Alpha fabricado.

Corto 14

Cuando Steve despertó, estaba desconcertado con todo a su alrededor.

Lo último que récordaba era el frío calando sus huesos y su vida corriendo lejos de él. ¿Entonces que era todo eso?

La enfermera trató de calmarlo, pero Steve estaba lo bastante conmocionado como para escuchar. Salió corriendo de ahí sintiéndose asustado.

El ruido de los coches y las risas de jóvenes y adultos lo aturdieron. Sus ojos recorrieron las calles. No era tal como lo recordaba, pero él conocía ese lugar; Brooklyn había cambiado ligeramente, casi nada, pero para Steve, era fácil detectar aquello que no estaba.

—Capitán Rogers. —El Alpha conocía esa voz—. Es bueno tenerlo de regreso.

El rubio volteo para toparse con la sonrisa sincera de Abraham Erskine. Su cuerpo se lleno de alivio.

—Doctor Erskine. —El soldado relajo sus músculos—. ¿Cómo es posible...?

—Esa es una de mis dudas, Capitán. —El hombre lo miró paternalmente—. ¿Cómo es posible que siga vivo?

Steve se mostró serio. Bajo la mirada y se miró el cuerpo tratando de encontrar alguna explicación.

—¿Qué año es este?

El doctor Erskine sonrio sin saber si hablar o no. Al ver la mirada pérdida del rubio, decidió tener piedad de él.

—1947.

Rogers calló por largos segundos.

—... Quería invitarlo a una cita. —Susurró ante la atenta mirada del doctor.

—Puedes hacerlo. —Su cuerpo reaccionó a la voz en su espalda. Con rapidez, miró al Omega que se encontraba detrás—. Tal vez la suerte esté de tu lado y acepte.

Tony le sonrio con seducción y alegría.