Fairy Garden | Mirabel Madrigal

1. Muchas polillas

Mirabel se había despertado debido al reloj que Casita había empujado hacia ella, se colocó sus lentes y gracias a la ayuda de la estructura, se colocó sus pantuflas para ir al baño a cambiarse.

Entró y colocó seguro, se empezó a poner su característico vestido blanco con unos toques de azul y bordado, con mariposas, polillas, ojos, y alguna que otra cosa que caracterizaba a su familia. Se anjuagó la cara y al verse en el espejo notó una presencia.

— Buenos días Polilla, ¿Cómo te sientes? —dijo la entidad, que realmente era el fantasma de una mujer.

— Pues, dormí bien, osea no bien bien, pero lo que necesito. —respondió Mirabel. — De todas formas tengo sueño... ¿Y tú? ¿Qué hiciste en la noche?

— Realmente no mucho, sólo paseé por el pueblo, observé las flores, entré al río... Y pues ya. ¿Hoy es la ceremonia de tu primito verdad?

— Sip, hoy mismito, ya debo salir... Seguramente ya habrán llamado a desayunar. —dijo la morena mientras abría la puerta. — ¡Hablo contigo más tarde!

Felizmente no había nadie cerca que la pudiera escuchar, a excepción de Dolores, ella siempre la escuchaba pero la tomó de "loca" cuando le preguntó, mejor para Mirabel, no quería que nadie supiera de su "don". ¿Por qué? Fácil.

Obtuvo su don a los ocho años, a diferencia de los demás, un día le contó a su mamá quién no le tomó importancia y la regañó, "con esas cosas no se juegan".

— ¡Mirabel! ¡A desayunar! —la llamó su papá, la mencionada fue corriendo hacia el comedor.

Llegó cuando la mayoría se estaba sirviendo, notó que Antonio estaba muy tenso, así que decidió sentarse a su lado.

— ¡Buenos días! —saludó y vió a Toño.— ¿Qué pasa parcerito? ¿Estás bien?

El niño negó con la cabeza y la miró con ojos suplicantes, Mirabel le iba a decir algo pero la abuela empezó a hablar, así que se limitó a acariciarle su cabello.

— Como todos sabemos, hoy Toñito cumple 5 años... Eso significa que hoy obtendrá su don y será un orgullo para la familia —mencionó Alma antes de sentarse.— Inmediatamente después de desayunar van a empezar a realizar sus actividades y ayudar con la ceremonia, ¿De acuerdo?

Todos asintieron y empezaron a comer, excepto Mirabel, la cuál se sirvió rápidamente.

La familia estaba conversando tranquilamente hasta que un grupo de polillas entró y empezaron a volar por todo el comedor.

— ¿Pero qué? ¡Dios! ¿De dónde salieron tantas polillas? —Pepa intentó alejarlas como todos, pero no tuvieron éxito.

— ¡Las polillas son horribles! —mencionó Camilo.

Una empezó a volar alrededor de Mirabel, esta se posó en su nariz y la morena movió su mano para que se posara. Después de eso, las polillas se fueron, dejando a la familia confundida.

— Bueno, como decíamos... —Alma siguió hablando pero Mirabel no le prestó atención.

Estaba más ocupada pensando en el incidente, si bien las polillas la perseguían, nunca habían sido tantas como esa vez; no sabía si era algo malo o bueno, ella no se dió cuenta que no había comido o tomado nada por pensar.

— Mira', hija, no has comido nada. —dijo Julieta, haciendo que la menor saliera del trance y se disculpe.

— ¿En qué tanto piensas? —le preguntó Dolores, preocupada.

— No, nada... perdón.

— Mirabel, sé que tu ceremonia salió mal y no obtuviste don, pero eso no significa que distraigas a los demás para la ceremonia de hoy. —soltó su abuela de la nada, escupiendo esas palabras como espinas.