Capitulo 1

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Un barman atendia con coqueteria a una inocente y reicachona rubia, estaba intentando encenderle el cigarro con un antiguo mechero plateado que parecia no querer funcionar aunque eso fue suficiente para distraer a la rubia para robarle su pulsera de diamantes.
-No te preocupes, así esta bien. Además, lo quiero dejar.- la rubia alejo el cigarrillo al ver que el mechero no se dignaba a funcionar.
-Miralo como una señal.- objeto divertido el joven.
-O tal vez necesites un mechero que funcione.- debatio la rubia divertida señalando al pequeño aparato plateado.
-¿Esta antigüedad? Si, si funciona.- el barman volvio a dentro del local mientras limpiaba las mesas interiores recien desocupadas, hasta que paso por una pequeña mesa donde habia un hombre de unos cueranta y cinco años que aprovecho su distracción para robarle la pulsera de diamantes recien robada.
-Esa ingenua niña rica, era un blanco perfecto.- comento el hombre ganandose la atención del muchacho quien lo miraba con confusion.
-No se de llo que estas hablando.- arrugo el ceño jugueteando con el trapo que traía en sus manos.
-Ya sabes de lo que te hablo. Te tomas tu tiempo, eres precabido, robas cosas insignificantes.- observo el hombre de arriba a abajo al muchacho-. Corrigeme si me equivoco.
-Si, te equivocas.- mintio descaradamente el barman-. Y ya estamos cerrando así que ya te puedes ir.
-Victor Sullivan, solo dime Sulli. -se presento el hombre con su semblante serio.
-Gracias, no lo haré, pero gracias.- se cruzo de brazos mirandole.
-Hay un trabajo, un proyecto, uno muy grande y necesito otro par de manos.- informo el hombre alzando sus cejas.
-¿A eso te dedicas? ¿Visitar bares para buscar a un compañero? .- la burla se palpaba en las palabras del joven.
-Te estoy ofreciendo una salida de este lugar. Y así podras visitar lugares que solo has visto en libros, ¿te gusta?.-
-Te fallo el calculo Victor, no soy un blanco en un bar y a muchos de aqui nos gustaria largarnos a dormir asi que...Adios.- se puso serio mirando al hombre quien se levantaba de su asiento.
-¿Ya esta? .-pregunto el hombre antes de irse dejando al joven con el ceño arrugado.
El barman al ver que ya se habia ido el extraño sujeto se palpo los bolsillos dandose cuenta que la pulsera de diamantes que habia robado habia desaparecido, bueno, mejor dicho Victor se la habia robado, solamente se encontro una tarjeta donde estaban los datos del hombre junto con una nota "No robaras".
-Idiota.- gruño por lo bajo.

El joven barman se encamino hacia la dirección que ponia en la tarjeta chocandose por "accidente" con el portero del edificio, pero en realidad solo le habia robado las llaves aunque solo le interesaba una

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El joven barman se encamino hacia la dirección que ponia en la tarjeta chocandose por "accidente" con el portero del edificio, pero en realidad solo le habia robado las llaves aunque solo le interesaba una. Con cuidado abrio la puerta encontrandose con el piso vacio. Pero no fue ráìdo, ya que se entretubo viendo un mapa, el mapa que intento robar con su hermano hace quince años cuando tenia solamente diez años.
-Por lo que veo, la paciencia, no es tu virtud.- comento Victor vestido con unos pantalones de pijama y una musculosa blanca.
-¿Sorprendido de verme? .-
-No, no.- nego con la cabeza-. Te prepare una copa.
-¿Y la pulsera? .- pregunto pasando del coctel rojo que se encontraba en la mesa.
-Si la quieres esta en el primer cajon del escritorio, pero creo que viniste porque buscas algo más grande.- contesto mientras el joven a paso decidido se encamino a coger la pulsera de diamantes.
-Na', solo quiero la pulsera.- se nego guardando la pulsera en su mochila.
-¿Solo eso? .- pregunto el hombre mirandole desde la puerta del pasillo.
-No, esto se ve caro.- cogio una pequeña estatua esmeralda de un león metiendola en su mocila.
-¿Por qué el mapa? .- cuestiono Victor deteniendo el paso del joven-. De todo lo que ahí, eso es lo que te llamo la atención.
-Porque parece autentico.-
-No, no lo parece, lo es.- el chico miro asombrado el mapa capturando cada detalle de él.
-No puede ser cierto.- el asombro del chico se notaba tan solo con una mirada que le dieras. -Esta linea muestra la ruta de Fernando de Magallanes para navegar alrededor del mundo.- paso su dedo por el crital que protegia el mapa trazando la linea.
-Fue el primero que lo hizo, sabes de historia.- Victor parecia que hablaba para si mismo.
-No fue el primero, porque Magallanes murio en una playa, en alguna parte. Fue su capitan Juan Sebastian el Cano quien termino el viaje con otros diecisiete.- explico el joven dandose la vuelta para ver al hombre-. Tambien conocidos como los infames dieciocho. Conozco la leyenda que su viaje no era de exploración, era para encontrar oro, pero es solo una leyenda.
-No. Yo no estoy de acuerdo.- Vuctor señalo un libro que tenía abierto encima de la mesa haciendo que el joven dejara su mochila en el suelo y se acercara a la mesa-. Estos viajes eran muy caros para ese entonces , el rey de España no podia pagarlo, no iba a haber ningún viaje hasta que algun nversionista privado lo apoyara.
-La casa de Moncada.-
-Si.- el hombre puso sobre el libro otro.
-Financiaron las cruzadas , la inquisicion, el fasciesmo de Franco en los años 30 y cualquier atrocidad que se te ocurra.- el joven parecia un historiador y eso le gustaba a Victor.
-Le ofrecieron a Magallanes un viaje de exploración siempre y cuando volviera con ese oro , pero, ¿con cuanto oro? En dolares de hoy como cinco mil millones.-
-El tesoro más grande jamas encontrado.- murmuro el chico mirando hacia los libros-. Oye, siempre he soñado con esto desde que era niño, pero presiento que eso, tú, ya lo sabias.
-Cuando Sam me dijo que tenia un hermano pequeño que tambien le encantaba esto, Magallanes, dije que eso era imposible.- contesto el hombre apoyando su cadera en la mesa mientras se cruzaba de brazos.
-¿Cómo? ¿Conoces a mi hermano Sam? .- pregunto confundido.
-Ah, casí somos amigos.- contesto con una sonrisa-. Y es mucho decir al ver a las personas con las que me junto. Miralo.- Victor le dio su móvil donde tenia una foto con él.
-Miralo, ya hasta tiene barba.- comento con una sonrisa mientras que ampliaba la cara de su hermano-. ¿Cuándo la tomaron? ¿Dónde esta?
-HAce como dos años en San Sebastian, España. Estabamos cerca de la tumba del Cano, él estaba seguro de que allí encontrariamos el diario y en el la ubicacion del tesoro. Luego desapareció, no me llamó, no me responde a los mensajes. Solo me ignora.- contesto el hombre haciendo apagar la luz del rostro del chico.
-Si, asi es mi hermano.- el barman cogio la mochila dispuesto a irse.
-¿Qué? ¿No tienes contacto con él?.-
-¿Con Sam? No.- nego intentando ocultar su tristeza.
-¿Nada? ¿Ni una postal? .- tenía demasiado interes en saberlo todo.
-No, ni una sola postal, ni llamadas, mensajes, emails...Nada.-
-Oye, no se que paso entre ustedes, pero creo que si encontramos el oro estoy casi seguro de que encontremos a Sam. ¿Qué dices? .- propuso el hombre. le necesitaba.
-Sam me abandono cuando tenia diez años, llamaba de vez en cuando jurando que volveria y no lo hizo. El Sam que conocí desaparecio...Hace mucho.- miro al suelo para clavar sus orbes marrones en los del hombre-. Así que no, tendras que buscar a alguien más.
-Wow, estoy perdiendo un poco el toque.- comento por lo bajo Victor sin ser escuchado mientras que veía como el joven se iba.
Cuando el barman llego a su caja abriio una caja llena de recuerdos de su hermano, ahí habia todo, desde fotos hasta las postales que le enviaba, esas postales que hacia tiempo que ya no recibia. Pero lo que más cariño tenia era el colgante que tenia un anillo plateado el cual con un suspiro se colgo del cuello llamando a Sullivan para aceptar su propuesta.

