Crystal tears. ‹𝟹 Sungsun

11

Ambos llegaron al hospital y Jungwon llamó a sus padres, avisándoles que él ya estaba allí y que no debían preocuparse por nada.

Jungwon salió del hospital cuando este comenzó a traerle abrumadores recuerdos, por lo que decidió permanecer fuera.

Sunghoon seguía dentro de aquella sala de espera, sin saber qué hacer.

Seguían pasando los segundos y por alguna extraña razón, Sunghoon sentía que su alma estaba siendo desgarrada en miles de pedazos, estaba sudando y comenzando a llorar. Su corazón estaba latiendo demasiado rápido.

Una enfermera se percató de esto y sentó a Sunghoon en una silla.

— ¿Qué sucede joven? —Pregunta la chica y Sunghoon dirige sus ojos hacia ella. Park respira profundamente y parpadea un par de veces.

— M-mi Omega, ¿Está bien? —Pregunta Park entrecortado y la enfermera eleva una ceja, sin saber qué responder.

— ¿A qué se refiere? —Pregunta la chica y Park se siente enfermo. No comprende porqué, pero comienza a sentirse apagado.

¿Algo le había ocurrido a Sunoo?

¿Por qué él sentía aquello?

¿Acaso... Sunoo estaba muriendo?

Aunque los alfas no tienen mayores síntomas de la pérdida de la pareja destinada, podían llegar a sentir lo mismo del Omega, sólo en casos extremos.

Como lo era la muerte.

La pérdida de tu otra mitad.

Sunghoon no podía imaginarse un mundo sin Sunoo, un mundo sin aquella preciosa sonrisa. Sin aquellos pomposos labios.

No.

Sunghoon no podría vivir sin Sunoo.

Tiene que saber lo que está sucediendo.

— Kim Sunoo. Mi Omega, ¿dónde está? —Habla el alfa de manera impotente.

— ¿Habla del joven que entró a emergencias?

— Sí. No, No sé. —Suelta Sunghoon realmente frustrado. La enfermera acaricia su hombro haciendo una mueca.

— Señor. El joven está en cuidados intensivos, no está en un buen estado, según lo que sé. Su cuerpo muestra signos de un lazo roto. Aparte de haber tenido una pequeña conmoción cerebral. —El corazón de Sunghoon se detiene y pasa saliva.— Pero, ¿Quiere ir a verlo?

Park asiente y la enfermera sonríe.

Ambos caminan a través del pasillo y la enfermera dice a Sunghoon.

— El joven estaba con Lee Heeseung en el momento del accidente. Ambos llevaban una tarjeta de identificación por lo que fue fácil reconocerlos.

Sunghoon agradece a ello y entra a la habitación.

Sus ojos comienzan a picar, cuando ve a Sunoo recostado sobre la cama blanca.

Los ojos del Omega se encuentran cerrados, mientras la brisa entra por las ventanas, haciéndolo ver aún más precioso.

Cómo un bello ángel.

La enfermera deja a Sunghoon en la habitación mientras llama al médico que atiende a Sunoo, por lo que se queda junto al Omega por unos largos minutos.

— Hola, amor. —Suelta con una voz cálida.— Sé que no merezco llamarte de esa manera, pero tengo que. Por favor, no mueras, mi vida. Prometo ser el mejor alfa, prometo cuidarte, amarte y estar a tu lado, pero no te vayas... Soy demasiado egoísta por decir esto, pero te amo. Te mereces un mejor alfa, te mereces a alguien mejor que yo. Por eso vive para encontrar a ese alguien, descubrí una manera para que tu vivas, pero... No te vayas.

El alfa suelta un suspiro tembloroso y besa la frente del Omega.

Sunghoon cierra los ojos deseando que todo fuera un sueño.

Tras unos segundos de esta manera, Park siente unas caricias en sus mejillas y abre los ojos con sorpresa.

La dulce voz de Sunoo retumba por la habitación.

— Creo que me gusta la idea de morir por algún accidente, que morir literalmente por amor. —Sonríe el Omega hacia Sunghoon y suelta una amarga risa.

Park quiere llamar a la enfermera para avisarle que Sunoo ha despertado, pero antes de poder levantarse, Sunoo lo retiene con pocas fuerzas.

— Si esto es mi imaginación, quédate un poco más. —Pide.

Park asiente y se recuesta junto a Sunoo, repartiendo besos en la frente hacia el pequeño Omega.

Sunoo cierra los ojos y de pronto la máquina deja de sonar.

Demostrando que su corazón había dejado de latir.

Sunghoon comienza a llorar y entre suspiros llama a la enfermera.