Adiós a todos, los recordaré en la terapia.

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El segundo día de la conferencia inmortal dio inicio a primera hora del día, y ya para el desayuno, la gran mayoría de los clanes invitados discutían seriamente el penoso incidente que había involucrado a Zewu Jun, Sandu Senshou, alcohol y un látigo.

...

Qué horrible sonaba eso.

Si lo pensabas bien, así no era como el incidente debía pasar de boca en boca, daba pie a malas, pésimas, interpretaciones. Por ello, y con el afán de evitar que el poco confiable Líder Jiang no declarara la guerra, ni que el prístino Líder Lan manchara su reputación por cualquier comentario malicioso (y perverso, te estoy viendo líder Jin), los discípulos Lan que habían estado en la guardía la noche anterior, tuvieron que hablar frente a todos los invitados quienes habían dejado en el olvido el congee sin sabor para estar al tanto de dicho acontecimiento. Los jóvenes de cintas en sus frentes confirmaron, con gran pesar y profundas reverencias, el estado deplorable de su líder, además de que el olor a alcohol era demasiado fuerte como para ignorarlo... además de dar fe de la expresión aturdida y sorprendida del Líder Jiang, quien, visiblemente, no se había esperado tal embosacada nocturna.

lan Xichen mantenía la espalda recta pero mantenía sus ojos cerrados al tiempo que fruncía el ceño, Lan Qiren estuvo a punto de vomitar sangre, Lan Furen no estuvo presente, algunos ancianos Lan se desmayaron, otros prometieron adoctrinar al Líder Lan, y los más osados, miraron hacia la mesa del agraviado, buscando cobrarle la responsabilidad de la humillación, para sorpresa, quizás, de nadie, salvo para la cabeza principal de los Lan. Y Nie Mingjue, el verdadero culpable del incidente, se habría reído de forma nerviosa de no ser porque un relámpago atronador resonó por todo el salón de madera.

La mañana estaba clara, y aun así una tormenta estaba a punto de caer con toda su fuerza destructora dentro del salón principal de Gusu Lan, sólo porque un par de ancianos no tuvieron la boca cerrada y decidieron jugar con una serpiente venenosa.

—¿Yo puse el vino en la mano de Zewu Jun, anciano? —Zidian volvió a relampagear con su luz morada en la mano de su dueño, mientras que la voz de este no daba lugar para interrupciones.

Jiang Mao había visto algo diferente en su líder cuando fueron por él a su encuentro, apenas alcanzaron a escuchar las noticias y con molestia en su corazón por no haber estado para cuidar a su señor, corrieron hacia las villas, sólo para volver a ver una mirada mortífera, similar a la época cruel, donde los bárbaros habían tomado las tierras de Yunmeng sin permiso, y el Líder Jiang se había vuelto el demonio sanguinario tan temido.

Había cierta sensación de miedo y expectativa que envolvía los corazones de los Jiang, algo que los hizo saltar en sus lugares ante la sorpresa de ver a su líder ponerse de pie sin ninguna calma, dispuesto a devorarse a los ancianos de blanco. Zidian estaba encendida y lista para atacar. —¡¿Acaso los ancianos Lan me culpan de haber tenido mi ventana abierta sólo para esperar que su Líder me tomara por sorpresa?!

Un jadeo colectivo se escuchó como un ruido lejano, la tensión en el ambiente se había vuelto mucho más pesada, y sólo se escuchaban el crujir de las túnicas y al arma espiritual del líder Jiang tronar amenazante. Muchos líderes, incluyendo a cierto padre e hijo pavorreales, no se sorprendieron por el arrebato ofensivo que Sandu Senshou tuvo a los ancianos de un clan ajeno al suyo, sin embargo, estaban atentos al desenlace... pues no había personas más tercas y mezquinas que los ancianos Lan.

—¡Un... Un líder no debe actuar con tal violencia en contra de otro líder hermano sin ningún motivo...! —otro anciano que intentó no dejarse amedrentar por la verdad en las palabras del Líder Jiang, apoyó al otro que hizo la acusación, poniéndose a su lado, dejando la fila de los demás ancianos que hasta parecían un poco escandalizados, porque aun para ellos, el reclamo venido de su propia familia sonaba ridículo, ofensivo y... un motivo válido para comenzar una guerra orquestada por un hombre con la más mínima razón y el suficiente sadismo para acabar con todos ellos.

De enfermo terminal a un villano escoria que protege a su hijo precioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora