09

25 1 0
                                    

San esperaba pacientemente a su cita y al amigo de su cita sentado en un banco del parque. Estaba vacío, lo cual lo sorprendió. Normalmente, ese parque se llenaba de familias, niños corriendo por doquier y anciandos paseando tranquilamente. Tal vez el universo de puso de acuerdo para hacer que su reconciliación con Ningning saliera perfecta.

Miraba el ramo de flores multicolor cuando sintió que alguien se sentó a su lado, era Wooyoung. El menor fue el primero en romper el silencio:

—Hola...

—Hola.

El chico parecía más nervioso que él. Se enterneció al ver como observaba con atención el ramo de flores y la pequeña bolsa con aquel lightstick dentro. Había elegido el regalo correcto para su ex novia.

—¿Qué... Qué vamos a hacer?

—Esperar.

—Esperar, bien...—Wooyoung jugaba con sus pies en el suelo, de vez en cuando pateando alguna piedrita que veía por ahí.—¿Qué esperamos, Santi?

—A Nin...

—¡San!—El chico se vió interrumpido por el grito de una voz femenina. A lo lejos, pudieron observar como Ningning corría hacia ellos. Wooyoung frunció el ceño, ¿qué hacía ella ahí? ¿Por qué le tenía un apodo a Santiago? San... ¿San?—Lamento tardar.—Dijo una vez que llegó con ambos chicos.—¿De qué querías... Oh, ¡Hola, Wooyoung!

—Ningning...

—Te extrañé tanto, Ning...

La escena que Wooyoung vió a continuación estrujó su corazón. San abrazaba con ternura a Ningning, quien no tardó en corresponder su abrazo. Wooyoung seguía sin comprender que pasaba.

«Tal vez solo son amigos, Jung.» Pensaba.

—Oh, San... También te extrañé. Pero...—La chica volteó a mirar a Wooyoung, quien tenía su vista fija en el suelo.—¿Qué hace Woo aquí?

—Oh, nos encontramos cuando llegué. Pero se irá en un rato... Somos buenos amigos, ¿no, Wooyoung?

—¿Disculpa?

—Eso. Dile a Ningning como nos conocimos. Es una historia graciosa... ¡Wooyoung arrojó jugo de manzana sobre mí!—Relataba a la chica, pasando una mano por sobre encima de los hombros de Wooyoung, en una abrazo de amistad.

—No sabía que eran amigos...—Murmuró Ningning extrañada, algo de todo eso le resultaba raro... Pero no sabía qué.

—Es que no...

Fue cuando Wooyoung posó su mano sobre la de San para apartar su brazo cuando se escuchó:

"Click."

Las muñecas de los chicos quedando unidas debido a los pequeños imanes en forma de corazón que bailaban en sus pulseras rojas.

San tragó saliva.

Wooyoung miró sus manos extrañado.

Ningning parecía querer asesinar a alguien.

—¿¡Para eso me trajiste aquí, Choi San!?—Gritaba ella. Estaba hecha una furia.—¿¡Para mostrarme a tu nuevo noviecito!? ¡Le diste mi maldita pulsera, Choi! ¡Era mía!—San estaba mudo.—Y tú, Wooyoung... Eres es el peor amigo del mundo... Sabes lo mucho que sufrí por San y, ¿ahora me haces esto?

—No, Ningning, no es lo que tú crees. Yo no sa...

—¡Pudranse los dos!... ¿Saben qué? Espero que un grupo de malditos homofobicos los vea y los asesine.

Sin decir más, la chica se fue.

San apartó su brazo de los hombros de Wooyoung, quien ya tenía algunas lágrimas acumulándose en sus ojitos.

—¿Woo? ¿Estás bien?

—¿Por qué me hiciste esto, Santi?... Perdón, San. Confiaba en tí...

—¿Qué?

—¡Idiota! ¡Creí que yo te gustaba! Quedé como un estúpido...

—Oh, Wooyoung...

Wooyoung salió corriendo de allí, con miles y miles de lágrimas descendiendo por sus mejillas. Su corazón estaba destrozado. Parecía que San lo había tomado entre sus manos y lo había apretado tanto hasta hacerlo trizas. Todo su ser dolía. Y no solo por San... También por las crueles palabras de la que creía era su amiga.

¡San, no digas la D Word! | [Sanwoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora