Te encontrabas con los pies sobre la mesa, inclinada en la silla con los brazos debajo de tu cabeza y los ojos cerrados. Divagabas aburrida en tu mente, ignorando a tu profesor y compañeros hablar.
Por un momento todo quedó en completo silencio y una pesada presencia inundó la sala, abriste un ojo; Maki, Panda y Toge se encontraban alrededor de un chico de cabello negro y ojos azules oscuros preparados para atacar.
De la pizarra salieron brazos de la maldición que suponías que lo seguiría por varias razones, una de esas fue porque él la maldició. Tus compañeros saltaron hacia atrás, alejándose al ver cómo el espíritu le arrebató el arma a Maki.
Las mesas se movieron, haciendo que una chocase contra la tuya, y casi te hicieran caer de espaldas. Chasqueaste la lengua y te levantaste de tu asiento.
Caminaste y te paraste frente a tu nuevo compañero, dejándolo estático. Lo observaste de arriba hasta bajo, escuchaste furiosa a la maldición detrás suyo, desviaste tus ojos donde se encontraba el ser e inmediatamente el temor poseyó su ánimo.
—¿Q-qué le pasó? —titubeó el chico, sin entender cómo el espíritu cambió repentinamente de comportamiento.
—¿Cuál es tu nombre? —le preguntaste, haciendo oídos sordos a sus palabras.
—O-okkotsu Yuta, ¿usted?
Te presentaste y miraste al hombre de ojos vendados.
—Me asignaron una misión —le informaste, ignorando el tener que pedirle permiso para tu retiro.
—Suerte, pequeña escarabajo —te sonrió, levantando ambos dedos pulgares.
Sin más espera te fuiste, abandonando el aula y a los demás.
Normalmente hubieses ido a cumplir la misión a conjunto de tus compañeros, pero gracias a tus dotes no hacía falta sus compañías.
Dotes de los cuales eras reconocida en el mundo de la hechicería, y mucho más al poder dominarlos sin dificultad alguna a tu corta edad.
Pero tu persona era aún más célebre por pertenecer a un clan que estaba prácticamente extinto. Clan del cual no sabías su existencia hasta que te ingresaron al colegio de magia por aquella causa.
Gran capacidad de aprendizaje rápido, habilidades físicas resaltantes y manejos de emociones sin igual. Pero lo que llamaba la atención de los miembros de aquel clan era su técnica. Técnica que fue revelada gracias a ti, y que fue nombrada por Satoru como "control del mal".
Siendo nombrada hechicera de primer grado gracias a esas habilidades; aunque según Gojo, serías calificada a grado especial dentro de semanas. No era sorpresa para los demás hechiceros esa noticia, y mucho menos para ti; sabías de lo que eras capaz por la confianza que tenías contigo misma.
Después de cumplir con tu deber y exorcizar a la maldición, que catalogaste e informaste de grado uno; decidiste hacer una parada en el cementerio, visitando a tu difunta amiga.
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𝗝𝘂𝗷𝘂𝘁𝘀𝘂 𝗸𝗮𝗶𝘀𝗲𝗻 [+18]
Fanfiction•One shots. •Personajes pertenecientes a Gege Akutami. •Todo tipo de imagen usada no es de mi autoridad, así que crédito a su respectivo autor/creador. •Contenido explícito y vulgar. El público lector se hace cargo de lo que lee y consume. Si tiene...