veces exteriorizaba.

— ¿Qué vi en ti? — Taemin se acomodó detrás de este, abrazándolo y acercándolo a él para besar cada fase de la luna en aquel tatuaje que adornaba la espalda del omega. — Vi a un chico dulce, tímido, fuerte, valiente, muuuuy hermoso por fuera y por dentro, que lucha todos los días para demostrarle al mundo que es mucho o más importante que los que lo miran en menos.

Jimin suspiró profundamente antes de responder a la pregunta de Taemin. Él había estado evadiendo esa cuestión durante meses, porque sabía que significaba mucho más que un simple acto físico. La marca significaría la unión definitiva entre ellos, y como omega recesivo, Jimin tenía que estar seguro de que su pareja estaba dispuesta a aceptar todas las implicaciones que venían con esa unión, no volvería a dar un paso en falso nunca más — Taemin, no es que no quiera, es solo que...no estoy seguro si soy el indicado para ti.

— ¿Qué estás diciendo, Jimin? — Taemin frunció el ceño, confundido. — Eres mi pareja, mi omega. Yo te elegí, ¿por qué no eres el indicado para mí?

Jimin se movió incómodo en la cama, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicarse sin ofender a Taemin.

— Aún lucho con mi pasado, me desecharon como si fuera basura, aún no puedo deshacerme de todas las inseguridades que tengo. — trató de suprimir las ganas de llorar que surgían cada vez que tocaba el tema. — Toda mi vida se me ha dicho que no soy necesario, que no soy válido, soy mucho más vulnerable que tú, como alfa eres naturalmente más fuerte. Además, jamás podré encajar en tu mundo. No quería decirlo así, pero el hecho es que, como omega recesivo, tengo una menor expectativa de vida y mayores posibilidades de enfermedad. No quiero que te sientas atrapado conmigo, sabiendo que hay tantos omegas fuertes y saludables que podrían darte algo mucho mejor que yo. Lo que de verdad mereces.

Taemin lo miró fijamente, la expresión en su rostro era una mezcla de tristeza y frustración.
— Jimin, ¿cómo puedes pensar que eso me importa? Te amo por quién eres, no por tu estatus como omega. Y no importa cuánto tiempo tengamos juntos, siempre estaré aquí para ti. No voy a dejarte solo, yo no me voy a ir. Nunca.

Jimin se conmovió ante las palabras de Taemin, más por la última frase. Se sintió tan amado y protegido, que las lágrimas se asomaron en sus ojos.

— Taemin... — dijo con voz temblorosa.

— No digas nada, cariño. No insistiré más, ¿de acuerdo? te daré el tiempo que sea necesario para que lo pienses, hasta que tú me lo pidas y estés seguro, no se habla más del tema de la marca. — comenzó a dejar suaves besos en la nuca del contrario — Por ahora, solo déjame demostrarte cuánto te amo.

Taemin se movió para cubrir el cuerpo de Jimin con el suyo, y comenzó a besarlo suavemente. Los besos se intensificaron, y pronto estaban haciendo el amor otra vez. Pero ahora, Jimin no se sintió inseguro ni vulnerable. Se sintió amado, protegido y deseado, de verdad intentaría convencerse de que al fin había encontrado la paz que estaba buscando.

ʚ♥ɞ

El avión aterrizó y su hija miraba ansiosa por la ventana mientras la maquina con alas se asentaba en tierra firme, moviendo sus pies que no alcanzaban a tocar el piso y Jungkook sonrió por la ternura que emanaba naturalmente de una niña pequeña de 5 años.

— Papi ¿ya estamos en Carea, ¿verdad? — preguntó la pequeña ahora volteándose a ver a su padre con una sonrisa que dejaba ver el espacio de aquel diente de leche que hace unos días se había caído.

— Es Corea, cariño, pero si, ya estamos aquí, ¿estás lista para conocer el país de papá? — preguntó tomando su mano, y la mochila de mano que había dejado bajo el asiento.

— ¡Sí! — respondió la más pequeña dando saltos en su lugar.

Jungkook sonrió y la levantó en brazos para salir del avión. Mientras caminaban hacia el control de pasaportes, Jungkook no podía evitar sentir una mezcla de emociones. Habían pasado exactamente 7 años desde la última vez que estuvo en Corea, y aunque estaba emocionado por estar de regreso, también sentía una leve sensación de ansiedad. Había dejado muchas cosas atrás cuando se mudó a Estados Unidos, incluyéndolo a él.

De repente, la voz de su hija lo sacó de sus pensamientos.— Papi, ¿por qué tienes esa cara triste? — preguntó la pequeña, preocupada. Jungkook se agachó para estar a su altura y le sonrió.

— No es nada, cariño. Estoy feliz de estar aquí contigo y de que conozcas mi país.

La pequeña asintió con una sonrisa y siguieron caminando para terminar todos los tediosos trámites que conllevan viajar de un continente a otro. Después de pasar el control, recogieron su equipaje y salieron del aeropuerto. Un taxi, que Jungkook había preparado incluso antes de abordar el avión, los esperaba afuera, y Jungkook le dio al conductor la dirección de su nuevo hogar. Durante el trayecto de Incheon hasta Seúl, la pequeña iba asombrada por todo lo que veía, haciendo que al alfa se preguntara como los niños de hoy guardaban energías incluso después de viajes tan largos, de igual manera le preocupaba el jetlag, pero ya se encargaría de eso, por ahora la dejaría ver todo lo que ella quisiera, mientras Jungkook observaba por la ventana con nostalgia, New York no se diferenciaba mucho de Incheon y de lo que era la capital en lo que respectaba al tráfico y al ruido que jamás cesaba, pero a la vez se sentía ajeno, le tomaría trabajo acostumbrarse nuevamente a todo su antiguo entorno. Cuando finalmente llegaron a su destino, Jungkook ayudó a su hija a bajar del taxi y pagó al conductor.

Mientras caminaban hacia su nuevo departamento, que el alfa procuró que estuviera ubicado en uno de los barrios más privilegiados de Seúl, pero también un sector donde el supiera moverse con escuelas cerca y todo lo necesario para la nueva vida de su hija, Jungkook se detuvo en seco frente a un pequeño café. La fachada le resultaba muy familiar, y de repente, los recuerdos comenzaron a inundarlo. Había sido en ese café, donde ambos se conocieron y había sido ese café su lugar de encuentro durante todas las semanas, después de la universidad. La pequeña lo miró confundida al ver que su padre se quedó parado frente a esa tiendita, perdido en algún punto fijo.

— ¿Papi, ¿qué pasa? ¿quieres tomar algo calientito? — preguntó ella.

Jungkook la miró, tratando de ocultar el nudo que se le había formado en la garganta con una sonrisa paternal, recordando la última vez que estuvo ahí y la culpa azotándolo de repente. Cerró sus ojos tratando de apartar aquel sentimiento antes de voltear hacia su hija.

— Sería bueno, ¿no crees? hace un poco de frío y de paso compramos algo para que comamos — respondió él, entrando junto a su hija, inhalando el aroma del café cargado de memorias.Pero ahora que estaba de vuelta, ¿sería posible que pudiera encontrar a Jimin otra vez?

-☕-

¡Holaaaaaa! ¿cómo están? estoy muy emocionada porque este es mi primer fanfic después de muuuucho tiempo y he estado desde hace más de un año intentando escribirlo, el primer capítulo quedó cortito unu pero prometo que a medida que avance iré haciendolos más largos, o ustedes si quieren me dicen como les gusta más. Espero que disfruten y de a poquito vayamos creciendo y me puedan ayudar a mejorar, un besito para ti que leíste hasta aquí y nos vemos en la proxima actualización ✌✨

JIKOOK MIS PAPIS<3 
BTS PAVED THE WAY



Strangers with memories ♡⃕   KM omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora