Narcolepsía

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Antes de leer deja tu estrellita  por fis ;3 **


Pov. Narrador

Aristóteles se encontraba nervioso mientras esperaba a su mejor amigo afuera del edificio, tenía planeado llevar a Cuauhtémoc de día de campo para al fin poder contarle lo que sentía y es que luego de diez años de amistad por fin comenzaba a comprender sus sentimientos por el menor, pero dentro de su corazón tenía la duda si Cuauhtémoc le correspondería o al menos le creería.

Revisó la pequeña canasta que su tía blanca le había ayudado a preparar con mucho cariño, llevaba unos sándwiches, unos jugos, papas fritas y unas rebanadas de aquel pastel con el qué se conocieron años atrás y es que aún recordaba que cuando su pequeño vecino llegó no lo dejaban salir sólo de su casa.

Siempre iba acompañado de su papá Pancho o de sus pequeñas calcomanías, eso se le hizo raro al rizado ya que siendo ambos adolecentes no comprendía porque el nuevo vecino necesitaba compañía, hasta aquel día que lo vió cruzar la calle.

FLASHBACK

Aristóteles se le había hecho tarde para ir a la escuela, iba saliendo de su casa lo más rápido que podía cuando escucho a su vecino Temo discutir con su padre.

-¡No lo entiendes papá, yo quiero ir a la escuela como todos los demás!.- Escuchó la voz de Temo llena de molestia.

-Mijo sabes por tu bien que no puedes andar sólo – respondió su padre- que tal si te pasa algo en la calle y yo no estoy ahí para ayudarte.

-Tengo que aprender a vivir con esto y si no me dejas salir, no podre hacerlo papá- suplicó el menor- ¡Quiero conocer gente, tener amigos!

Aristóteles sabía de sobra que escuchar conversaciones ajenas era algo que no debía hacer, sin embargo no pudo evitar escuchar el verdadero deseo del menor por poder salir de su hogar.

-¡Claro que no Temo!- respondió Pancho ya molestó- podemos buscar alguna actividad para que puedas conocer gente pero tantas horas es demasiado, ahora se me hace tarde para ir a dejar a tus hermanos, espera aquí  ya que tu maestro particular me avisó que llegará tarde.

Ari al darse cuenta que abrirían la puerta corrió a esconderse detrás del pasillo mientras veía como Pancho y las calcomanías salían del edificio, dejó pasar unos minutos antes de irse y pensar en alguna excusa para que lo dejaran pasar cuando vio a Cuauhtémoc salir del edificio concentrado en que nadie lo viera.

Lleno de curiosidad y al escuchar las palabras de Pancho decidió seguirlo, no sabía que pasaba con Temo, pero algo le decía que no debía estar mucho tiempo solo, dejo que caminara unos pasos antes de ir detrás de él y aunque iba a distancia prudente podía escuchar refunfuñar al menor.

-¨Vamos Cuauhtémoc podremos demostrarle a Pancho que podemos estar un tiempo a solas- decía el menor a sí mismo- sólo debemos controlarnos un poco, si lo logro mi Papancho me dejará asistir a la escuela como los demás adolecentes¨

Ari lo seguía con cuidado mirando como el menor había caminado algunas calles con camino hacía su colegio, pero luego de unos minutos observo como se quedo parado antes de cruzar las calles mientras sus manos se convertían en puños, pensando en cruzar o no la acera, llamando la curiosidad de Ari, ya que momentos antes había cruzado las demás sin problemas, pero esta vez se encontraba parado, cerrando y abriendo las manos como si estuviera nervioso.

Fue entonces cuando el semáforo cambio a rojo que el menor se decidió a cruzar, pero sólo dio unos pequeños pasos cuando quedó mitad de la acera y en ese momento dejo caer su cabeza hacia adelante para luego aflojar su cuerpo como si fuera a desvanecerse, dándole a Ari sólo unos segundos antes de poder agarrar su cuerpo por detrás antes de sentir su peso entre sus brazos.

Antes de analizar la situación jaló a Cuauhtémoc con su peso para poder llegar seguros a la acera antes de que el semáforo se pusiera en verde, iba a poner a Temo en la acera con cuidado cuando vio que el menor reaccionó.

-¿Temo me escuchas?- preguntó preocupado- ¿Te encuentras bien?

Cuauhtémoc lo miro con ojos somnolientos mientras asentía con la cabeza.
-Si Ari- respondió con suavidad- muchas gracias por ayudarme...

Ari se separó un poco para poder mirarlo queriendo ayudarlo un poco más.

-Creo que te desmayaste, ¿quieres que le hable a tu papá?¿Aún te sientes mareado?

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