Capítulo 4

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-5 de mayo de 2017-
En este día mi vida cambió. Estaba sola en el colegio, sin amigos, y ella apareció. Llevaba puestas dos coletas con lazos que sujetaban su perfecto pelo liso y rubio, unos pendientes con forma de mariquita de color rosa y un collar de conchas blanco que se ajustaba al cuello. De ropa llevaba un vestido ancho que le llegaba por encima de las rodillas, con un cinturón del mismo tejido y diseño que el bonito vestido y un estampado de rayas blancas y rosas. Sus zapatos eran de charol color blanco, sin medias. Una sonrisa sincera y una forma de caminar muy particular fueron las responsables de hacerme saber que esa niña iba a ser un pilar muy importante en mi vida.

Vino dando saltitos y cuando me vio allí, en el suelo llorando,  se acercó corriendo hacia mí. Me ayudó a levantarme, y con una cara un tanto preocupada me llevó hacia sus padres para que me socorrieran.
-¿Dónde están tus padres?- Me preguntó.
Me quedé pensativa un rato sin saber lo que decirle. Siempre he estado durmiendo en casa de mi tía y no he llegado a saber nunca dónde estaban. Cada vez que le preguntaba a mi tía, me respondía que se fueron por trabajo.
-Mis padres están trabajando, yo estoy cuidando de mi perrito.-Señalé a mi muñeco, el que siempre me acompañaba a todos los sitios.-Lo llevo siempre que salgo de casa y así el también me cuida.
-¿Y con quién vives?¿Dónde está?
-Vivo con mi tía, pero tampoco está en casa porque dice que se ha ido con un amigo de fiesta, o algo así. Yo siempre hago todo, ella nunca me ayuda a nada, no me hace caso, siempre está hablando con ese amigo tan raro y yo me tengo que ir sola hasta al parque.
Los padres de la niña me miraron tristes, sabían perfectamente lo que tramaba mi tía, así que me invitaron a ir a su casa. Yo emocionada, acepté y me puse super contenta por pasar tiempo con una niña de mi edad.

Estuvimos toda la tarde juntas, pero me entró el sueño y me quedé dormida en medio de una partida a la nintendo. Sus padres me echaron en la cama, y después de ese día, pasaba todo el tiempo con Raquel, esa niña adorable. Como mi tía no preguntó por mí, yo di por hecho que no le importaría.

Pasados unos meses, iba con Raquel y sus padres cuando dos extraños, se acercaron a nosotros preguntando por alguien que se llamaba como yo. Yo no creí esto, pero dijeron mis  mismos apellidos. También que vivía con una tía de pelo rizado, con gafas, de estatura media y delgada, normalmente iba con tacones y siempre pintada.

Yo me reí ante esa situación, y conté que según lo que habían dicho sería yo, pero que era imposible. Dijeron cuál era mi comida favorita, como se llamaba mi perrito y muchas cosas que pregunté. Entonces descubrí que eran mis padres y me estaban buscando. Contenta, los abracé y me fui con ellos. Con Raquel siempre seguí en contacto, aunque no fuimos nunca hermanas de sangre prometimos serlo de "hermanas".
Y así fue, o eso creo.

Cuarto capítulo!!! Lo dicho!!!

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