Un suspiro escapó de sus labios una vez apagó la alarma que no dejaba de resonar por toda la habitación taladrando en sus tímpanos provocándole dolor de cabeza.
Se sentó en la cama de mala gana y se puso de pie para dirigirse al baño, necesitaba una ducha tanto para despertarse como para sacar todo el sudor de su cuerpo. Tuvo pesadillas toda la noche y cuando despertó sintió rastros de lágrimas en sus mejillas, además de sentir su cuerpo tan sudoroso como si hubiese corrido una maratón.
Al acabar de desvestirse se quedó viendo fijamente en el espejo recorriendo su reflejo con lentitud, una leve mueca se pintó en su rostro al visualizar su cuello.
Marcas, marcas que aún no se habían borrado del todo y que le recordaban que ellas no volverían, que no volverían a ser hechas por aquella boca.
Mordió su labio inferior con algo de fuerza y negó con la cabeza entrando a la ducha.
"Hoy no, ni se te ocurra ponerte mal por ese imbécil" se autorreclamó mientras el agua corría por su cuerpo.
Pasados veinte minutos ya se encontraba listo y terminando de arreglar su mochila.
El haber dormido mal le había afectado a la hora de arreglarse, así que optó por un pantalón negro simple, una camisa básica azul, una sudadera ancha del mismo color y sus deportivas blancas, pasó de ponerse algún accesorio o utilizar maquillaje...bueno, más que para taparse las ojeras.
Cogió sus cosas y salió de su habitación yendo a la cocina para sentarse a desayunar en compañía de sus padres.
- Buenos días, Dobby -la voz de la mujer se escuchó dulce, como siempre que se dirigía a su persona, eso reconfortaba su corazón.
- Hola, mamá, papá -su vista se fijó en el hombre sentado en frente suya el cual le dedicó una leve sonrisa.
- ¿Estás listo para ir a clases, amor? -en su campo de visión apareció una taza de café junto a un plato de comida.
- Bueno...supongo -un suspiro escapó de su garganta mientras agradecía a su madre por la comida y cogía la taza para dar un sorbo a esta.
- Todo irá bien, amor, es tu último año, disfrútalo -
- Pero no demasiado -los tres soltaron una leve risa ante las palabras del hombre adulto en la habitación y el menos negó con la cabeza.
- Por cierto ¿Y Junghwan? Hace mucho que no lo vemos -pudo sentir como todo su cuerpo se tensó y mantuvo la vista fija en el plato en frente suya intentando evitar la mirada de la mujer sentada a su derecha.
- Esto...Junghwan y yo le hemos dejado hace unas semanas.... -sus palabras apenas fueron audibles para sus padres, cosa que hizo que fruncieran el ceño en señal de preocupación.
- ¿Estás bien, amor? ¿Por qué no nos habías dicho nada? -
- No lo vi importante... -
- ¿Te hizo algo? ¿Te lastimó? Porque te juro que si es así lo mato -la voz de su padre sonó con seguridad.
El menor negó con la cabeza y alejó un poco el plato de sí mismo.
- Solo...ya no es lo mismo, así que decidimos dejarlo... -
- Dobby... -
- En serio, no importa -les dedicó una leve sonrisa sin dientes y se puso de pie cogiendo sus cosas- he perdido el apetito, nos vemos más tarde -se apresuró a salir de allí ignorando los llamados por parte de sus padres.
Ambos adultos se vieron con una mueca de preocupación y suspiraron negando con la cabeza.
El pelirrojo bufó mientras caminaba a paso acelerado por la calle pasando una mano por su cabello.
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10 reasons to hate you [Dowhan (Treasure)]
FanfictionPor cada acción hay una reacción, así para absolutamente todo. Y al fin y al cabo, todo termina acabando. Porque cada acción, cada palabra, cada acto, fue una razón más que agregar a aquella lista. - ¿Estás seguro de esto? - - Más que nunca, digamos...