Cuando es encerrado en la Penitenciaría Gong, Soobin no tarda mucho en aprender las principales reglas de prisión. No robes, no delates a otros, no hagas muchas preguntas, no te endeudes con nadie...
Y que ni siquiera se te ocurra involucrarte romá...
Disclaimer obligatorio: Ya lo explicité en el resumen, pero lo repito por precaución. Esta historia incluye contenido gráfico que puede resultar inapropiado para cierta audiencia. Hay menciones de criminalidad, violencia física, abuso sexual, consumo de drogas, y lenguaje profano/ofensivo. La salud mental es tratada de forma terriblemente irresponsable por el 99% de involucrados (como en la vida real lol), y hago mención de algunos trastornos particulares, que no busco universalizar o criminalizar. Los protagonistas están lejos de ser perfectos, y no pretendo glamorizar su relación ni su estilo de vida. El entorno de prisión es fuertemente machista y homofóbico. Ah, y debo decir que esta prisión que describo está lejos de parecerse al sistema penitenciario coreano real, es más similar al norteamericano o incluso latino.
Quizás lo estoy haciendo sonar más dramático de lo que realmente será, pero mejor no jugar con la suerte aaa
Si alguno de estos aspectos te incomoda, recomiendo no proseguir con la lectura. Si no, adelante, y muchas gracias por leer!!
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一Párate aquí.
Tras haberle quitado su celular, sus llaves y su billetera, uno de los guardias empujó a Soobin para que se quedara quieto sobre la marca en el piso, enderezando su postura con brusquedad.
一¿Listo? 一preguntó el fotógrafo, chasqueando su goma de mascar con la boca abierta.
Soobin estaba tan aturdido que ni siquiera el disparo de luz de la cámara lo hizo pestañear.
En cuestión de segundos, apareció su imagen en la ficha policial digital. Fondo a rayas, boca semiabierta, cejas alzadas y ojos hinchados derrochando la perfecta mezcla entre inocencia y desesperación; era el retrato esperado de cualquier ciudadano de bien que repentinamente se veía extraído de su entorno normal para ser aventado a prisión.
一Tienes carita de venado perdido 一le dijo el guardia, riendo一. Será mejor que te endurezcas antes de entrar a esa pocilga, a menos que quieras ser el blanco más fácil de los desviados.
Con aquel ominoso aviso, colocó una firme mano en su espalda para empujarlo a seguir avanzando por el proceso. Lo dejó en una habitación unos pasos más adelante, donde una guardia se estaba colocando un nuevo par de guantes de goma.
一Desnúdate 一pidió, directa, acercándose para desajustar sus esposas y dejarlas a un lado.
A la defensiva, Soobin se negó, tratando de aferrarse a las esposas como si eso pudiera evitar el destino que anticipaba. Lamentablemente, la policía era mucho más ágil, así que logró su cometido.
一Esto no es necesario. 一Alzó la voz, por primera vez durante todo el proceso de detención一. ¡Me sacaron en medio de un evento en un orfanato! ¡Con niños! ¡Obviamente no tengo nada escondido!
一Eso es exactamente lo que diría alguien que tiene algo escondido 一respondió la policía, impasible一. Desnúdate.
Esperó unos segundos, con la esperanza de que la señora cambiara de opinión por arte de magia, pero por supuesto que no pasó. Sin mayor opción, tuvo que obedecer. Poco a poco, se fue despojando de sus prendas de ropa, dejándolas una por una sobre la mesa indicada, hasta quedar en calzoncillos.