3. Entonces que lo haga eterno

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-Mi nombre? - dijo-

-sí, tú nombre

-no crees que el quien lo pregunta debe ser el que se presente primero?

-bueno, sí...pero tú fuiste el que pidió presentarnos

-bueno...que nombre crees que me quedaría?

-no tengo idea...Max?

Sonrió y se rio tenía una sonrisa malvada pero a la vez atractiva

-intenta de nuevo

-Thomas? Entonces...

-jajajajajaja eres mala para esto

-ah! Entonces tú eres lo suficientemente bueno para adivinar nombres?

-sí, tú te llamas Katia

En ese momento iba a alegar sobre la respuesta, pero tenía razón...me quede con la boca abierta sin entender cómo fue que lo supo

-y bien? Me equivoque?

-si! Te equivocaste!

-no mientas —dijo confiado de que tenía razón

-bueno si, me llamo Katia...pero como es que lo sabes?

-tienes cara de Katia

-es lo más ridículo que he escuchado...

-jajajajajaja bien vamos a cenar

-espera!

-si?

-no me dirás tu nombre?

-para qué?

Incline la cabeza hacia alado

-pues para llamarte por tu nombre...como todas las personas que se conocen...¿no?

-si te digo mi nombre...me regalaras otra cita contigo?

-me estas chantajeando acaso?

Me guiño el ojo y sonrió

-vamos Katia se hará tarde...te gustan las crepas?-dijo girándose hacia la calle que se encontraba hacia el centro

-...si, pero tú no...

-allá me preguntas todo lo que quieras...bueno ya sabes, sólo te responderé si cumples con esa condición.

Lo seguí desde atrás por un momento luego decidí ir alado de él era como 20 centímetros más alto que yo, yo era alta...pero él era más, su pelo se veía hermoso...con la luz de la luna se resaltaban sus mechones claros, iba tan concentrado en el camino y la mayor parte del camino actuó como si no viniera conmigo, caminaba de una forma relajada, pero a la vez parecía que me ocultaba algo...aparte de su nombre.

-Bien! ya llegamos- se detuvo frente a puesto de comida de crepas

Noto que mi expresión no daba ningún tipo de señal...

-no te gusta? —dijo

-no, no es eso es que es la primera vez que veo un puesto así

Me miraba incrédulo y al darse cuenta de mi seriedad, entendió que no estaba bromeando

-entonces...aquí no?

-sí, está bien -le sonreí

Después de que yo escogiera una crepa con nutella y philadelphia y el una crepa de mermelada con lechera, caminamos hasta el mirador que quedaba como a una cuadra del hotel en el que estaba

El comía y en ratos volteaba hacia mí, para asegurarse que no huyera en cualquier momento, cosa que era imposible, no huía por dos cosas muy sencillas y razonables... una: me había invitado a comer, dos: él es sexy.

Siempre tendrás quien te ameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora