Capitulo 1

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"¡Shizun!, ¡Shizun!" Grito a pesar de la oscuridad, no había nadie. Todo fue su culpa, nada terminó como el quería, cayó en la inconsciencia y lo último que vio fue a shizun siendo protegido por su cuerpo contra las piedras. Siempre estuvo en guardia ante Xi Mo porque sabía que el era inestable pero es lo único en lo que volvería fuerte, esa arma demoníaca que lo reconoció como su dueño había tomado control de cuerpo.

No importa cuanto intentará volver en así mismo.

"Shizun ¿en donde estas?" No tenía la más mínima idea de lo que pasaba afuera, pero tenia miedo, siempre tuvo miedo y estaba asustado. En estos momentos volvía a ser ese niño asustadizo que dormía en una leñera, ese niño que luchaba por sobrevivir en las calles tratando de llevar una comida para su madre.

Quería llorar, pero ni sus lágrimas podían salir. Nunca le gustó la oscuridad, nunca quiso estar solo.

Pero sus acciones tuvieron consecuencias que lo dejaron devastado, su shizun, su maestro y la persona que amaba había muerto por su culpa, y cuando lo recupera se alejaba de el con miedo. "¡No quiero estar aqui! ¡Por favor saquen me!, ¡Shizun!" Que alguien lo ayude, estar aquí lo hacia traer recuerdo dolorosos que había intentado suprimir, los días en donde no podía comer, todos sus huesos rotos y las miles de veces que tuvo que beber su sangre por la sed.

"Salveme" estaba solo y no importaba cuanto llorara, todos lo odiaban por ser el, solo deseaba desaparecer.

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Una luz comenzó a filtrarse haciéndolo despertar del control de Xi Mo, no sabia que había pasado pero hubiera querido jamás enterarse, reconoció la cueva en donde perdió la conciencia pero... líquidos corría entre sus piernas y no era nada más que sangre, unas blancas piernas que fueron manchadas se encontraba abiertas entre sus caderas. Al mirar hacia arriba, quiso arrancarse los ojos y que esos cientos de intentos por quitarse la vida hubieran funcionado.

Su amado, su maestro, la persona por la que lloro todos estos años mostraba su desnudez, la piel pálida y esos rojos botones que antes hubiera deseado pero ahora... lo único que observaba era lo que había hecho.

Shen Qingqiu no podía hablar su respiración entrecortada, a los ojos de BinGhe estaba sufriendo y en los ojos de Shen era una pelea contra el sistema.

Sin mirar hacia abajo, se separo de su shizun retrocediendo no le dirigió la mirada. Luo BinGhe, el gran rey demonio estaba temblando en el piso y sus lágrimas estaban cayendo en cascada.

Grito y grito hasta que su garganta no lo soporto, esto no debió terminar de esta manera. Sólo quería estar junto su maestro pero desde antes sabía que sólo traería desgracia, muchos intentaron alejarlo pero era demasiado obstinado para hacerlo.

Pero ahora viendo la situación, pensó que hubiera sido una mejor decisión.

"Lo siento, lo siento shizun" su voz salió en susurro y sus ojos estaban empañados, volvió a recordar los días en que estuvo cuidado el cuerpo de Shen, fueron días en donde la soledad era su mejor amigo y todas las noches la luna era quién veía a ese demonio llorar por amor, arrepentimientos.

Aun podía sentir como Xi Mo cortaba su carne, las innumerables veces que intento acabar con su vida, maldecía tener esta sangre que fue impedimento para su cometido pero... sabia que era el quien esperaba un grito de ayuda, alguien que cuidara de él y que lo amara con locura.

Perdió a su madre, y soporto su llanto, cayó en el abismo, y se trago las lágrimas, su shizun murió y el corazón se partió en miles de pedazos.

Entrecerrados los ojos, observo la dirección en donde su arma se encontraba tirada.

¿Aún podría terminar su cometido? Gateando cogio a Xi Mo e inmediatamente, está intento volver a tomar control pero esta vez, no lo iba a permitir. Luo BinGhe tenía miedo, pero sabía que esta decisión sería la mejor, todo terminaría bien, ya nadie sufriría por su causa ¿verdad?

"Mamá... lo siento" Pensó, ya no podía ser el niño bueno que le había prometido.

"Shijie... perdona a este shidi por arrebatar a shizun" a pesar que ya no hablaran, aún seguía teniéndole un gran aprecio.

Con sus manos puso el filo de Xi Mo en su cuello. El corazón le latía a mil por hora, dolía mucho.

Se atrevió a mirar a su maestro, Shen Qingqiu no se daba cuenta pero su pelea contra el sistema se había extendido demasiado y no se daba cuenta del gran cambio que dará su vida.

El filo comenzó a enterrarse gracias a los temblores de Luo BinGhe.

Forzado su voz para hablar " Shizun... perdona a este discípulo ingrato por traer desgracia a tu vida" lágrimas volvieron a caer con más fuerza, "Shizun... Gracias por aguantarme estos años... no sabes, cuanto te..." se ahogo, ya no podía hablar.

Shizun, por favor, dime que estoy tomando una decisión equivocada.

Shizun ¿me hubieras dando otra oportunidad?

Shizun ¿aún confías en mi?

¡Shen Qingqiu... ¿en otra vida podremos estar juntos?!

...

Todavía soy joven, todavía soy un niño... que no puede mantenerse de pie en ningún lado, incluso mientras trato de soportarlo, vuelvo a deambular profundamente.

Solo.

A medida que pasa el tiempo, más miedos toman lugar en mi, apúrate. ¡Sálvame! Me he quedado atrás solo en este lugar, ya no puedo soportarlo, mis espinas no te lastimarán. Si voy a ti primero, por favor acariciame de nuevo, y estaré bien....

Ese mismo día, en donde el cielo se oscureció y las estrellas dejaron de brillar, un pequeño corazón se había caído para no volver.

Lo único que quedaba era un cuepro inerte, sin vida, sin recuerdos, sin alma.

Unos minutos después, el cielo fue testigo de un grito desgarrador, solo los dioses eran espectadores de este amor nunca visto.

Termino.

....


"¡BinGhe!"

SNAP [Bingqie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora