[30] La cena de Pansy

1.4K 132 76
                                    

ESTE CAPITULO TIENE DE.TO.DO


[30]

La cena de Pansy


Hermione caminó por la sala, de un lado al otro, sintiendo que estaba dejando un hoyo sobre el suelo, pero sin molestarse con eso, o con el hecho de que se estaba mordiendo las uñas. Estaba nerviosa, alterada y enojada.

Le dedicó una mirada furtiva a su amigo que estaba sentado frente a la gran mesa. Harry no abrió la boca, seguramente sabiendo que era mejor no hacerlo.

— ¿Me vas a explicar? — indagó ella, acercándose al mago con pasos rápidos.

— No hay nada para explicar. Todavía. — se apresuró a añadir al ver los ojos de ella.

—¿Todavía? — retruco Hermione apenas conteniendo su voz. — ¿Qué se supone que significa eso?

El mago abrió la boca para decir algo, pero antes de que cualquier palabra pudiera salir de sus labios, ella lo interrumpió.

— y siquiera se te ocurra mentir, o ser evasivo. Tengo pruebas... — Hermione apuntó con un dedo acusador al permiso otorgado al auror Potter de ingresar nuevamente a Azkaban. — de qué está pasando algo, y sé qué me lo estás escondiendo.

— soy un auror, Hermione. Voy a Azkaban. — espetó él, acomodándose las gafas sobre el puente de la nariz, su voz tan evasiva cómo su argumento.

— Detestas ese lugar, no vas a menos que sea explícitamente obligado. La última vez que tuviste que ir fue el mismísimo ministro quién solicitó el permiso porque te negabas a hacerlo y ahora... lo solicitaste tú, repetidamente. — gruñó, empujando el pergamino en dirección a su amigo con las últimas tres vistas en los últimos seis días.

— Tengo algo importante que hacer allá. — gruñó en respuesta el mago, claramente molesto por tener que compartir eso.

—¿Qué sería...? — indagó Hermione con creciente curiosidad.

— No puedo contarte. No todavía. — continuó él, mientras se ponía en pie, ya pronto para huir.

Pero Hermione no lo dejaría, porque estaba casi segura de que había algo grande en el medio. Si era algo que ameritaba que su amigo se encaminará a los oscuros y húmedos pasillos de la cárcel del lugar que más odiaba en el mundo, Hermione estaba segura de que había algo oculto. A eso sumado que Harry le escondiera lo que fuera a ella solo quería decir algo: era importante.

Hermione dió dos pasos para detenerlo, y abrió la boca pronta para decirle que no iría a ningún lugar, cuando Pansy entró en la sala, medio rengueando, medio corriendo.

—¡Ya están acá! — chilló con animación. — Luna y Ginny. ¡Y Theo y Blaise! — continuó mientras se detenía a escasos centímetros de ellos. — siquiera puedo creer que realmente estén acá.

— Claro que sí, Pansy. — devolvió Hermione, acercándose a la bruja emocionada. — Son tus amigos. Por supuesto que iban a venir.

— ¡Merlín! Hermione, ayúdame con esto, y Harry, ve a saludar. Que pensaran que no estás a gusto con su visita y no queremos eso. ¡Ahora! — gruñó la bruja cuando él no se movió.

Harry no demoró en acatar el pedido y salió despedido de la sala, con pasos rápidos, pero se detuvo en el marco de la puerta para respirar hondo un par de veces y salir. Después de todo, no eran todos los días que se enfrentaba a tres serpientes juntas, que serían cuatro si Draco aparecía... aunque no había confirmado su asistencia. Eso no había quitado la certeza de Pansy de que él aparecería.

La luz que habita en ti [Dramione] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora