Fue inútil entrar en razón con Sasuke sobre olvidar por completo el aniversario. Sobre todo porque el azabache parecía ser muy indiferente al tema, y se vio obligada a desistir en sus intentos cuando él salió en un misión y recibió la llamada de Tsunade, quien la necesitaba en su despacho de forma inmediata.
A pesar de todos los problemas, Sasuke no había salido de casa sin antes darle un beso en el cuello. Nada de labios, aún seguía molesto, pero jamás se iría sin despedirse.
Suspiró con pesar; odiaba pelearse con él, porque a pesar de los celos y las frustraciones por entenderse mutuamente, la vida shinobi era muy corta, todos ellos tenían los días contados. Donde un día sales de casa caminando, y si tienes suerte, llegas envuelto en una manta por tus camaradas; en el peor de los casos no hay camaradas que regresen con tu cuerpo, o cuerpo que regresar.
Por esa razón acordaron siempre estar de buenas antes cualquier misión. No importaba cuán enojados estuviesen, cuán grave haya sido una pelea, si aún sentían algo por el otro, no saldrían de casa sin haberse despedido. Sonrió con ternura al recordar que fue Sasuke quien propuso aquello. Pequeños detalles que nadie notaría, pero ella siempre los tendría presente.
-Tsunade-shishō -saludó a su maestra, la rubia sonrió levantándose del asiento. Vio entonces a Shino en una esquina del despacho; parpadeó confundida, regresando su atención a la Senju.
-Sakura, tengo un trabajo para ti -caminó hacia ella, cogiéndola por los hombros en un gesto de seguridad-. Shino necesita ayuda para crear un antídoto contra un bicho que apareció recientemente. Creo que puedes ayudarle, yo tengo cosas que hacer.
Sakura entrecerró los ojos hacia su maestra mientras ella volvía a su asiento.
-¿Tiene mucho que hacer? -Preguntó, observando con detenimiento el escritorio, vacío en absoluto-. ¡¿Dónde tiene guardado el sake, Shishō?!
Tsunade envió una mirada asesina.
-¡Retírense de mi despacho ahora mismo! -gritó, golpeando cruelmente el escritorio.
-Se lo diré a Shizune-san -le apuntó Sakura antes de arrastrar a Shino del lugar. Dio un portazo aún más cruel al salir. Ahora su alcohólica maestra tendría un momento de paz hasta que Shizune la descubriera.
Shino caminó hacia el invernadero explicando con detalle los problemas que traía el pequeño y peligroso insecto, llegando al centro de investigación entre hipótesis de las plantas que ayudarían en la fabricación del antídoto; y dieciséis horas después de comenzar, Sakura suspiró agotada, con sudor perlando su frente mientras anotaba los distintos ingredientes para aquel antitóxico que aún seguía en fase experimental.
Su acompañante mantenía un rostro inexpresivo, pero estaba tan cansado como ella.
-Toma.
Sakura levantó la vista, escrutando la tan preciosa como extraña flor violeta que le extendían. Era de una planta medicinal que Konoha se encargaba de cuidar con meticulosidad. Ya no se encontraban ejemplares en las afueras y, a parte de su preciosa apariencia, sus propiedades eran muy sustanciales para los ninjas médicos.
Notó primero el pequeño vapor que desprendía uno de los pétalos como capullos a punto de florecer, luego la planta ardió en llamas en la mano de Shino antes de que este la soltada de golpe. Su posición de ataque duró tan poco como había aparecido. Levantó la mirada, encontrando a su novio, quieto en la entrada del invernadero, con los ojos entrecerrados.
Ahí va de nuevo, suspiró mentalmente.
-Uchiha -saludó Shino.
-Aburame -farfulló Sasuke en respuesta. Escuchó el extraño sonido de algo siendo aplastado que al principio no logró ubicar. Entonces Shino se tensó cual cuerda de guitarra. Horrorizada bajó la vista hacia el suelo. Lo que antes podría haber sido un insecto, yacía bajo las sandalias ninja de Sasuke, aplastado manera que no le haría ninguna gracia al del Clan Aburame. No tuvo tiempo de hablar, otra vez la voz de Sasuke se impuso a la suya acallando su gemido de consternación-. Si valoras tu asquerosa existencia tanto como pareces hacerlo, pensarás dos veces antes de intentar regalarle flores a Sakura.
Los lentes oscuros de Shino seguían fijos en el animal bajo los pies de su adversario. Luego, ambos se miraron con desprecio. Apoyó las palmas en las manos de Sasuke.
-Shino-san, lo siento mucho. ¿Tomamos un descanso?
No le dio tiempo de responder, empujó al Uchiha lejos de lo que podría ser otra pelea en la aldea y, en un silencio aterrador, lo guio en el largo camino hacia casa. El moreno no puso ni un pie dentro cuando la agarró del brazo con brusquedad, estampándola contra la pared. Sus ojos volvieron a entrecerrarse.
-Puedes empezar.
-Estaba tratando de encontrar un antídoto al veneno de un nuevo insecto que ha llegado a la aldea, tú, tonto celoso -acusó enfadada.
Le pareció percibir un pequeño destello de terror en su rostro antes de volver por la ira. Apretó el agarre en el brazo de la chica.
-Tú... ¿estabas trabajando con el maldito insecto que casi asesina a mi escuadrón de rastreo? -El agarre se apretó más, haciéndose incómodo-. ¿Estás demente?
-Auch -la peli-rosa, apuntó con su barbilla donde la mantenía sujeta.
-Sakura -advirtió, aflojando el agarre.
-Todo está bajo control, tomaron muestras de la toxina, no hay insecto... aún... -respondió-. ¿Ustedes están bien? ¡¿Qué le pasó a tu cabeza?! -chilló al notar la venda envolviéndole la frente.
-Un tarado intentó atenderme en el hospital. ¿Quién diablos usa vendas cuando pueden tratar estas heridas como nada?
-Guardamos nuestro chakra para momentos críticos, Sasuke-kun. Yo hago una excepción, solo por ti -murmuró. Acarició con sus dedos la sien del azabache, con un aura verde curando la zona herida. Sasuke guardó un momento más, analizándola con dureza; entonces dio una vuelta y entró al apartamento.
-La próxima vez que lo vea dándote flores, no será un insecto lo que aplastaré -musitó, dirigiéndose al baño.
Sakura sonrió cerrando la puerta de entrada. Empezó a bajar el cierre de su camisa caminando en la misma dirección. Iba a darle una lección a ese pendejo
Fin
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Los celos de el
Fanfictiony aquí podremos ver como el frío y sin sentimientos uchiha se convierte en un total celoso y posesivo solamente con aquella chica; de pelos rosas y ojos verdes con cada chico que ella se topa su celos sarden dentro de El, ocasionando muchos malos e...