Esperar a James era toda un odisea, el era capitán del equipo de baloncesto en el instituto, todos los días tenía que quedarme sentada hasta que acabará. La verdad no me molesta, solo que cuando se llena de estudiantes de otros paralelo a ver los entrenamientos, mis manos comienzan a sudar y mi cabeza duele.
Ahora mismo es uno de esos días, mi mayor escondite es abajo de las gradas, nadie puede verme. James es demasiado bueno en el baloncesto incluso fue campeón junto a su equipo el año pasado en los juegos internos del colegio, trato que mi mente viaje a otro lugar para no entrar en una crisis. Recuerdo las citas con James, las visitas al bar que siempre vamos, los besos que nos dábamos a escondidas al principio de nuestra relación.
Estoy a punto de distraerme hasta que alguien me toca el hombro, la maravillosa Inez como siempre. Quiero que se aleje de mi, pero parece que no tiene intenciones de irse.
—Que haces aquí, — Inez susurra.
— Quería encontrar un poco de paz en tanto alboroto. — Digo en el mismo tono que ella preguntó.
—Pensé que estabas peleada con James, ¿Cómo va tu relación con el?, dicen que van a terminar porque James es muy guapo como para andar con alguien como tú, además el match perfecto es el capitán junto a la porrista.— su comentario fue tan dañino que me moleste demasiado.
—James y yo no vamos a terminar por tonterías de la gente, creo que estas viendo mucha tele al decir eso de "match", es muy cliché, si el no quisiera estar conmigo nunca me hubiera propuesto ser su novia.
—me levantó y voy hacia los baños femeninos dejando a Inez sola.
Me quedo un buen rato en los baños hasta que veo pasar a una gran cantidad de estudiantes dirigiéndose hacia la salida principal del instituto. Suspiro feliz, ya acabo el entrenamiento, salgo del baño y me dirijo hacia la cancha mientras avanzó unas largas manos me rodean toda mi cintura y sonrió al saber que es James, levanto la cabeza y lo veo, me da un beso en la mejilla mientras me abraza por detrás con más fuerza.
—Perdón por la demora bonita, tenía que entrenar para dedicarte cada victoria mía. —Sonrío al ver su entusiasmo.
—No te preocupes te espere debajo de las gradas pero luego me dirigí hacia el baño.
—Entiendo, me imagino que tuviste algún detonante para actuar así, — sus brazos me sueltan— Ahora voy a recoger todas mis cosas para dejarte a tu casa.
Asiento y se aleja de mi hacia el baño de varones donde tiene sus cosas.
James es la única persona que tengo, mi mejor amiga James, mi mejor amigo James, mi compañero James, mi compañero de trabajo en equipo de clases James. De alguna forma el me salvo de tantas cosas, me empujó a descubrir cosas que desconocía de mí, me ayuda siempre que estoy entrando a una crisis o en un lapso depresivo.
No quiero decir que dependa de él, aveces nesecitamos a una persona que nos ayude a seguir adelante y nos motive, esa persona fue el. Nos conocimos cuando vine a Roweld a vivir junto a mi familia ya hace cinco años atrás, yo pasé tres años de mi vida sin ningún amigo en este pueblo, mi vida se resumía a ir al colegio y regresar a casa a terminar mis deberes, escuchar a mis padres pelear, en mis tiempos libres leía y así se repetían mis días.
Un día el profesor de historia dijo que escogamos parejas para un proyecto y pensé que me quedaría sola como siempre. Pero un chico de cabellos negros y ojos azules casi transparentes se acercaron a mí, desde ese momento sabía que el cambiaría cada partícula de mi ser y el orden de mi vida, no me equivoque, el estaba en el paralelo "B", y yo en el "C", solo sabía que era el capitán de baloncesto y campeón olímpico de matemáticas.
