La fantasia del diablo

V. El secreto de mi verdad.

Capítulo 5 

★ El secreto de mi verdad ★

El dolor de cabeza es impresionante cuando despierto, pero aun con ese dolor la incertidumbre de qué carajos sucedió anoche cambia. ¿Pudo haber sido todo un sueño? Algun loco y desquiciado sueño, porque nada de lo que sucedió pudo haber sucedido realmente ¿verdad?

Con una idea clara en la mente, me levanto de la cama y caminó directamente hasta el espejo de cuerpo completo que tengo aquí. Estiro mi camiseta hacia abajo y reviso mi piel buscando alguna marca de la horrible runa que vi anoche y que me provocaba un intenso dolor, pero no encuentro nada. Mi piel yace... intacta.

Observo mi apariencia con cuidado y fijeza, nada de lo que vi anoche se está reflejando ahora. Mis ojos son de su color gris normal, mi cabello negro igual. Sigo siendo yo.

Frunzo el ceño y dejó caer mis manos a los lados de mi cuerpo. Si no hay marca o rastro de todos esos cambios, significa que nada fue cierto. Pero entonces ¿por que siento que todo a mi alrededor brilla como si tuvieran focos de navidad brillando con intensidad? Parpadeo y froto mis ojos ante el ardor de la luz que parece emanar de todos lados.

Salgo de mi habitación y como puedo hago mi camino hacia las escaleras. Bajo con cuidado, de mis ojos escapan algunas lágrimas y mi dolor de cabeza va creciendo cada vez más. Con suerte llego al primer piso sin tropezar o caer a causa de mi ceguera.

La brisa de aire que entra por una ventana abierta se siente áspera y desde mi posición escucho todos los ruidos de la cocina como si estuvieran a mi lado cuando está al otro lado de la casa desde donde estoy. Me siento aturdida por todos mis sentidos pero no pierdo mi objetivo.

Ciega y sorda llegó al despacho de mi padre, donde afortunadamente encuentro a ambos padres míos. Y los que siento son los únicos que pueden explicar que carajo sucede conmigo esta mañana y, también, si lo de anoche es cierto o un sueño mio.

En cuanto entró en el despacho, la atención de mis padres recae en mi. Mamá es la primera en notar algo y acercarse hasta mi. Toma mi rostro entre sus manos, cierra sus ojos y toma una honda inhalación. Algo en mi cambia y poco a poco el ardor de mis ojos se calma al igual que el dolor de mi cabeza. Cuando vuelve a abrir los ojos un brillo verde se desvanece en el azul intenso de sus ojos, causandome un escalofrío por el sueño de anoche. Aquel en que la vi tan distinta.

— Jessie amor ¿Como te sientes hoy, hija? - pregunta papá desde su lugar en el sillón de cuero. Parpadeo volviendo mi vista hacia él.

— Rara - confieso con voz ronca. Mamá termina de observarme, me suelta y me guía hasta el sillón de enfrente al de mi padre, ella camina y se sienta junto a mi padre.

— Cariño ¿Tienes idea de lo que pasó anoche? - pregunta cauto. Mi corazón da un vuelco en mi pecho. Niego con la cabeza al darme cuenta que no fue un sueño.

— Nena, tenemos que decirte algo - habla mamá con un tono delicado, trago saliva nerviosa – Algo sobre tus orígenes.

Algo dentro de mí se detiene. Mis pulmones contienen el aliento al escucharla. Mis orígenes. Algo que toda mi vida, desde que entendí que era adoptada, he querido saber. Enterarme que fui adoptada no fue doloroso, pero con el tiempo, la pregunta de qué había sucedido con mi familia se volvió cada vez más fuerte.

Y según mis padres no tenían conocimiento sobre mi familia biológica.

— ¿Mis orígenes? Creí que no sabían nada de mi familia biológica - murmuró con un nudo en mi garganta. La mueca de culpa en mi madre hace que mi estómago se revuelva por la acidez.