Alpha fabricado.

Corto 10

Tony lloró con Steve.

Nadie imagino que en esa misión perderían a un escuadrón, entre ellos, al sargento Barnes.

Anthony nunca supo cómo consolar a las personas, mucho menos ahora que Steve parecía tan vacío y dolido. Se trago lo sollozos y espero paciente por la llegada del rubio.

—Muchacho. —El doctor Erskine entró a la habitación y le tendió un pañuelo— ¿Te encuentras bien?

Tony negó con lágrimas aun en los ojos. Se sentía una mierda.

—Todo estaba saliendo perfecto. —El Omega lo miró con pesar—. Steve debe de estar culpandose.

El doctor lo abrazo paternalmente. La tristeza de Tony no era propia. Todas esas lágrimas y sollozos eran del herido Capitán.

La conexión era tan grande entre ellos dos que era imposible que Anthony no sintiera las emociones del soldado.

—La guerra es así. —Abraham escucho el llanto de Stark—. La guerra es un infierno que nos quita lo más preciado. Lo único que nos queda es vivir con ello y aprender a superarlo.

Tony lloro amargamente. Quería que todo ese sentimiento parará, que dejara de atormentarlo; no soportaba saber que Steve se sentía de esa manera.

Abraham Erskine se quedó a su lado hasta que el castaño se quedó dormido. Sonrio con pesar.

—Doctor Erskine. —En la puerta, apareció el rubio. Sus ojos estaban hinchados y rojos.

—Capitán. —El doctor observó como la azul mirada de Steve se dirigía al castaño—. Él está bien.

El soldado le sonrio con tristeza.

—Gracias por cuidar de él. —El soldado se acercó hasta el cuerpo del genio.

Erskine estaba asombrado por la gentileza que Steve utilizaba en Tony sin darse cuenta.

—¿Cómo se encuentra? —Preguntó el Beta mostrándole empatia.

El soldado miró al castaño en sus brazos.

La muerte de su amigo no dejaba de doler; habían sido como hermanos, pero, ya sea por el lazo o no, Steve estaba agradecido de no ser él quien estuviera muerto.

No soportaría dejar al Omega solo.

—Bien. —El rubio limpio las lágrimas en las mejillas del genio—. Estamos bien.