10. Buena suerte

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naruto rápidamente me coge del brazo y me endereza, las cejas formando un ceño fruncido.

─ ¿Qué se supone que fue eso?

Yo gruño ─ Se suponía que tenías que caerte.

Él solo me mira, su cara en blanco por un momento. ─ ¿Me estás bromeando, cierto?

─ ¡He hecho caer hombres mucho más pesados que tú!

─ Un maldito árbol se derriba más pronto que naruto, sasuke ─ grita kiba.

─ Bueno, puedo ver eso ─ me quejo, y pongo mis manos alrededor de mi boca para gritar ─ . ¡Gracias por el aviso, kiba!

Maldiciendo entre dientes, naruto toma mi brazo mientras me conduce, saltando, hasta la esquina, donde se despliega en una silla y, ya que solo hay una, me arrastra hacia abajo encima de él para que pueda revisar mi tobillo.

─ Jodiste tu tobillo ¿Cierto? ─ Pregunta, y es la primera vez que lo escucho sonar tan... molesto conmigo.

─ Parece que erróneamente envié todo mi peso al tobillo ─ admití a regañadientes.

─ ¿Por qué me pegaste? ¿Estás enojado conmigo?

Ceñí ─ ¿Por qué lo estaría?

Sus ojos se fijaron en los míos, se veía aterradoramente solemne y definitivamente molesto.

─ Tú dime.

Agachando mi cabeza, miro hacia mi tobillo y me niego a derramar mis tripas sobre nadie que no sea hinata.

─ Hey, ¿Podemos conseguir un poco de agua por aquí? ─ Dice en voz alta, una nota aguda de frustración en sus palabras. kiba trae un Gatorade y una botella de agua y las coloca en el suelo junto a mis pies.

─ Estamos terminando ─ nos dice, y luego en tono preocupado, me pregunta ─ . ¿Estás bien, sasuke?

─ Perfecto. Llámame mañana de nuevo. No puedo esperar para volver al ring contra este tipo.

kiba se ríe, pero naruto no le da ni una simple vista.

Su pecho está empapado en sudor y su cabeza se agacha mientras me inspecciona el tobillo, sus pulgares haciendo presión alrededor del hueso.

─ ¿Te duele, sasuke?

Creo que está preocupado. La repentina suavidad con la que habla hace que me duela la garganta, y no sé por qué. Como cuando caes, y no te duele, pero llorar porque te sientes humillado. Pero yo ya me he caído mucho peor en frente del mundo, y deseé no haber llorado tan fuertemente como lo hice así como deseo no haberme caído en frente del hombre más fuerte del mundo.

Frunciendo el ceño en su lugar, trato de inspeccionar mi tobillo, pero él no mueve su mano, y de pronto varios de nuestros dedos rodean mi tobillo, y todo lo que yo puedo sentir son sus pulgares en mi piel.

─ Pesas una tonelada ─ me quejé, como si fuera su culpa de que yo sea un idiota. ─. Si pesaras un poco menos te habría tumbado. Incluso he tumbado a mi instructor.

Él levanta la vista, frunciendo el ceño. ─ ¿Qué puedo decir?

─ ¿Qué lo sientes? ¿Para no perder mi orgullo?

Sacude su cabeza, aun evidentemente molesto, sonrío con ironía y me agacho para tomar el Gatorade, desenroscando la tapa.

Sus ojos caen en mis labios mientras me tomo un sorbo, y puedo sentir, de repente, algo inconfundible entre sus piernas debajo de mi trasero. A medida que el líquido frio corre por mi garganta, hace que el resto de mi cuerpo se ponga febrilmente cálido y cada vez más caliente.

ERES MIO ¡La Obsesión Del Boxeador! NARUSASUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora