La oración llena nuestro
corazón, dándonos una
actitud de amor. Orando nos
nace una actitud de compasión
por nosotros y por quien nos rodea, al orar se esfuman sentimientos egoístas, encontrando el respeto propio, al mundo, a la vida, a nuestros semejantes. Orando valoraremos la existencia.
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Mente y Espíritu
EspiritualEn este pequeño libro una persona encontrará más razones para vivir una vida conectada con la fuerza espiritual que nosotros los humanos poseemos. Esta fuerza nos brinda un nuevo sentido en la vida, motivándonos a seguir creciendo para crear una ver...