~Érase una vez, en lugar de remoto país, existió una princesa ideal, en su faz desmayábase el lis y su labio encelaba al coral~
Una joven de no más de 19 años, se encontraba mirando por su ventana.
La fresca brisa de una mañana de abril provocaban que su oscura cabellera ondeara al son de él.
Los rayos de luz iluminaban su tersa piel morena y sus ojos color sol no dejaban de ver a los ruiseñores volar.
Su dulce cantar enternecían a la joven dama que no apartaba la mirada de estos.
Abajo, en el pueblo, todos comenzaban a despertar, las personas caminaban tranquilas por las estrechas calles, el murmurar de aquellos que transitaban empezaban a ser cada vez más fuertes mientras los negocios abrían sus puertas.
Era un día como cualquier otro, tranquilo, soleado y armonioso.
Un apuesto joven de cabellera dorada y ojos color mar paseaba por el pueblo junto a su hermano de mirada violeta.
-Matthew te digo que sí.... ¡Hay que ir con los demás!- decía con entusiasmo el de mirada azul.
-Mmm... no lo sé- le respondía su hermano- tengo trabajo que hacer- agregó no muy convencido.
-Están en el bar, no tardaremos nada- siguió intentando- ¡Vamos hermano!-
-Alfred te dije que no- y al decir esto ambos detuvieron su andar.
-Está bien- dijo resignado el joven- si tú no quieres no vamos-
Ambos sostuvieron la mirada por unos segundos, sin parpadear, hasta que el menor de los gemelos se rindió.
-Está bien- dijo resignado Matthew- vamos-
El mayor solamente sonrió victorioso y continuó su caminata hasta que una imagen lo dejó perplejo.
Una bella joven se asomaba por su ventana, ignorando a las multitudes pasando debajo de ella, y aún más importante del desconocido que la observaba.
Era la joven más hermosa que había visto nunca, sus expresiones eran tan dulces, su mirada miel se encontraba perdida en el horizonte, su rostro parecía el de una niña que apenas comenzaba a ser mujer y su sonrisa era delicada y suave.
El joven que parecía no tener más de 20 años, se ruborizó en cuanto la vio.
-Alfred ¿Qué te sucede?- le alcanzó su hermano observando como su acompañante se quedó petrificado en medio de la calle - ¿Al?- redireccionó su mirada hasta donde veía su hermano y pronto comprendió que es lo que le sucedía.
-¿No es la joven más hermosa que hayas visto jamás?- le preguntó Alfred sin quitarle la mirada.
-Pues.... tal vez.... si es linda- le contestó Matthew sin tanto interés.
La joven observó a ambos rubios viéndola.
-Al, ya vio que la estamos viendo, mejor vámonos- trató el menor de sacarlo de su trance.
Pero era demasiado tarde, ella solamente les dedicó una mirada de rechazo y entró a su casa azotando las puertas de su ventana.
-Auch- murmuró Alfred- no esperaba eso- dijo mientras ambos reanudaban su caminata.
-Creo que tú no le interesaste-
-Por ahora- se dijo consolándose- pero ya verás que no será para siempre, yo tengo ciertos encantos- expresó con una sonrisa en su rostro y haciendo un ademán con las manos.
-eso crees tú- le contestó su hermano rodando los ojos y apresurando sus pasos hacia el bar.
-¡Espérame!- le gritó el mayor - ¡No me dejes!- y también apresuró sus pasos alcanzando al segundo.
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El Faisán
FantasyÉrase una vez, en lugar de remoto país, existió una princesa ideal, en su faz desmayábase el lis y su labio encelaba al coral... AU One-shot inspirado en el Vals del mismo nombre "El Faisán"