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"Tengo que ser feliz.

Me repito aquella frase como si pudiera hacer algún efecto en mí, pero ya era tarde.

Siempre había sido tarde.

Probablemente comenzó a ser tarde cuando sentí su aroma inundar mi cuerpo.

Tal vez comenzó cuando su presencia hacía sentir a mi Omega completamente lleno y seguro a su lado.

Jamás lo sabría.

Al igual que jamás sabría el sabor de sus labios.

Daría todo mi débil ser por probarlos al menos una vez. Por sentir su cuerpo sobre el mío. Por sentir sus caricias como las siente mi hermano.

Pero me resigno a ver la felicidad reflejada en sus bellos orbes a ver a Jungwon. Deseo ser él quien mira con pasión y cariño.

Podría ser él.

Sería egoísta hacer algo al respecto.

Igualmente, ¿Quién podría amarme?

¿Quién podría amarme con estos moretones, y miles de marcas sobre mi piel?

La verdadera respuesta es: nadie.

Mis lágrimas corren al recordar que mi vida se vuelve corta con el pasar de los días.

¿Porque tuve que caer en la desgracia de conocerte?

Todo el mundo decía que si encontrabas a tu pareja destinada serías extremadamente feliz. En cambio estoy muriendo.

Pero esos son cuentos de hadas para niños.

Y yo caí en esto.

Pero no es tu culpa, Alfa.

No es tu culpa el no amarme.

Por eso espero que en mi próxima vida, puedas amarme tanto como no pudiste en esta.

Te amo alfa.

Te amo, Park Sunghoon."

Solté el lapicero y guardé la carta en mi pequeño cofre.

Las lágrimas no dejaban de caer sobre la hoja y la alejé para que no cayeran sobre esta.

Joder, odio ser un Omega tan sensible.

Odio ser un Omega.

Seco mis lágrimas con el buso y dirijo mis pensamientos hacia algo menos... triste pero se me es imposible.

Salí del hospital hace una semana y desde ese día mi hermano no deja de estar sobre mí haciéndome pregunta tras pregunta.

Y ni hablar del idiota de su novio.

En la escuela no deja de mirarme con curiosidad y no entiendo el porqué.

Antes solía estar menos al pendiente de mi banal existencia.

Ahora se cuelga de mí cada vez que tiene una oportunidad y llega a ser estresante. Mi Omega no deja de llamarlo como si tuviera esperanzas de que el alfa de Sunghoon responda.

Lastimosamente este lo ha hecho una sola vez; y no fue nada gratificante.

Sólo dijo "mi omega" como si fuera un cavernícola y con esto fue suficiente para alterarme y alterar a mi Omega interno.

Suelto una pequeña risa en mi cuarto y niego con una pequeña sonrisa en mis labios.

Soy tan idiota por ilusionarme por esas pequeñas cosas.

Iba a encender mi teléfono, cuando siento que alguien se asoma a la habitación de mi cuarto. Elevo mi ceja y me asomo.

Antes de acercarme a esta puedo percibir un aroma... Algo débil por mi olfato, pero sigue ahí.

—¿Su-Sunghoon? —Pregunto con la voz entrecortada.

¿Por qué estaba en todas partes?

Luego de hacer la pregunta, el alfa se asoma con un leve sonrojo.

Sunghoon es bastante tierno.

—¿S-si? —Pregunta apenado con su cuerpo frente al mío. Doy un paso atrás, al sentir esa pequeña cercanía.

—¿Qué hacías ahí? —Pregunto y él dura unos segundos en responder.

—Solo quería verte Sunnie. Tu sonrisa es muy bella. —Me dice sin saber la influencia de sus palabras en mí.

Se forma un nudo en mi garganta y al parecer él lo nota. Giro mi rostro evitando su mirada. Me limito a asentir.

—¿Puedes irte, por favor? —Pregunto con la voz hecha un hilo.

Por favor no te vayas. Abrázame. Dime que todo estará bien. Bésame.

Lo último que escucho de su parte son los pasos que da al salir de mi cuarto.

Las lágrimas se acumulan en mi corazón y mi pecho sube y baja incontables veces.

Busco con desesperación algún neutralizador de aroma, a pesar de todo, aún puedo desprender aroma.

No quiero que nadie se entere de mi tristeza.

Fruncí el ceño al notar como mi caja de neutralizadores estaba vacía.

Tal vez nadie sienta mi aroma.

Guío mi cuerpo hacia la cama y me recuesto sobre ella.

Mis ojos se cierran con fuerza e ignoro la luz de la lámpara de mi cuarto.

Mis lágrimas siguen bajando y el sueño cada vez hace más presencia.

Crystal tears. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora