Llego 25 minutos tarde, ¡Diablos! es un nuevo récord.
Corrió lo más que pudo hasta su casillero; mientras decía el nombre del objeto que depositaba en el lugar con voz alta y entonces colocó: su mochila, chamarra, gorro, cámara, maletín...
¿Qué?
Un maletín, entre sus cosas; es cierto que le gusta organizar sus pertenencias pero no tiene un estilo tan anticuado. Aunque debe admitir que se ve bastante caro.
Se trataba de un ejemplar color negro brillante, traía una correa con el grabado "Montblanc", no había escuchado nunca esa marca. Y parecía tener detalles de ¿Bronce? Sin duda tenía cierto valor el objeto en sus manos. Tal vez podría subirlo a internet y venderlo; pero algo pesaba en su interior. Y se preguntó ¿Debería abrirlo?
No, no. Eso ya no tenía que interesarle, pero la maldita curiosidad. Solo daría un pequeño vistazo y luego la dejaría como estaba...
--!Park!-- un fuerte grito lo hizo soltar el maletín de entre sus manos.
Conocía esa voz perfectamente, y sabía que estaba en problemas. Sacó su mejor sonrrisa fingida y giro sobre sus talones para encarar a su jefe.
--Señor Choi, pero que bien se ve hoy. ¿Acaso ese corte de cabello es nuevo? Déjeme decirle que le queda...--
--No quiero sus halagos tontos el día de hoy. Hágame el favor de vestirse correctamente y vaya a su puesto de trabajo antes de que me arrepienta.-- lo cortó sin que pudiera terminar sus palabras.
--Lo siento señor, ya estaba por buscar mi uniforme.-- Saco un pequeño traje del casillero y se disponía ir a los vestidores, cuando la voz de su jefe le recordó lo que estaba haciendo unos momentos antes.
--Y señor Park, levanté ese portafolio del suelo; alguien podría tomarlo sin su permiso.-- Y sin más salió del lugar.
Jimin Regreso por el dichoso maletín y lo dejo en su casillero. Después arreglaría ese pequeño inconveniente.
****
El líquido rojo dentro de la copa de cristal seguía casi intacto desde que se lo sirvieron, solo un sorbo necesito darle para saber que era un asco.
Llevaba media hora esperando y nada. La impuntualidad era algo que le molestaba en demasía.
Esto sin duda tendría repercusiones a la hora de firmar un contrato, no iba a negociar tan fácilmente con alguien tan poco profesional como ese sujeto.
Estaba harto, y tenía mucho trabajo como para desperdiciar su valioso tiempo. Levantó solo un poco su brazo derecho para llamar a un camarero; y vaya sorpresa se llevó cuando reconoció a cierta personita.
El chico torpe del estacionamiento caminaba de manera lenta hacia él. Ya no portaba ese gorro ridículo que aniñaba sus facciones; ahora en cambio se veía aún más atractivo. Un par de mechones rubios reposaban en su frente, y la camisa blanca se pegaba solo un poco a su torso dejando ver su pequeña cintura.
Y como si eso no fuera suficiente tenía desabrochado un botón, que dejaba al descubierto sus pronunciadas clavículas.
Esos pomposos labios solo lo hacían imaginarse miles de escenarios, tal vez teniendolos alrededor y chupando su...
--¿Qué se le ofrece?-- esa voz tan linda había interrumpido sus pensamientos.
--Dejaré un mensaje a tu superior y necesito que se lo hagas saber--
--Lo siento, no soy recadero. Trabajo como mesero-- y sin decir más, dio media vuelta mientras caminaba hacía otra mesa.
No, Yoongi no quedaría como idiota frente a un niño insolente.
--¡¿Qué tipo de gente contratan en este lugar?!-- su voz salió más fuerte de lo que esperaba. Pero funcionó.
No solo JiMin lo había escuchado, también varios de sus compañeros y comensales. ¿Pero que carajos le pasaba a ese sujeto? Ni siquiera lo conocía y ya le había gritado dos veces en esa mañana.
No quería ceder, él no era el típico chico que se dejaba dar órdenes de cualquier persona altanera.
Pero si tenía otra falta más, el señor Choi lo mandaría a la calle. Y no perdería su trabajo solo por los gritos de uno de los tantos hombres cegados por su dinero; de esas personas que creen que pueden tener a todos solo sacando un par de billetes de su cartera.
Así que guardo el repertorio de insultos que quería gritarle, los guardo muy dentro de si y volteó para caminar directo a la mesa.
--¿Cuál es el mensaje que quiere dejar, señor?--
Una sonrisa burlona se formó en el rostro del pálido antes de contestar.
--Necesito que cargues esto a mi tarjeta-- hizo un corto movimiento con su mano para señalar la copa de vino en su mesa.
--Y a tu superior quiero que le comuniques, que lo estuve esperando a la hora que acordamos. Pero lamentablemente no puedo retrasar mi trabajo en la empresa por seguir aquí, ¿Entendiste bien?--
¿Qué acaso pensaba que era idiota? ¿Que no entendía lo que acababa de decir? Tal vez pensaba que no podía recordar algo tan simple como eso.
--Claro, pero ¿a nombre de quien entrego el mensaje?--
El pálido soltó una pequeña risa.
--Min Yoongi-- soltó las palabras con un arte de grandeza.
Pero la respuesta del chico no era lo que esperaba.
--Bien, señor si eso es todo; me retiro. Permiso.--
El rubio hizo una pequeña referencia, con la clara intención de retirarse y terminar la estúpida conversación.
Pero Yoongi no pensaba igual. Con un rápido movimiento de manos tomo de una manera un poco brusca la muñeca del rubio.
--¿Qué acaso no sabes quién soy?-- murmuró de una manera casi inaudible.
--¿Una persona egocéntrica, con falta de atención?-- Pero segundos después de responder aquello, JiMin se arrepintió tanto de las palabras que salieron de su torpe boca.
¡Estaba despedido!
En cambio Yoongi no podía creer la insolencia de aquel tonto adolescente, ¿Quién se creía con rechazarlo de esa manera?
No, tal vez aún no lo reconocía bien. Por favor nadie puede resistirse al grandioso Min Yoongi.
--Muy bien, te dejaré esto aquí para que puedas refrescar tu patética memoria.-- dijo el pálido en tono de burla, y de alguna manera eso solo logró enfadar más al rubio.
--Y cuando te acuerdes de mí, llama. Puedo hacerme un poco de tiempo libre para atenderte dulzura-- con un sínico guiño y una sonrisa triunfante, extendió un poco su mano dejando un pequeño cartoncillo blanco justo a un lado de la botella de vino.
Se puso de pie y comenzó a caminar hacía la salida, donde seguro Patric lo estaba esperando.
Pero JiMin sentía su sangre hervir. ¿Qué demonios le pasaba a ese sujeto?
Tal vez sufrirá trastorno de bipolaridad. Solo así se explicaba las razones de porque primero le grita enfrente de todos y después lo intentaba ¿Seducir?Entonces pensó: ese hombre vivía rodeado de personas tonta y ciegas, para creer que, él, Park JiMin iba aceptar salir con él.
Primero desempleado.
Recuerda: sé el héroe de tu vida, no la víctima.
Sé fuerte, tú siempre puedes.
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Empresario por accidente.
Romance--No debería aceptar la salida fácil, siempre suele ser el camino más complicado.-- --Seremos solo buenos amigos, ¿Aceptas..?--