capitulo 8

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Narra Zenda


Estaba en mi habitación, acababa de ducharme y decidí bajar a la cocina por algo de comer. Como no tengo nada mejor que hacer aquí, la comida es la mejor opción Para pasar el tiempo. Estoy muy preocupada por Carla, no me ha vuelto a llamar y no he sabido nada de ella, Delante de Chris tengo que fingir mi preocupación, no entiendo por qué Carla aún no le dice, tarde o temprano él se tendrá que encargar de todo.

Cuando estoy llegando al último escalón, la puerta se abre despacio y un chico Rubio que, al verme parada ahí, se asusta.

— joder!! Casi me cago encima.

— espero que no lo hayas hecho — le sonreí y el hizo lo mismo— supongo que eres amigo de Chris, Esta en su habitación.

El me da las gracias y sube las escaleras, veo como se pierde en esta y me dirijo a mi destino. Vi un poco de macarrones con queso en la nevera y lo entre en el microondas, espero el tiempo que necesita para calentarse y lo sirvo en un plato. Agarro una Soda y llevó todo a la mesa. Después de terminar, le envió otros mil mensajes a Carla y le hago cien llamadas más y nada de nada. De verdad espero que este bien y que ese maldito no le haya hecho algo.

Al no recibir ninguna respuesta, cómo todos los días desde hace un mes. Me dispongo a subir, cuando estoy llegando a mi habitación oigo a Chris riendo, nunca había oído su risa. Es super contagiosa, a medida que me acercó escucho su pequeña anécdota.

"La ventana estaba a unos dos metros del suelo y en vez de romperte un hueso te embarraste la cara de mierda"

— wow Zabdiel, sí que te fue mal ese día— veo como Chris deja de reír al momento de verme — lo siento no pude evitar reírme —dije algo apenada.

— nadie puede hacerlo ante esa terrible historia y todo el mundo la sabe gracias a Chris — el miro mal a este y no pude evitar sonreí un poco.

— ¿estabas escuchando conversaciones ajenas? — dijo Chris con molestia cruzándose de brazos.

— no, sólo pase y pude escucharte reír, una risa muy fuerte y contagiosa, por cierto, solo quería saber de qué te reías tanto y escuche la grandiosa historia de Zabdiel — mire a este unos cuantos segundos y después volví mi mirada a quien le respondía.

— ya la oíste no sé qué haces aquí todavía — me dijo con un tono de enojo en su voz, creo que soy irritante para él, sí, creo que eso ya yo lo sabía.

— no le hables así hermano, el que tiene que estar enojado aquí soy yo, por contar mi historia y que todo el mundo lo sepa, no tu —vi como Zabdiel le corto los ojos.

— descuida Zabdiel, no le caigo bien a tu amigo, desde un principio.

— con tremenda historia que te cargas, no le caerías bien a muchas personas — vi como Chris lo fulmino con la mirada.

— ya veo que Chris que sabes, como llegue aquí — mire a Chris que solo, nos echaba miradas de odio a ambos.

— es mi mejor amigo y le cuento todo, a parte no tengo por qué esconder que casi llegas muerta a mi casa.

— si tienes un por qué y sabes quién es — lo mire directamente a los ojos— tu hermana, ella te lo pidió lo recuerdas, te lo dijo muy claro ¿no? — este tenso la mandíbula.

— ella no manda sobre mí, es mi boca y tengo derecho a decírselo a quien se me dé la gana.

— pero no lo harás — en este momento me encontraba a solo centímetros de su cara, le sonreí y me di la vuelta para mirar al chico que nos miraba sorprendido a los dos— lo siento mucho Zabdiel, no quería dar una mala impresión de mí, pero veo que tu amiguito es un chismoso.

Me di la vuelta dirigiéndome a la puerta, sin mirar a nadie más.

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