Era Meiji: 1870. Daimyo: Asakura.
La familia Asakura era prestigiosa y rica. El anuncio del nacimiento de dos herederos era un tema que estaba en boca de todos en Kyoto. Apenas tenían unos meses de nacidos y ya los habían llevado a purificar.
Yoh y Hao eran los herederos perfectos, y tenían un destino trazado y medido, no solo sus padres estaban orgullosos, tres líneas de generación de apoderados en Japón seguirán con los gemelos Asakura.
Hao era el primogénito, sin embargo Yoh tenía exactamente los mismos deberes y responsabilidades. Al ser gemelos ambos tenían el mismo privilegio del feudo, y el que tuviera más méritos sería el poseedor de la línea sucesora.
A los 4 años, cada uno tenía ya una prometida. Yoh y Tamao, Hao y Anna.
A primera instancia sus personalidades eran muy adecuadas ambas chicas habían sido escogidas con cuidado y excelencia. Tamao tenía una delicadeza angelical, mientras que Anna era firme y centrada. Los sábados sin excepción tenían discretas reuniones de té que terminaban en tardes de juegos.
Yoh y Hao estaban conformes con esa vida, al menos hasta los 15 años.
No salían mucho del palacio, para la educación "moderna" requería que los herederos tuvieran conocimientos más profundos fuera de su hogar. La educación moderna de occidente había llegado con la era Meiji, y profesores extranjeros los educaban en lenguas.
Hao, había ganado un carisma único, una sonrisa coqueta, y un carácter entre gentil y altanero. En el colegio se ganaba fácilmente la admiración de otros. Yoh, era como el viento, una brisa suave que llenaba de paz. Los gemelos, habían vivido en la misma casa, pero tenían solo los sábados para convivir, cada uno tenía una nodriza diferente y una sección separada de la mansión Asakura. Su primer año como estudiantes, sería en realidad la primera vez que tendrían para convivir juntos y hablar sobre algo diferente de "prometidas y te".
– Tu cabello es muy largo ¿no lo enredas por todas partes? – Yoh solía hacer ese tipo de preguntas todo el tiempo. En su hora del almuerzo, cada quien había sacado una caja y se habían sentado juntos. Hao, había entornado los ojos, negó con la cabeza y miró la caja de almuerzo de su hermano.
Se veía mucho mejor que la suya. Incluso tenía "figuritas" en sus bolas de arroz. Frunció el entrecejo. Su mozo nunca hacía nada así. Con suerte le preparaba algo decente. Se preguntaba cómo, viviendo en la misma casa tenían tratos tan diferentes.
Tomó sus palillos, sin preguntar los metió palitos en la caja de almuerzo de su hermano y tomó todo cuanto pudo.
– Al fin podemos estar fuera... – El mayor de los Asakura miró el cielo, no era una queja, pero estaban fuera de su reducido entorno social y lo que habían hecho al tener tiempo libre, era estar juntos. — Debería ir a ver los archivos nacionales. Se rumorea que habrá una guerra civil pronto —
Yoh parecía estar inmerso en su comida, ya que le había robado parte de su almuerzo y deseaba al menos terminar con la caballa. Bostezó apenas terminó, miró de reojo a su gemelo Hao, parecía más feliz que él por estar fuera. – A partir de hoy, vamos a vivir en la misma zona. Incluso podremos ir a los baños termales, siempre que estoy allí termino mareado.
Hao regresó la vista a su hermano, movió su cabeza y se estiró, se había dado cuenta que conocía muy poco de él. Incluso sabía más de Anna, hasta de Tamao. Los sábados eran para ellas.
Aunque a veces jugaban un poco, los últimos meses le resultaba aburrido, Anna tenía poco o nada que decir, cuando hablaban un poco más terminaban discutiendo. Yoh, los detenía y Tamao solo les ofrecía té.
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[. Hanahaki .]
FanfictionLa enfermedad no era común, pero ya habían varios casos. Había comenzado con un pétalo, pero en ese momento, entre puñados de pétalos un poco de sangre y mucha tos. Había cumplido 16 años. En el nicho de la familia Asakura que uno de los hijos tuvie...