AUGUST- Teen Wolf

IV

Al terminar la primera clase Violet habló con Allison, se enteró que también era nueva, eso la tranquilizó un poco, ella le mostró la escuela, y todo lo necesario, bueno, todo eso duro hasta que una rubia-fresa interceptó a las pelinegra y rubia.

Se presentó con una sonrisa, que la rubia devolvió, al parecer era la popular, no era como la imaginó, era amable y con un buen sentido de la moda. Halagó la diadema negra de Violet, diciéndole que resaltaba su cabello.

Violet, no queriendo parecer grosera halagó de igual manera el pelo de la rubia-fresa, recibiendo una sonrisa sincera.

Allison y Violet se dirigían al campo de Lacrosse, la rubia vio como la pelinegra saludaba a un chico que estaba en la formación.

- ¿Quién es? - Dijo Violet tirándole una sonrisa pícara a su acompañante.

- Oh, es Scott McCall, el chico que se sentaba al costado tuyo en la clase – Dijo esta tratando de no sonar tan emocionada.

Se sentaron en las gradas que estaban en el campo. Violet la vedad se extraño un poco en el momento en que Allison le preguntó tan emocionada si quería conocer el campo, pero al llegar, todas sus dudas se disiparon.

Volvió la vista hacia al campo, viendo como el chico llamado Scott era regañado por el al parecer, era el entrenador, entrecerró la vista al notar algo extraño.

Era el mismo chico al que había encontrado en el bosque junto a su amigo, miró por el terreno del campo tratando de encontrar al amigo de McCall.

Lo encontró en la banca, mirando a su amigo con inquietud, dirigió la mirada hacia la camiseta, gracias a que el estaba de espaldas a ella, pudo divisar el apellido “Stilinski”.

No sabía el porqué, pero había algo en esos chicos que le daba el impulso de hablar con ellos, y de conocerlos.
Pero se hará cargo mas tarde de eso, ahora tiene que fortalecer sus poderes.
No supo en que momento, pero el equipo de McCall ya había anotado un punto, y gracias a el.

Su acompañante lo vitoreó con una gran sonrisa, obligándola a ella a también aplaudir.

Llegó a la casa de Dereck, al parecer no había nadie, asi que se encamino a su habitación.

Al llegar a la habitación, diviso un lapicero que había dejado encima de un mueble.

Según su abuela, ella podía manipular las cosas y leer mentes, no le hacia daño a nadie si intentaba practicar un poco.
Volteó el vaso dejando los lápices encima de el mueble, y lo dejo boca abajo en el mismo.

No supo como empezar, era primera vez que hacía eso.

Claro, lo había hecho antes, pero lo hacía inconscientemente, sin siquiera su consentimiento, pero esta era la primera vez que lo hacia conscientemente, asi que no supo por dónde empezar.

Miro el vaso, concentrándose, visualizo que se volteaba en su mente, se concentró tanto que pensó que su mente iba a estallar.

Sin darse cuenta, sus manos se empezaron a rodear de un aura azul, esta se intercalaba entre sus dedos, guiándose hacia el vaso lentamente.

El vaso se rodeó de el aura azulada, cayéndose en un ruido seco.

La rubia abrió los ojos al escuchar el ruido. Se sorprendió cuando vio el vaso en el piso.

Miro sus manos con una sonrisa formándose lentamente en sus labios.

Probablemente, si practicaba más, podría manipular cosas con más velocidad.

Se prometió a si misma que iba a practicar más, eh iba a volverse la bruja mas poderosa de su generación.