We Are The Weather | l.s

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Louis tendría que haber pensado esto durante más tiempo, tendría que haberlo evaluado más detalladamente, sabe que si ese hubiera sido el caso nunca se habría subido al avión y ni siquiera se hubiera atrevido a renunciar a su trabajo pero lo hecho hecho está y ya faltan dos horas para que su avión aterrice por lo que cierra los ojos y se concentra en la música que sale de sus audífonos.

Londres lo recibe con una tormenta lo suficientemente fuerte como para empaparlo casi por completo en su trayecto de la puerta de salida al taxi. No está sorprendido, por supuesto, pero se pregunta si su escasa ropa de lluvia lo mantendrá a salvo hasta que pueda comprar más.

Decidió enviarle un mensaje a su amigo en lo que el conductor llegaba al departamento; Niall era un Alfa de 24 años que había conocido en su universidad cuando ambos estudiaban y que luego de graduarse tuvo que volver a su país natal a ayudar en la empresa de su padre ya que este estaba a punto de jubilarse, ellos de todas formas mantuvieron su contacto y cuando el menor supo que su amigo estaba residiendo en Londres le preguntó si sabía de algún lugar donde podría quedarse ya que planeaba mudarse de Nueva York.

Luego de apagar su teléfono se quedó mirando por la ventana como la noche empezaba a caer y como las luces se iban empañando con las gotas de agua, estaba tan metido en sus pensamientos que no notó cuando el taxi frenó.

—Señor ya estamos aquí, ¿necesita que baje su equipaje?— cuestiona el conductor mirándolo por el espejo retrovisor.

—Oh si claro, eso sería muy bueno— asiente y abre la puerta cubriéndose con la capucha de su hoodie.

Luego de haber bajado todo su equipaje se despidió del Beta y tomó sus cosas para acercarse al ascensor que se encontraba en el edificio, al parecer el portero ya sabía que iba a venir por lo que lo dejó pasar sin un cuestionamiento. Sin más presionó el botón del piso que Niall le había dicho y esperó pacientemente. Su amigo ya estaba ahí para recibirlo cuando las puertas se abrieron y luego de un abrazo el mayor le mostró cuál sería su apartamento y le explicó que el lugar ya estaba amueblado porque el dueño anterior había decidido dejarlo así, el ojiazul le agradeció e ingresó a su nuevo hogar sin saber si realmente estaba listo para este nuevo cambio en su vida.

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Había sobrevivido los últimos dos meses y aún no sabe cómo.

Su rutina se había basado en aplicaciones de trabajo denegadas, sus ahorros disminuyendo rápidamente y el lindo chico del clima enamorándolo cada día más.

Si, el chico del clima; Louis había descubierto que tenía un gran enamoramiento por el lindo chico que anunciaba el clima todos los días en el que se había vuelto -solo por el rizado- su programa de noticias favorito. El sabía a que horas aparecía y siempre se reía de sus chistes por más malos que fueran. Harry -así era su nombre- se reía con la nieve, saltaba en los charcos y salía sin importar cuán fuerte era el viento, ese chico literalmente vivía el clima.

Eran exactamente las siete de la mañana y aunque Louis no tuviera un trabajo por el que necesitara levantarse temprano lo hacía cada día solo para ver al chico y escuchar su bonita voz, él estaba totalmente ido.

"¡Buenos días Londres! Hoy amanecimos con una temperatura algo cálida ¡lo que nos indica que la primavera está cerca! Varias flores están comenzando a mostrar sus colores y las nubes aparecen mucho menos que el mes pasado ¿No es eso fantástico?" dice el estéreo del televisor que está en el living del Alfa.

En la pantalla se mostraba a un bonito y alto chico que llevaba unas botas cafés junto a una camisa con rayas y unos skinny jeans negros que tenían a Louis enamorado hasta la médula, su cabello estaba suelto y sus rizos caían suavemente sobre sus hombros pero lo que más lo había enamorado del Omega eran sus grandes y mágicos ojos verdes, el Alfa moriría por ellos.