.

810 106 21
                                    

Rindou se levanta temprano como todos los días y lo primero que nota es que su hermano, quien solía ser considerablemente más perezoso que él, ya está despierto.

Ran-nii ¿Has dormido?- pregunta con preocupación y Ran le responde siempre con un insípido "si."

Han pasado varios días en los que esto se repite.
Rindou despierta temprano y lo que se encuentra es que su hermano ya está despierto, con los ojos entreabiertos y la mirada fija en el techo.
Está justo en la misma posición en la que durmió y algo le hace sentir que en realidad ni siquiera se ha dormido.

Ha notado que Ran muy apenas se levanta de la cama últimamente y siendo sincero, Rindou está hecho mierda por los nervios que eso le causa.

"Está enfermo." Piensa. Pero no luce mal ni parece tener algún síntoma a simple vista.
Cada vez que le pregunta como se siente recibe la misma respuesta inexpresiva de siempre.
Solo un seco "si" o a veces un "estoy cansado" que no responde ninguna de sus preocupaciones.
Rindou ha investigado arduamente y tiene en la mira dos cosas nada alentadoras.

Insomnio o depresión.

El primero podría ser por muchas causas pero no encuentra un motivo que encaje con Ran, quien además si parece dormir a veces.
Cierra los ojos y parece que duerme enserio por lo que Rindou alcanza a observar antes de quedarse dormido también.
Pero siempre al despertar, Ran tiene los ojos abiertos como si en realidad hubiera estado despierto por horas desde que amanece.

Depresión. La simple palabra le aterra por qué sabe que conlleva algo mucho más grave.
Lo primero que piensa es que Ran le ha ocultado cosas desde siempre y ahora es que ya no puede hacerlo más, por ello se muestra deprimido y sin ganas de hacer nada.
Por eso solo se queda en cama y muy apenas sale a comer con él más que nada por la insistencia que pone en ofrecerle alimentos.
Su actividad sexual ha parado por completo desde ese primer día que lo encontró llorando y es de lo más extraño por qué Rindou conoce bien a su hermano, sabe que es siempre activo en ese aspecto incluso estando físicamente herido.
Y ahora simplemente no se le acerca.

En un intento desesperado por contacto, Rindou lo abraza y comienza a mimarlo un poco, aún en la cama.

Nii-chan...has estado extraño. Por favor, tienes que hablar conmigo.– Rindou pide con preocupación mientras que se acerca para besarlo, pero Ran gira la cabeza y lo evita. Solo lo mira con esa estoica seriedad, con esa indiferencia.

Ran, por favor. No puedo con esto...estoy preocupado por ti, no sé si te hice algo o que es lo que tienes. Quiero ayudarte.– la voz de Rindou se quiebra un poco y busca desesperado que su hermano lo mire, pero esa expresión fría en los ojos de Ran es tan nueva y extraña que siente casi...como si no fuera él mismo.

Estoy cansado.–

Otra vez esa respuesta que no le dice nada.
Rindou se aferra al cuerpo de su hermano, necesita su afecto, al menos que diga que el problema no es con él.
Pero Ran no lo abraza, solo permanece estático y luego entrecierra los ojos, como queriendo volver a dormir.

Te obligaré a buscar ayuda entonces.– el hermano menor se levanta de golpe y se va de la cama a pasos apresurados.
De alguna parte de la habitación trae consigo un montón de hojas, folletos y tarjetas de presentación que ha reunido de la ciudad en las últimas veces que ha salido.

Los tira desordenados sobre la cama pero ni siquiera captan la atención de su hermano, por lo que él toma una hoja impresa al azar y comienza a leérsela en voz alta.

Médico psiquiatra y terapeuta, 20 años de experiencia en casos de depresión. ¿Qué opinas?–

Agita la hoja cerca de su hermano pero este sigue sin siquiera mirarlo.

Este de aquí dice que es bueno también...– Rindou intenta insistir pero la falta de interés de su hermano es cada vez más desalentadora.

Dime algo porfavor...hermano, no quiero que me ocultes cosas. Si no te sientes bien quiero saberlo, te ayudaré.

Solo entonces Ran lo mira y con una voz adormilada por fin le da una respuesta diferente.

No estoy deprimido.–

Rindou no se siente tranquilo con ello, de hecho lo deja más preocupado aún. Sumado al intento de sonrisa que Ran le muestra, algo que de cierta forma se siente completamente antinatural.

Una sensación muy extraña se aloja en su pecho, el sentimiento de que algo no está nada bien con su hermano pero no es capaz de descifrar que es si no se lo dice.
Lo ha observado, ha intentado subirle el ánimo de todas las formas posibles y no consigue nada...se siente tan mal que incluso el deprimido podría ser él.

–Si no estás deprimido, ¿Qué tienes entonces, Ran? No me digas que estás cansado...sabemos que no es solo eso.–

Se acomoda encima suyo, lo abraza y pone su cabeza en el pecho de su hermano. No se siente reconfortante como siempre lo había sido y eso duele.

Duele lo suficiente para que se ponga a llorar como un niño, desesperado por al menos un abrazo.
Rindou ha sido siempre el más sensible de los dos.
Sentir que Ran ya no lo ama es algo que puede tolerar un poco...pero verlo triste y sin ánimo es mucho más horrible.
Le preocupa que no coma bien, que no haya salido de casa en tanto tiempo y que parezca que no hay nada en el mundo que le interese, por qué no sabe que es lo que pasó con él, por qué lloraba esa noche, esa última vez que lo abrazó de forma sincera.

Rindou llora hasta quedarse dormido, se siente cansado y el día entero se le va en llorarle a su hermano y abrazarlo, sin una sola respuesta más. 
El hermano menor le habla con el corazón, le dice cuánto lo ama, lo mucho que se preocupa por él y como jamás lo juzgaría por lo que sea que esté pasando.

Casi ruega por una respuesta pero no obtiene nada.

Después de algunas horas se harta, pero no de Ran sino de su propia impotencia.
Sale de casa sin decir mucho e intenta despejar su mente afuera.
Gasta dinero en cualquier mierda que sabe que haría feliz a su hermano, por qué no sabe que más hacer para complacerlo, o al menos intentarlo.

Afuera todo se siente diferente, más fresco y más real.
Con Ran se siente atrapado y débil, asustado por no saber que hacer.

Pero no puede dejarlo solo por mucho tiempo, últimamente se han alojado ideas aterradoras de lo que pueda pasar con él.
Aunque haya dicho que no está deprimido Rindou se niega a creerle, por qué cumple bastante con esas características.
Vuelve a casa y tan solo al dar un paso adentro siente de nuevo esa atmósfera pesada, su estómago comprimiéndose de forma incómoda.
Deja las bolsas de compras en la mesa y mirando hacia adelante percibe movimiento, la silueta de su hermano caminando hacia el baño con bastante prisa, cruzando el pasillo.

Ran-nii, ¿Todo bien?– indaga y camina hasta él, ya que la puerta no ha sido cerrada y sigue preocupado.

Se asoma con discreción por el marco de la puerta, pero el baño está vacío.

Rindou siente su sangre helarse, su corazón se acelera de pronto sin saber por qué, casi como si fuera a salirse de su pecho.

Gira hasta la habitación, Ran sigue en la cama, justo como estaba antes de que él saliera.

En esta ocasión si lo observa, lo mira fijamente, acostado pero despierto y Rindou siente que casi puede ver dentro de su alma, con esos ojos violetas, el color que comparten.

Pero no es la mirada que le ha dado siempre, es como si Rindou hoy no fuera su hermano menor.

Ran lo mira como si fuera un completo extraño.

Between us [HAITANICEST] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora