Ciclo

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1 de octubre, 1974. Nueva York,5:30pm

El viento sopla...las hojas de los árboles caen...el ruido de fondo...la misma vista de siempre... simplemente, el ciclo se sigue repitiendo...siempre es lo mismo...

-Hoy la tarde está tranquila, no lo crees? -le preguntó Jackson a su, ahora, pequeño hijo de 7 años mirándolo por el retrovisor mientras conducía su nuevo Ford Capri con "Its been a long, long time" de fondo sonando en la radio- Mmm...¿Qué te parece si después de la visita vamos por waffles?

Jungkook lo miró por un segundo y asintió levemente regresando la vista hacia la ventana mirando su trayecto por Manhattan. Le tranquilizaba un poco ver los paisajes y escuchar apenas el suave ruido que hacen los arboles al menearse.

-¡Bien! Así será- dijo animado ya que era muy difícil que el pequeño interactuara con él-

Cómo siempre...viniendo el mismo día de cada mes...repitiendose todo en mi cabeza...mirar sus lápidas durante horas...sentarme en aquella banca...mirar el lago...regresar a casa, dormir y esperar hasta el otro mes para regresar aqui ...o así tenía que ser...hasta que...

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- Listo- Dijo cuando le acomodó su pequeña corbata al niño seguido de acomodar el parche en su oido- recuerda que a mamá y a papá les gusta que te veas guapo, ¿no te lastima? - Señaló su propia oreja para darle a entender de que se trata. El niño negó lentamente y el mayor le sonrió intentando animar a su hijo, lo cual como siempre...era casi inútil- Bien, es hora.

Ambos se arrodillaron frente a las lápidas, juntando sus manos y cerrando los ojos comenzaron a orar.

Jungkook sabía lo que tenía que hacer. Lo ha estado haciendo durante mucho tiempo. Tiempo en el que sus padres ya no estuvieron con él. Ese tiempo que le tomó darse cuenta que ya no quería vivir, su vida había cambiado drásticamente desde...aquella vez, Jungkook ya no sentía nada emocionalmente, él mismo se comparaba con un muñeco, un cuerpo sin alma.

Después de un rato Jackson se levantó, limpió las lápidas, colocó las flores nuevas y miró a Jungkook.

-Ire por la cena, ¿okey? Espérame donde siempre, no me tardo- dijo sonriéndole al pequeño el cual solo asintió y se alejó a pasos pequeños dirigiéndose hacia la banca donde acostumbraba sentarse cada vez que visitaba a sus padres.

Se sentó y dirigió su mirada hacia el lago que estaba en frente, ese lago de siempre, aunque él aún disfrutaba la vista, era un lugar tranquilo, así que se quitó la venda y el parche de su oido, cerró los ojos y se concentró en el ruido de la hojas al tocar el suelo, las charlas inaudibles de las personas que estaban ahí, el agua moviéndose lentamente, el sonido del viento y...

-¡Hola!- se sobresaltó al escuchar esa tierna voz animada que logró perturbar su tranquilidad- mi nombre es T̸a̸e̸h̸y̸u̸n̸g̸, ¿y el tuyo?

Cómo siempre...viniendo el mismo día de cada mes...repitiéndose todo en mi cabeza...mirar sus lápidas durante horas...sentarme en aquella banca...mirar el lago...regresar a casa, dormir y esperar hasta el otro mes para regresar aqui...o así tenía que ser...hasta que...

𝑇𝑒 conocí...


Hasta Que Te ConocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora