Parte 2

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Una noche nevada cerca del año nuevo Shen Jiu se abstuvo de ir al banquete imperial pues cada vez se sentía peor y más débil.
Pero a hurtadillas logró escapar de su palacio para colarse a los jardines de ciruelo e hincarse en la nieve recitando poemas dulces a Buda. mientras el frío calaba en su carne y calmaba el dolor de su cuerpo.

"Y en la lontananza que nos encontremos de nuevo como el viento se encuentra con los verdes prados al atardecer. Que renazca en mil vidas y viva diez mil años solo para poder buscar tu querer.
Y si no fuera humilde merecedor de tu cariño, lloraría un mar de aguas dulces para saciar la sed de mis dolores."

"¿Quién anda ahí?"
Esa voz fue inconfundible, rápidamente Shen Jiu se puso de pie y se escondió detrás de un arco de piedra que había en el jardín. Luo BinGge llegó escoltado por guardias y doncellas que daban un paseo nocturno, lo que Jiu no sabía es que el emperador había quedado embelesado con ese poema, no le importaba si era un eunuco, un guardia imperial o un sirviente, lo volvería su concubina de inmediato.

"¡Muestrate!"

"Me temo que soy demasiado humilde para mostrarme ante su gracia celestial." Respondió Jiu con voz fingida.

Luo no insistió más y se volvió sobre sus pasos, sin estar tranquilo al día siguiente ordenó que se buscara a cualquiera que haya estado en el jardín esa noche, ordenando que completaran una estrofa del poema.

"Su alteza, el dueño del poema ya fue encontrado, era un sirviente que estaba en los campos de ciruelos."

"Un sirviente, eh."

Así que una pequeña rata pretenciosa había escuchado su poema y lo había hecho pasar por suyo para ganar el favor del emperador. Bueno, no podía ya hacer nada al respecto, y tampoco planeaba decirle la verdad a Luo BingGe.

Pasaron las semanas y el sirviente que se había robado su poema era el nuevo concubino favorito del emperador, ascendido rápidamente a concubina noble.

"¿Cómo te resultó el nuevo concubino?"
Preguntó Shen Jiu mientras preparaba tinta para Luo BingGe.

"No tan encantador como la noche en los ciruelos, honestamente, es como si fuese otra persona."

Shen Jiu se relamió los labios y tembló ligeramente, ¿le había parecido encantador?

Las horas pasaron y Shen Jiu se dedicó a leer poesía en voz alta a petición de BingHe para relajarse un poco.
En eso, el estómago de Jiu cosquilleó un poco y tuvo el impulso de hacer algo tonto.

"En verdes pastos reposará mi melancolía mientras a lo lejos te observo dormitar en el lecho del amor, acompañado por las cálidas manos que no son las manos mías..."

Luo BingGe levantó la mirada de golpe y lo miró con el ceño fruncido.  Shen Jiu se puso tímido y bajo la cabeza, haciendo ademan de arrodillarse para pedir disculpas por su ofensa.

"¿Eras tú? Esa noche en los ciruelos ¿eras tu quien recitaba?"

"Me disculpo por ocultarme deliberadamente de su majestad."

BingGe rió con descaro y ayudó a Jiu a ponerse de pie, sin darle tiempo a que Jiu pudiese decir algo más lo tomó por el mentón y lo besó. Era un beso profundo y apasionado, Shen Jiu sintió que sus piernas se derretían allí mismo, pero el fuerte agarre en su cintura le ayudaba a mantenerse en compostura. Era tarde por la noche y Shen Jiu creía que simplemente sería otro de esos días donde se iba a dormir por la madrugada luego de leerle y prepararle tinta al emperador, pero esta vez fue la primera noche que Shen Qingqiu le sirvió al emperador en la cama.

Al día siguiente el sirviente mentiroso que había engañado al emperador había sido puesto a merced de Shen Jiu para ser ejecutado, primero le cortaron la lengua por mentiroso, segundo le cortaron las manos por avaro y en tercera lo azotaron hasta la invalidez, por libidinoso.
Nuevamente Conserte Imperial Shen Jiu se colocaba a la cabeza del harén ya no solo como el rango más alto, si no como el favorito de su majestad.

Pero para la mala suerte de Jiu, su enfermedad no estaba mejorando, ni con todas las caricias y lindas palabras del emperador, había mejoría.

CONCUBINE JIU |one shot|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora