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Me había quedado dos semanas en el apartamento de Heeseung, como siempre, mi padres no veían problema alguno de quedarme con un alfa. De alguna manera aprovecharon esta oportunidad para tomar un tiempo para ellos y salir de la ciudad.

Podría decirse que fueron una de las mejores semanas de mi vida, Heeseung me hacía realmente feliz y sabía como animarme. Lástima que algunas cosas no duran para siempre y esta era una de ellas, ya que me impuse la propia obligación de volver a casa, si no volvía, de alguna manera pasaría el resto de mis días junto con Heeseung y su acogedor apartamento.

Soy consiente que Hee no estaba seguro si dejarme volver a casa, sabiendo que mi hermano estaba allí con Sunghoon.

Pero al fin y al cabo él no podia hacer nada por ello, por lo que me llevó a casa en el instante en que se lo pedí.

El camino a casa, fue alegre y tranquilo. Heeseung no dejaba de sacarme una que otra sonrisa y en algunas ocasiones un leve sonrojo. Sentía la mirada de Heeseung sobre mí, pero preferí no darle importancia. Sé lo que piensa cada vez que sus ojos se dirigen hacia mí.

Pero lo que menos quiero es causar pena.

Él sabe de las millones de veces en las que he tenido fiebre y no he podido dormir por ello.

Ha visto mi cuerpo desnudo, con marcas sobre él.

Prefiero cerrar los ojos para evitar la tristeza que comienza a invadirme y duermo.

En un abrir y cerrar de ojos, escucho la voz de Heeseung despertandome.

Hago un pequeño puchero.

Heeseung parquea su vehículo frente a la gran casa y me dice antes de bajar "Te quiero, por favor... no te vayas pronto".

Asiento saliendo del auto, queriendo decir algo más que ello. Por lo que le prometo que jamás me iré de su lado, susurrando que le quiero.

En algunas ocasiones, las promesas no se pueden cumplir.

Y ambos lo sabíamos.

Introduzco las llaves de la casa y entro.

Abro los ojos con sorpresa al ver que mi hermano está sobre las piernas de Sunghoon mientras juegan algún tipo de videojuego.

Por un instante deseo vomitar, pero me calmo.

Cuánto deseo poder ser Jungwon en este momento.

Cuánto deseo ser amado por él.

Cierro la puerta intentando hacer el menor ruido posible, pero ya es tarde. Jungwon se da cuenta de mi presencia. Apreto mis manos en un puño y cierro los ojos con fuerza.

— Hola Sunnie —Saluda Jungwon con una suave sonrisa. No nos habíamos visto seguido, a pesar de estudiar en el mismo instituto.

— Hola Wonnie —saludo correspondiéndole la sonrisa.— Hola Sunghoon —le digo al alfa presente, me doy cuenta que me sus ojos me están observando y en un instante, deseo poder hundirme en su pecho y besarle. Jamás podré hacerlo y eso es lo que más duele. Hacemos contacto visual por unos segundos y Sunghoon asiente.

Me siento el mal tercio cuando Sunghoon atrae a mi hermano a su pecho, como yo deseaba hacerlo.

Asiento lentamente y me dirijo a mi cuarto, sintiendo la mirada del alfa sobre mí.

— Tomaré una ducha. —aviso sin esperar una respuesta, pero recibo un gruñido del alfa.

Escucho el pequeño alarido de parte de mi hermano, reprendiendo a su pareja y Sunghoon se escusa diciendo que Sunoo olía a alguien más.

Solo que aquello ultimo ningún omega logra oír.

Al llegar al baño, observo la camisa de Hee que lleva un característico aroma a alfa. Me llega hasta los muslos, pero lo cubro metiéndola dentro de mis jeans negros. Luego me despojo de la ropa por completo y un leve pensamiento llega a mi mente.

Hago una mueca al ver el reflejo de mi cuerpo desnudo y lloro despreciando mi cuerpo. Paso mis dedos sobre algunos moretones sobre mi piel.

Me dirijo a la tina y giro la llave de la ducha, esperando a que se llene con rapidez.

El único sonido que se oye es el sonido del agua chocar con el fondo de la tina.

Cuando está lo suficientemente llena, cierro la llave e introduzco mi pierna izquierda, luego la derecha hasta tener mi cuerpo entero sobre ella.

Uno. Cierro los ojos.

Dos. Hundo mis dedos dentro del agua.

Tres. Me hundo lentamente.

Cuatro. Libero el aire de mis pulmones.

Mientras sigo contando, mi Omega interno llama con desesperación a mi alfa.

«No vengas, déjame ser libre.» —Pienso y luego todo se vuelve completamente negro.

No hay luz, no hay sonido.

No hay nada.

Sonrío esperando que sea la última vez.

Crystal tears. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora