Cap 3: Una voz

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Mierda... no de nuevo. No estoy de buen humor debido a lo del instituto, así que vete de una vez, vete, vete, vete, ¡¡VETEEE!!. 

—...

Por mi posición no puedo asegurarme de que se haya ido, pero, no voy a girar mi cabeza porque verlo solo lograría alterarme, y si dejo que eso suceda solo lo estaría dejando salirse con la suya, por ahora, solo tratare de ignorarlo y seguiré caminando normalmente hacia mi casa, ya veré que hago una vez llegue allá.

—Ohh. Estas aparentando que no me oyes para escapar de la realidad, ¿cierto? John.

Jajajajaja, no esperaba menos de ti. Ciertamente no esperaba menos.

¿Por qué no me enfrentas delante de todo esta gente y me enseñas de una vez por todas que no eres un cobarde?, vamos te estoy esperando.

Apretando mi puño fuertemente para evitar cometer una estupidez, sigo con mi caminata logrando ignorarlo, porque no importa cuanto me provoque no debo intentar hacer algo, no quiero llamar la atención aquí en la calle ya que eso seria un problema.

—Oye John, ¿porque te quedaste de brazos cruzados cuando todos hablaban mal de ti en el salón? ¿ah?, y ¿porque decidiste ignorar a aquel chico sentando cerca de la puerta?. Ahora me pregunto, ¿qué hubiera pasado si hubieses reaccionado diferente en esos dos casos? no hubiese sido eso... algo... interesante.

Ese es un claro ejemplo de porque tu vida es aburrida, y es que en realidad, el que la hace aburrida no es nadie mas que TU.

¿Cómo dices?.

PATÉTICO, 16 años de vida y no te habías dado cuenta de una cosa tan simple, de verdad que eres patético.

Cállate,cállate.

—No puedo escucharte, vamos, habla mas fuerte patético ser vivo insignificante, tus compañerostenían razón te crees la gran cosa solo por ser algo inteligente, solo para terminar siendo un hipócrita solitario que no lo quieren ni sus propios padres, terminaras siendo repudiado por la sociedad sin nadie que te quiera por lo que en verdad eres, un hombre frió y carente de empatía ¿me equivoco?.

—¡¡¡MALDITO, TE DIJE QUE TE CALLARAS, CALLATEEEE!!!

... No pude resistir, termine dejándome llevar por mis emociones, esa sombra... se salio con la suya. Cuando miro a mi alrededor todo el mundo estaba mirándome, una escena parecida a la de antes, tanto así que podía escuchar otra vez esos susurros con mi persona como tema principal, esto era justo lo que quería evitar, sin pensarlo mas, huyo de allí a toda velocidad avergonzado de lo sucedido.

Al llegar finalmente a casa, me encuentro con una de las sirvientas que trabajan aquí.

—Bienvenido a casa señorito John, ¿como le fue hoy en el instituto? —Se muestra inexpresiva mientras me habla.

En este momento me recibe Mónica, ella es la sirvienta personal de mi madre y por esa razón suele hablar mucho con ella, se podría decir que tienen una buena relación, a diferencia de la mía con ella... aparte de Mónica, mi madre contrato algunos sirvientes mas para atenderme en el caso de que los dos estén ausentes, tal parece que hoy es uno de esos casos.

—... ellos, no están aquí ¿verdad? —Me muestro igual de inexpresivo que ella.

—No, señorito John, ocurrió una urgencia y tuvieron que irse los dos esta mañana, aun no se sabe su hora de llegada.

—Ah... ya veo.

Bueno, es algo que ocurre constantemente así que no me sorprende, sin saber en donde se encuentran, lo único que puedo hacer por ahora es buscar una forma de distraerme hasta el día siguiente, y lo único que se me ocurre para matar el tiempo es caminar en los pasillos de esta ridículamente amplia mansión, así que, abandono a Monica en la entrada y me dirijo a cualquier sitio que me encuentre que no sea el ya mencionado, mientras lo hago espero no encontrarme con ese tipo tan desagradable.

Mi historia con esa sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora