ChangBin tiene el don de ver los colores del alma, excepto la suya; causando que su poder sea para él más una maldición que nada, pero esto cambia cuando conoce a Felix, un chico nuevo en su instituto que tiene un color muy particular la cual parece...
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Si tu pudieras ver el color de tu alma, ¿Cuál crees que sería? ¿Podría ser tu color favorito, o uno cualquiera? ¿Crees que sería bonito? ¿Te gustaría verla?
Changbin puede ver lo que la gente no, él puede ver el color de las almas. Su madre lo considera un don, su padre un poder y su mejor amigo lo considera magia, pero para sí mismo lo llega a ver más como una maldición que cualquier otra cosa. Con tan solo salir a la calle o asomarse por la ventana, es capaz de observar tantos colores como le son posibles a tales cantidades que hasta ha llegado a preguntarse cuantos colores no conoce y cuantos más ha visto hasta el cansancio.
Él lo ve por todas partes, en toda persona y en cada lugar. Hay personas púrpuras, hay personas verdes, hay personas amarillas y hay personas azules. Tal vez unas más que otras y otras un poco menos. Las variaciones pueden ser tanto infinitas o simples; así como pocas, porque todos somos iguales en raza y distintos en esencia. Todos tenemos algo especial, tenemos valor y aportamos algo a los demás sin darnos cuenta, pero la particular forma de ver que tiene Changbin no es ni por asomo algo que él mismo considere de provecho.
¿Por qué ver las almas? ¿Por qué él? ¿De qué le sirve? Son incógnitas de las cuales aún no tiene respuesta, y que la paciencia al no ser parte de sus virtudes, sin querer, parece que lo hizo caer en la resignación de tener que vivir con ello. Entonces, así se mantiene: expectante y con dudas. Desde que sus ojos se lo permitieron, su vida parece una paleta de colores, al menos en la parte visual, porque en su propia vida parece que en realidad no es tan fantástica como parece y el color que más la representa es el gris: Aburrido, soso, sin pigmento que resalte o lo haga sentir especial.
Y así, a sus diecisiete años con una vida aparentemente normal y con su maldición de los colores encima, llega algo que le parecía imposible: Un muchacho de casi su edad llega con un montón de colores en su alma que hace a Changbin deslumbrarse y caer ante ese brillo especial que tiene logrando desmayarle ante la rareza que trae ese chico en su alma (literalmente). Su nombre es Felix, y tal como su sonrisa, su alma es radiante, y le hacen preguntar a Changbin si es posible que tantos encantos puedan encontrarse en una sola persona, además de su particular forma de ser y su alma, no solo dejándolo confundido, sino que tal parece que el chico es clave para responder a todas sus dudas o tal vez, encontrarse con nuevas.
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Notas de autor: ¿Lo siento mucho?
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