 Pero lo que más cariño tenia era el colgante que tenia un anillo plateado el cual con un suspiro se colgo del cuello llamando a Sullivan para aceptar su propuesta

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-Esta noche hay una subasta, la subasta más grande de artefactos del renacimiento español de este siglo. Uno de los articulos es la cruz de la hermanda.- informo mientras caminaba junto al joven que bebia un café mientras escuchaba atentamente-. Pero, no es una cruz, es una llave.- le tendio una foto de a cruz, era dorada con rubies rojos en cada punta.
-Esta muy bien, pero la leyenda dice que hay dos llaves, una del capitan y la otra de su gente consiguiendo así que un solo hombre no pudieraa robar el oro por si solo.- agito el papel a la altura de sus cara-. Una llave no nos ayuda en nada.
-¿Nunca salias de pequeño? ¿Cómo sabes esas cosas? .- pregunto asombrado el hombre-. Y hay un detalle, tengo la llave del capitan, y la segunda esta ahí.- pararon de caminar señalando el gran edifio cristalado-. De Augustine, es una casa de subastas, es muy exclusiva y ya estamos en la lista. Necesito que mientras esten con la subasta cortes la luz, se activara la alarma y yo podré hacer lo mío.
-De acuerdo, ¿y como se supone que la corte? .- pregunto arrugando el ceño.
-Oye, ese es tu trabajo, tienes que aportar alguna idea no crees que te invite por guapo.-
-Eso es un gran punto, no hemos hablado de lo que me pagaras. Asumo que es mitad y mitad.- saco a relucir un tema que al hombre no le gustaba, la repartición del beneficio.
-¡Mitad y mitad! ¡Ni locos! Además no seremos los únicos.- el chico lo miro confundido y enfadado, pero le siguio por las calles hasta que llegaron a un edificio que se veí viejo.
Ambos subieron hasta la tercera planta donde Victor saco un manojo de llaves entrando, el piso era pequeño, era una cocina y una sala juntas y en las paredes habia tres puerta, una puerta un pequeño baño y las otras dos eran habitaciones, todo era silencio hasta que volvieron a cerrar la puerta.
Se escucharon pasos firmes y tranquilos, del pequeño pasillo que habia desde la entrada se asomo una joven de hermoso y largo cabello castaño, cuando levanto la mirada su ceño se fruncio tirando la mochilla que colgaba de su honmbro al viejo sofá.
-¡¿¡Qué demonios haces aquí!?!.- grito la chica con el rostro enrrojecido de la rabia que sentia al ver al hombre pasando olimpicamente del joven quien la miraba con curiosidad.
-Me nudo recibimiento.- Victor se rio enfadando mucho más a la joven que tendra como unos veinte años.
-¡¿¡En serio te quejas!?!.- cuando el hombre se acerco a la chica intentando poner las manos sobre sus hombros se llevo un puñetazo en la nariz y una llave que lo dejo en el suelo en pocos segundos, el joven no sabia si intervenir.
A los pocos segundos entro un hmbre jiven con un bebe cerca del año en sus brazos.
-¡¿¡Victor!?! Espero que te largues ya mismo.- el hombre de ojos azules lo miro con enfado afirmando más el agarre en el bebé quien miraba todo con curiosidad ientras se chupaba su dedo.
-¿Así es como tratais a vuestro padre? .- pregunto costosamente Victor por la llave que tenia en la espalda.
-¡¿¡Padre!?! .- pregunto con asombro el muchacho ganandose la atenciñon de los jovenes, incluso del pequeño humano quien se rió.

Uncharted ···· Nathan Drake (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora