02┊❝Dos❞

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         — Te dije que lo había leído de varios lugares, ¿tu casa o la mía?

— Esperen, ¿ya? — El mayor los detuvo antes de que se genere una acalorada decisión. El castaño estaba temblando, y estaba más sonrojado que nunca, y el pelinegro estaba moviendo sus hombros de manera rápida, casi mareándolo a él. Si iban a tener relaciones sexuales tenía que ser con cuidado, condones, etc, así que miró a los dos menores.

MinHo comenzó a temblar al momento que la vista del doctor se dirigió a él. Estaba nervioso, claro que sí. Había soñado repetidas veces que Jisung siempre se le declaraba, fantasías que la alarma siempre se encargaba de trozar frente a él. Soñaba que él y Jisung estaban juntos, en una cita, sabiendo directamente que era una cita romántica y no una salida de amigos, compartían besos y leves caricias, y siempre eran eso.

MinHo podría ser torpe, descuidado, no tan inteligente, podría ser muchas cosas, pero jamás un pervertido. Todas sus fantasías solo se limitaban a imaginar un romance con él y nada más, porque sabía que si se imaginaba a él y al "amor de su vida" teniendo otro tipo de contacto descarado, iba a morir de vergúenza cada vez que lo viera, como si supiera leer la mente.

Si alguna vez se estaba masturbando y de repente venía la imagen de su mejor amigo, dejaba de hacer lo que estaba haciendo, se bañaba con agua fría, y leía la biblia, la Santa palabra del Señor para dejar de ser un completa pervertido, aunque ni siquiera estaba haciendo nada malo, o por lo menos para él, eso era algo que debía ser pagado con dolor.

Tal vez por eso la mitad del tiempo terminaba con sus nudillos ensangrentados por golpear a la gente que decía algo malo al respecto del cuerpo de Jisung, siendo un comentario pervertido, subido de tono, o en sí, una burla.

El director le había advertido que una pelea más y se iba expulsado, cosa que preocupó a ambos chicos. Lo único que le gustaba de la escuela a MinHo era ver a Jisung, y ese pan delicioso de la cafetería que solo servían los miércoles y viernes. Además de que para Jisung sería doloroso pasar la escuela sin su mejor amigo.

Aunque ambos tenían otros amigos, con los consejos para socializar de Sunggie, el castaño hizo una que otra amistad, y se volvió algo popular, volviendo de su apareciera algo aterradora su atributo, y el menor, siendo cercano a MinHo, también se volvió algo popular e hizo más amigos por ahí, más de los que ya tenía.

— MinHo, ¿por qué estás tan rojo?

— Un hermoso rostro cercano hizo al mayor dejar de soñar, y volvió a la realidad. Estaban en la oficina de su nutriólogo, debatiendo los beneficios sobre el sexo seguro y las desventajas si se descuida algún aspecto.

— Hablar de sexo no es algo de lo que... esté acostumbrado

— Pero si ya tuviste.

— ¿Te sientes cómoda hablado sobre malas calificaciones? — El menor niega, mirando con un puchero a su mejor amigo —. ¿Entonces?

Jisung comenzó a jugar con sus dedos, haciéndola ver tan tierno a los ojos de sus dos mayores, que alzaron sus cejas al ver tan tierna imagen.

El menor con sus mejillas sonrosadas, sus labios rojizos abultados, y su ceño fruncido, sumando con sus dedos, se veía como un niño pequeño regañado. Ambos estaban casi fuera de sus asientos logrando ver al pequeño chico, que comenzó a mover sus piernas en lo restante de la silla. MinHo miró al doctor Woo.

— Quiere tener sexo para bajar de peso, no quiere hacer ejercicio.

— El sexo es como ejercicio, no le veo nada de malo mientras ambos se cuiden, eso sí, tienen que seguir la dieta que les receté para que sea más eficaz.

Diet of Sex🌴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora