De enfermo terminal a un villano escoria que protege a su hijo precioso.

El Maestro de los tres Venenos

"Sangre entre la nieve y el veneno" era una novela web muy popular en Zhongdian que combinaba a la perfección el género Xianxia con una fantasía más occidental, donde el poderío de los clanes se mide por el camino de cultivación a desarrollar, y el Clan Gusu era el número uno gracias a su cultivacioón basada en la purificación  y humildad del espíritu; por ello, tenían al protagonista de la novela. Lan Xichen, Zewu Jun, el líder de ese clan; hombre codiciado por su belleza y amabilidad de santo, una divinidad tocando el piso de los sucios mortales; casado con una esposa devota y con el respaldo de su familia, el correcto maestro Lan Qiren y el justo Lan Wangji. Un personaje así sólo debe tener desgracias para que su arco de crecimiento valga la pena y eso fue el asesinar a su propio hijo, Lan Jingyi.

El esperado heredero del clan Lan que fue secuestrado por el vicioso Sandu Senshou, como venganza por todo lo que representaba el clan. Ese villano escoria no encontró mejor plan que lavarle el cerebro al niño a base de torturas y vejaciones para volverlo el arma perfecta que usaría para derrocar el mundo del cultivo establecido. El niño, convertido en un joven consumido por la ira, el dolor y el veneno rencoroso de quien fue su captor por 12 años hasta su liberación, se levantó en armas, dispuesto a cumplir su misión, destruir al clan que acabó con todo lo que quedaba de Yunmeng Jiang y de su líder, asesinado a sangre fría por Hanguang Jun como castigo por sus terribles ofensas al mundo de la cultivación.

¿Quién imaginaría que ese muchacho rescatado, ESE HIJO PRÓDIGO, pudiera traicionar a su verdadera familia de esa manera? pues sí, lo hizo, incendió medio clan y envenenó al resto que quedaba, no fue sorpresa que su destino fuera que le clavaran el corazón con una espada, sin ninguna consideración; sin que el todopoderoso Zewu-jun le diera oportunidad para hablar o de expiar sus culpas.

El magnánimo Zewu jun asesinaba al muchacho que jamás vio y no quiso entender o ayudar, ganándose de igual manera el apoyo de su clan, su familia y el respeto de todo el mundo del cultivo por dar fin al río de veneno que había quedado de Sandu Senshou. Y así terminada. Ya, finnito, no hubo nada más para el pobre heredero que morir en el suelo frío ahogado en su propia sangre.

—¡¿Pero qué mierda de final es ese?! —Jiang Cheng apenas si contuvo su indignación, casi aventó su celular de no ser porque una tos le atacó después de gritar su amargura... ¿Zewu jun actuaba como un verdugo más e igual se quedaba con la gloria? ¡Qué estafa!, ¡Qué injusto! ¡devuélvanle el dinero que invirtió en ese asco de novela llena de Gary stus!

Tal vez la intravenosa conectada a su muñeca le impedía a Jiang Cheng hacer berrinche como se debía, pero su corazón estaba amargo, lleno de rabia hacia ese autor que usó a un pobre personaje secundario para seguir manteniendo a su Gary Stu de pie y, por otro lado, seguir aventándole mierda al villano que ni tan relevante había sido para la historia. Porque después de todo lo único imperdonable que hizo ese Sandy Senshou fue secuestrar y torturar a un pobre niño.

Y si, el desgraciado hombre en la camilla sintió pena porque se encariñó de ese Lan Jingyi extrañamente, pues había sido un personaje secundario que sólo estaba en la historia para ser carne de cañón que aseguraba el enaltecimiento del personaje principal, justo como él, toda su vida. Jiang Cheng pasó de ser el heredero de una empresa genérica a un veterinario de una humilde clínica en un pueblito remoto, todo porque se rehusó a seguir los pasos de la carrera familiar, y de la vida que los demás habían trazado para él. Había dejado de querer complacer a una madre de corazón ennegrecido por la envidia y celos, a un padre que jamás le dedicaría una mirada y a una hermana que daba por sentado su amor hacia ella, todo porque sus pensamientos desfilaban en torno a una sola persona: a su hermano adoptivo Wei Wuxian.

Ese muchacho que, pese a todo, siempre quiso como un hermano de sangre y que le apoyaba en lo que podía, que aminoraba el peso de Jiang Cheng quien sólo debió odiarlo, pero no, lo amaba tanto que cuando se fue al extranjero, esperando acabar con esas disputas, sintió su pérdida de la peor manera. Porque nada mejoró en su familia, y el día que decidió decir basta, fue cuando cortaron lazos para siempre. Jiang Fengmian lo desheredó, Yu Ziyuan sólo escupió palabras venenosas negándolo como hijo y su hermana, ah la dulce y sumisa Yanli, le culpó por todo con esa dulce voz que se cargaba.