Dónde Violet se mudó a petición de su abuela a Beacon Hills, para quedar al legado de Derek Hale, que la ayuda a aprender de sus poderes.
Beacon Hills, pueblo en el cual conoce a un hirritable chico de lunares que no sabe pronunciar bien su nombre...
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El viento que dejaba pasar su ventana, volaba las hojas pegadas en su pared color verde, habían algunos dibujos, notas, o cartas que su familia lejana le enviaba.
Cerró su maleta después de haber guardado todo lo que iba a necesitar durante su estadía en Beacon Hills, gracias a su abuela, que solicitó a Derek Hale, amigo de la madre de Violet, que esta se hospedara en junto a el, para que esté le aprenda a controlar sus poderes.
Hace unas semanas, fue la primera aparición de los poderes de Violet, está ya sabía sobre todo lo que tenía que ver con la magia, según su abuela, está tuvo inicio por la época media, la causa de el inicio de los poderes en la familia Fightory, era desconocida, sin embargo, está magia estubo remontando por siglos en todas las mujeres que pertenezcan a esta familia.
Está aparición fue cuando está estaba cortando flores en el patio trasero de la gran mansión que perteneció a su familia, se dió vuelta para dejar el ramo de orquídeas, sus flores favoritas, en el cesto que lo dispuso para guardar las flores que su abuela le había pedido que recogiera.
Al darse vuelta, las flores que aún no recogía, empezaron a flotar a sus espaldas, estás las rodeba una sombra azul, tipo calipso. Violet miro hacia atrás, y vio a todos estás flores levitando.
Violet, consumida en su sorpresa, alargó la mano en un intento de que estás flores bajarán, pero al ver su mano, está la rodeaba una sombra azul, similar a la que rodeaba las flores.
-Felicidades
Se sobresaltó, y volteo rápidamente hacia el lado proveniente de la voz, encontrándose a su abuela, la cual la miraba con una sonrisa que casi, casi, se asemejaba al entusiasmo. Su abuela, después de la perdida de su hija y yerno, no era de mostrar mucho sus emociones, así que rara vez la veía disfrutar un momento.
-¿Que fue eso?- preguntó volteando hacia donde supuestamente las flores levitando, pero estás ya habían caído cuando Violet se había sobresaltado.
-Fue tu primera aparición de la magia.
Su abuela la llevo al interior de la casa, para explicarle todo lo que tenía que conllevar ser una bruja.
Y no del estereotipo de bruja con una carita, un gorro alto y un gato negro. Si no, una bruja que podía hacer magia con algo tan ordinario como sus manos.
La rubia hizo una media sonrisa al acordar ese día, desde ese momento, no ah dejado de levitar cosas, o transformarlas a su antojo, está no podría estar mas feliz de tener poderes tan geniales.
Bajó al primer piso junto a su maleta y un bolso que la acompañaba desde los 12, este fue regalo de su abuela, la pequeña niña quedó tan encantada con ese bolso de cuero, que no pudo evitar enamorarse de él.
-¿No crees que te va a dar frío en el trayecto?- Dijo su abuela al mirarla de arriba a abajo.
Violet se miro a si misma y hizo una imagen mental de como una vestida. Unas botas de cuero, una falda negra, un suéter con cuello de tortuga blanco, y un chaleco que le llegaba un poco más abajo de las rodillas.
