Después de sacar a Rufo, dejarle comida y agua, salió con Sandra para el colegio. Ahora él era más alto que ella, recordó cuando mamá lo llevaba al jardín y a la primaria. El tiempo se estaba pasando rápido. Por el camino le contó que pudo recuperado todo, menos el asunto de química. No quería que la fueran a sorprender con el tema. Casi tropieza con una bicicleta atravesada en la acera, mientras la esquivaba reconoció el sillín de colores. El "pibe" como ya lo identificaba en su cabeza, se encontraba dentro de la tienda. Le fue imposible evitar que sus miradas se cruzaran. Sebastián se sintió molesto, no emitió un saludo como hubiera hecho en otro caso. Pasó el brazo por los hombros de mamá y siguió caminando con ella.
Se despidieron al entrar, ella fue a buscar al coordinador y él a su salón de clase. Era viernes y el ambiente se respiraba alterado. Algunas chicas lucían maquillaje y la falda subida, literal. Planes y expectativas de unos y otros. Kharol permanecía con ellas, su acompañante de los últimos días mandaba la parada en lo referente a conquistar. Miradas, risas, toques. Sebastián se aterró del cambio en su amiga, las otras no le importaban, pero ¿Kharol? Si Jóse estuviera allí, eso no habría sucedido. Se puso a pensar que Kharol tenía su preferencia por Jóse, y esa era la reacción por su ausencia, durante un rato resultó preguntándose porque le afectaba tanto el cambio de ella. En el descanso llamó a Sandra. Quería saber que había pasado en la reunión con el coordinador. Ella le comentó que era necesario hacer un plan de mejora, y que él iba a estar en seguimiento. En casa revisarían de qué se trataba.
Kharol y su amiga se acercaron, se llamaba Katy Alejandra, y le decían Alek. Ese era el nombre del perfil que usaba en las redes sociales, por un momento desfilaron las imágenes de la muchacha por su mente. Era popular, sólo hasta ese año estuvieron en la misma aula, aunque dos años atrás ella empezó a estudiar en ese colegio. A parte de uno que otro saludo, nunca hablaban. Si bien, Sebastián no se portaba como mojigato, tampoco le parecía bien, ser un pasado. Lo que hacía era reírse y dejar que las muchachas conversaran, no obstante, aquel día ellas no estaban en ese plan. No fue que le pareció; ellas lo estaban acosando. Esta Alek se arrimaba más de normal, Kharol no se atrevió a hacer lo mismo, sino que se reía como si se estuviera divirtiendo mucho. Sebastián se sintió triste, volvió a recordar los tiempos de amistad, tan tranquilos y reales. Si tenían manifestaciones de afecto, pero nadie hostigaba a nadie y eran expresiones de amigos, de gente cercana. Se sintió decepcionado en medio de todo eso, pretextó que necesitaba ir al baño y las dejó. En el pasillo encontró a Andrés hablando con una pequeña de sexto grado. Se acercó a ellos como queriendo escapar.
− ¿Qué tal, Andrés?
− Hola, bien Sebas... −contestó rascándose la cabeza y mirando a la niña.
− Y ella es...
− Mi hermana Sofie.
− Ahaa, ¡hola!
− Hola –lo miró seria.
− Es que, para el programa del día del Idioma, tienen que presentar un sketch y necesita ayuda –explicó Andrés.
− ¿De qué es?
− Peligros del internet en los niños y adolescentes −contestó Sofie, a lo que Sebastián los interrogó con la mirada.
− Recuerda que este año estamos en la campaña Comunicación Eficaz, no solo hay que hacer un dramatizado, sino que éste tiene que dejar un mensaje útil y aplicable para el público- profundizó Andrés.
− Sí, no me acordaba... ¿Y eso es para cuándo?
− 23 de abril –se apresuró a contestar la pequeña
− ¡Ah! Todavía hay tiempo...
− Sí, pero Sofie nunca deja las cosas para última hora.
− Nosotros hicimos uno sobre eso... ciber bullying, grooming...− Sebastián no siguió hablando delante de aquella niña, de nuevo miró interrogante a Andrés.
− Si Sebas, es sobre eso, prevención del abuso infantil, uso de redes sociales.
− Ella es muy pequeña... nosotros hicimos eso el año pasado.
− Es que los riesgos para los niños son más altos cada vez, por eso les están explicando desde antes. ¿Tú, nos puedes ayudar?
− ¿Yo? Sí, claro.
− Entonces tú y tus compañeros vayan investigando y pensando ideas sobre qué podemos hacer–dijo Andrés dirigiéndose a la niña –La otra semana hablamos a ver que va saliendo y cuadramos para trabajar en semana santa.
La niña asintió y se fue satisfecha. Sebastián se sorprendió de la seriedad y madurez con la cual ella tomaba el asunto. Volvieron al salón justo cuando la maestra iba a cerrar la puerta. Vio a Kharol con sus amigas y otros muchachos riendo y yéndose a las manos. Cuando notaron la presencia de la docente se dispersaron a sus puestos. Sebastián intentó seguir igual con Kharol, pero no pudo. Estaba incómodo, molesto, quería hacerse en otro lado, verla ahí delante de él le incomodaba más. Cuando al fin sonó el timbre de salida, respiró aliviado y salió casi de primero. Iba a esperar a Andrés afuera para registrar su número, pero recordó que debía estar en el grupo de Wasap que la profe Victoria hizo para el curso, por lo que se fue a casa.
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La Generación de Rufo
Teen FictionSebastián es un chico de quince años estudiante de un colegio público de Bogotá. Enfrenta la vida con los peligros y situaciones que deben enfrentar los chicos a finales de 2019, su compañía es Rufo, un fiel perro labrador. Vive con su madre, pero e...