Sólo es cuestión de tiempo |OREGAIRU

Capítulo 17: Lamento de Banshee

Mirando por la ventana del apartamento de Yukino, pude ver que la nieve caía constantemente afuera. Aunque no era exactamente una ventisca, la nevada fue lo suficientemente intensa como para bloquear parte de la luz que brillaba desde las farolas en la distancia. Una vez más, me encontré aquí en otra tarde tranquila, estudiando y charlando ociosamente con Yukino y Yuigahama.

Las vacaciones de invierno acababan de terminar, por lo que nuestros espíritus estaban ligeramente empañados por el regreso al ajetreo y el bullicio normales. Eso no significa que no nos divertimos, sin embargo. Mientras los tres mirábamos las páginas de nuestros libros de texto, reflexioné sobre los últimos meses.

Mirando hacia atrás, las cosas iban bastante bien. Me las arreglé para aumentar mi distancia de carrera en las mañanas unos pocos kilómetros y hacer un progreso notable en el gimnasio. No perdí mucho peso, pero definitivamente me volví un poco más tonificado y mi estado físico y mi bienestar parecían estar en su punto más alto. no mentiré Incluso hice un par de poses de chuuni en el espejo de vez en cuando y noté lo impresionado que estaba con los cambios sutiles pero masculinos en mi físico.

Cuando llegaron los exámenes de invierno y llegaron los resultados, me las arreglé para obtener calificaciones altas en todas las áreas, casi sobresaliendo en la parte de matemáticas. El rango general de mi clase se disparó enormemente y ahora estaba cómodamente sentado entre los diez mejores estudiantes de mi año. Yukino y yo hicimos algunas excursiones nocturnas más por nuestra cuenta, visitando el lugar de la barbacoa coreana nuevamente y adquiriendo el hábito de pasar un buen rato caminando sin rumbo fijo al final de cada cita.

El tratamiento de radiación terminó hace aproximadamente un mes, aunque todavía podía sentir sequedad e irritación en la garganta. Los restos del tumor, aunque aún estaban presentes, se habían reducido de tamaño y no mostraban signos de crecimiento. Desde entonces, me habían recetado quimioterapia oral y solo tenía que visitar el centro de oncología para los controles periódicos. Aunque mi pronóstico todavía era un poco inestable e incierto, el tratamiento había progresado un poco y eso definitivamente era una ventaja.

Desde mi última visita, me había decidido a no pensar mucho en los posibles resultados de mi condición. Si sucediera lo peor, no sabía si estaría preparado, pero preocuparme por lo que estaba fuera de mi control simplemente no tenía sentido y casi me rendí. Como resultado, me sentí relajado y comencé a divertirme sin la ansiedad que antes me acosaba.

Mientras sacaba mi mente de su pensamiento inactivo, pude escuchar a Yukino y Yuigahama conversando sobre el Festival de Invierno que tuvo lugar hace aproximadamente un mes y medio.

"... ¡Fue una gran participación! Fue mucho más grande de lo que esperaba. ¿Qué pensaste, Yukinon?" Escuché a Yuigahama preguntar.

Con los ojos aún pegados a su libro de texto, Yukino asintió brevemente y respondió, su voz ligeramente amortiguada por las páginas.

"De hecho, estoy de acuerdo en que el festival fue un gran éxito. Isshiki-san tiene mucho de lo que estar orgullosa".

Y eso hizo. Después de consultar con nosotros, Iroha había logrado organizar un comité absolutamente poderoso, rompiendo enemistades y abordando los problemas logísticos por su cuenta. Todos los patrocinadores llegaron, el Consejo Estudiantil se reunió e incluso le quedó tiempo suficiente para programar una salida divertida con el Consejo como recompensa por su trabajo. Cuando finalmente llegó el momento del Festival en sí, lo único que le pidió al Club de Servicio fue que la ayudaran a colocar coronas y algunas pancartas muy bien diseñadas.

Había todo tipo de puestos de comida que servían de todo, desde ramen hasta yakisoba, dango y conos de nieve, y había actividades para personas de todas las edades. Un gran árbol de Navidad de 20 pies de altura estaba en el centro del campo de deportes, adornado con todo tipo de cintas y adornos que la gente podía hacer y colgar de él. Uno de los patrocinadores incluso se ofreció como voluntario para que un coro de campanillas viniera a tocar villancicos para los asistentes al evento.