Los Deseos Obsesivos De Mi Chico ☆Yutae☆

☆10☆

Yuta se encontraba bastante desesperado buscando a su ángel, y es que apenas terminaron las filmaciones de su nueva película salió lo más rápido que pudo para llegar a casa y asegurarse de que su ángel se encontrará ahí y no lo allá dejado, pues se le había olvidado el pequeño detalle de que había dejado completamente solo a taeyong y sin duda este no desaprovecharia la oportunidad de irse.

—¡Maldita sea! —grito enojado volteando el sofá de la sala. No sabia por donde empezar a buscarlo, se maldecía por no haberle preguntado sobre el —¿Donde demonios has ido? —grito caminando hacia todos lados, parecía un animal enjaulado.

Desde que había tenido sexo, era la primera vez que sentía miedo, miedo de no volver a probar aquellos hermosos y finos labios sabor a café, miedo de no volver a disfrutar aquella suave y exquisita piel pero sobre todo tenía miedo de no volver a ver aquel hermoso chico que ama con todo su corazón.

—¡Taeyong! —sus ojos empezaron a nublarse debido a las lágrimas que se acumularon en sus ojos —Ángel —cerró los ojos y las lágrimas empezaron a caer —No me dejes, te necesito —cayó de rodillas al piso.

Sabía que esto pasaría tarde o temprano, pues estaba consiente de que había echo las cosas mal desde un principio, lo había tratado tan mal, lo había poseído sin su consentimiento, incluso se comportó como un animal mientras tenía sexo, lo había echo llorar infinidades de veces. ¿Por que taeyong se quedaría al lado de una persona que le había echo daño?

—¡Soy un idiota! —se frotó la cara con las manos por la desesperación y enojo que sentía —Ahh... te necesito —unos brazos lo rodearon por la cintura.

—No llores, yo no me iré de tu lado nunca —puso su cabeza en la espalda del japonés —Nunca... —cerró los ojos haciendo más fuerte su abrazo.

Yuta no podía respirar bien debido al contacto tan cálido y las palabras tan sinceras por parte de taeyong. Quería asegurarse de que no era un sueño, de que su ángel volvió a su lado.

—Ángel —se deshizo del agarre del castaño, se volteo quedando frente a él —Taeyong... —Lo abrazo y enseguida unos brazos lo rodearon.

—Yuta hazme el amor...