Un día cualquiera.

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[ 𝙴𝚗 𝚊𝚕𝚐𝚞́𝚗 𝚕𝚞𝚐𝚊𝚛 𝚍𝚎 𝚁𝚞𝚜𝚒𝚊. ]

Dheux Búbka Rhaegar, un chico bastante energético de 7 años que vivía en un pequeño Reino llamado Oubekha Kingdom, se encontraba corriendo de una forma desesperada por los bosques que se situaban cera de la playa principal del lugar.

Su cuerpo estaba completamente mojado de agua al igual que su camiseta de tirantes y su pantalón. El rostro del joven transmitía una clara sensación de terror. Estaba huyendo de algo, más bien... de alguien.

Boris Búbka, el cual había estado enseñandole a Dheux varias cosas para su "supervivencia en un futuro", estaba persiguendo al menor con unas gruesas y largas cadenas en sus manos, las cuales resonaban con fuerza siempre que le daba un latigazo a un árbol con estas.

- ¡Dheux! ¡Si no sales ahora mismo de donde sea que estés será mucho peor! ¡¿Entendiste mocoso?! - Amenazó el hombre.

Dheux logró esconderse tras un enorme roble mientras su padre se distraía golpeando arbustos con las cadenas mientras lo buscaba. El chico no tardó mucho más en tapar su boca con ambas manos para que ninguno de sus sollozos acabasen alertando a su padre.

"Este es mi fin" pensaba mientras escuchaba los gritos del hombre acercarse poco a poco hacia el. "No debí de salir corriendo" "Va a golpearme"

Un repentino silencio se hizo presente en todo el bosque, ahora sólo se escuchaban los pájaros y el viento soplar entre los árboles. El rubio aguantó su respiración con la mirada fija en un viejo árbol del lugar, sabía que Boris, si se trataba de Dheux... era capaz de escuchar hasta su respiración.

Pasados unos minutos de puro silencio, el chico soltó el aire que retenía en sus pulmones mientras se dejaba caer al suelo.

- Fiu... Eso ha estado bastante... - Murmuró jadeando, hasta que una risa macabra le hizo callar de golpe y levantarse casi al segundo del suelo.

- ¿Ibas a decir que eso había estado bastante cerca, hijo mío? - Dijo Boris asomándose lentamente desde el otro lado del roble donde Dheux se escondía. El hombre, con rabia, tomó con fuerza la muñeca de su hijo.

La mirada del hombre transmitía odio y rabia, estaba completamente decepcionado de Dheux. - Huir de tus entrenamientos no te hará un hombre, mocoso, ¿Crees qué vas a lograr ser igual de fuerte que yo de la nada? ¡Pues claro que no! Debes aprender, y yo te enseñaré como mi padre me enseñó a mi. - Exclamó con una voz gruesa y seca.

- ¿A ti te enseñaban así? ¿Te tiraban al mar de manera bruta? ¿Crees que alguien aprendería a nadar bien y rápido de esa horrible forma? Deberías ser más cuidadoso... ¡He estado a punto de ahogarme dos veces hoy! ¡Ni siquiera me enseñaste a mantenerme a flote antes! He tragado agua, ¿Sabes?

- Debes aprender y encontrar las soluciones por tí mismo, mocoso, si yo no llego a estar aquí a enseñarte estas cosas...

- ¡Estaría mucho mejor y más feliz! - Gritó Dheux mientras se soltaba del agarre de su padre. - Además... Sabes que... Me da miedo el mar. - Admitió mientras caminaba tras el hombre.

El camino de vuelta a casa fue muy incómodo para el rubio, su padre le estaba recalcando que era un simple cobarde y un enclenque que no sabía hacer nada más que huir de los entrenamientos. Obviamente huía, los entrenamientos eran horribles, una tortura, ¡Cada uno muchísimo peor que el anterior!

Pasados 20 minutos, al llegar a Oubekha, Boris tomó un camino diferente al de Dheux, probablemente en dirección a la taberna.

El chico sin decir nada ni rechistar, siguió el camino de siempre, hacia su casa, la cual estaba a otros 10 minutos de distancia.

- Ya estoy en casa... - Dijo en un tono desanimado, cerrando la puerta cuidadosamente, yendo ahora a dejar su ropa mojada a otro lugar para que esta se seque a tiempo para la cena.

Una niña pequeña, aparentemente más joven que Dheux, se asomó desde las escaleras al escuchar la voz del rubio.

Cuando la niña vió de quién se trataba, bajó rápidamente a abrazarlo con emoción, mientras soltaba varias carcajadas. - ¡Dheeeeux! ¡Por fin llegaste, hermanito! Ya te extrañaba... estaba bastante aburrida y tenía mucho miedo.

- ¡Hola Thena! - Exclamó el chico, agachándose a la altura de su hermana, abrazándola con cariño.

- ¿Miedo? Pero, miedo... ¿De qué? - Hizo una pausa para pensar, aunque enseguida se acordó de que por la mañana no habían terminado de jugar al "dragón y la princesa en apuros".

- ¡Oh, ya se! ¿Es el dragón malvado de tu armario? - Dijo mientras susurraba, mirando las escaleras. Se levantó de un salto y tomó con agilidad un palo bastante grande que había apoyado en la pared. - ¡No temas, princesa mía! "Sr.Dheux de Oubekha" está aquí para salvarla...

Agarró la manita de Thena, para subir las escaleras con sigilo, en dirección al armario. No eran hijos de la misma madre, pero ambos jóvenes pensaban que si.

- ¿Estás preparada para la batalla final contra el dragón? - Preguntó Dheux mientras señalaba la puerta de la habitación con el palo. - Más que segura, pero... ¡Ten cuidado! El sabe que venimos a por el...

-Boris Búbka

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-Boris Búbka.

-Thena Búbka

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-Thena Búbka.

-Dheux Búbka

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-Dheux Búbka.

Dheux Búbka: Soy un Riot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora